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OPINIÓN

El gran poder de gobernar

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Tercera Instancia, por Modesto Barros González //

Bien ha dicho el Presidente Andrés Manuel López Obrador, de que en su gobierno ya no será igual a los otros gobiernos de la república, con él se ha estado notando que lo que ordena se debe de obedecer aunque no lo apoye la mayoría de ciudadanos y políticos.

El Primer Mandatario hace un año ordenó y logró que se suspendiera la obra de construcción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en Texcoco, sin importarle los miles de millones de pesos que se tiraron a la basura y lo peor que ni siquiera a uno solo de los presuntos responsables que se enriquecían con la criticada obra fue llamado a rendir cuentas, al contrario alguno de ellos los premió en la nueva obra del aeropuerto de Santa Lucía.

El Presidente hace lo que quiere en el gobierno que fue electo, igual organiza consultas abiertas a mano alzada, sin ninguna validez ni metodología correcta, que gira instrucciones a sus “militantes” que tiene asentados en el poder legislativo federal.

Como es de suponerse no reconoce que él avaló la postulación de la psicóloga Rosario Piedra Ibarra, para que lograra la presidecia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, con todo y que su elección se hizo con mucho desaseo en el Senado de la República, ya que los miembros afines se disciplinaron y a toda costa impusieron a la hija de la verdadera luchadora social.

Los senadores inconformes gritaron y patalearon que no se cumplía con la elección de Piedra Ibarra, pero eso no ha sido suficiente para lograr que por lo menos se apenaran los “disciplinados con su jefe” y compañeros de cámara.

También el público y notorio cambio de apreciación de Olga Sánchez Cordero, actual Secretaria de Gobernación, al disertar acerca del capricho y voracidad del ya gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valdez, quien presuntamente debe tener constante apoyo del Presidente de la República.

Es tan clara la protección a Jaime Bonilla Valdez, que hace unos días el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Fernando Franco González Salas, declaró inconstitucionalidad en la petición que hizo el Instituto Nacional Electoral por el presunto “trinquete” que hicieron los anteriores diputados locales de Baja California para cambiar a beneficio personal el período de dos a cinco años como gobernador del primero. Otro abuso y tomada de pelo a la mayoría de los ciudadanos.

Por cierto, el fin de semana que acaba de terminar Andrés Manuel López Obrador, también ya aprovechó girar instrucciones para que pobladores de Yucatán y otros estados organicen sus famosas “consultas abiertas”, a mano alzada para que digan, unos cuantos, si se continúa con otra de sus propuestas, casi obligatoria que fue del llamado “Tren Maya”.

Total apenas lleva 11 meses de gobierno federal de los 72 que constitucionalmente le corresponden a AMLO, siempre y cuando no llegue a ser convencido para que se reelija en el cargo, como algunos políticos lo han señalado.

Mientras el Señor Presidente continúa ejerciendo su poder de control en su gobierno, se ha notado el casi nulo interés que ha tenido en otros temas importantes, como el de seguridad pública, donde demuestra que le importa más “convencer” a los delincuentes para que abandonen esa ilícita actividad que combatirnos o por lo menos mandarlos a proceso, sea lo grave de la falta cometida.

Cómo es posible que haya enviado a quien parece ser el “bombero” de su gabinete, el canciller Marcelo Luis Ebrard Casaubón, para inspeccionar y enterarse del criminal ajusticiamiento de mujeres, niños y bebes, en el estado de Sonora, miembros de la religión Mormona y de la familia LeBarón.

Hasta donde se tiene conocimiento el malestar causado entre la población de Estados Unidos de Norteamérica y la de México también, ha provocado que se diga que están investigando para dar con los criminales y gracias a que el Señor Donald Trump, mostró su enojo, tuvo que iniciarse las indagatorias.

Cómo es posible que nuestro flamante Señor Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Francisco Alfonso Durazo Montaño, rindiera el “interesantísimo” estudio que dio como resultado que los criminales de la familia LeBarón, utilizaron cartuchos norteamericanos y de la marca Remington, que cualquiera que tuviera a la vista uno de los cartuchos percutidos puede apreciar la marca del producto utilizado para privar de la vida a tantos inocentes.

Hasta pareció tomada de pelo lo hizo el sobreprotegido funcionario federal de México.

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