CULTURA
El sueño del Mara’akame: La madurez predestinada

Columna CINE, por Carlos Sebastián Hernández //
El Sueño Mar’akame es el primer largometraje dirigido por el excuequense Federico Cecchetti (ganador a Mejor Ópera Prima y Mejor Música Original, más ocho nominaciones en los Premios Ariel 2017), se impone la predestinación de la madurez personal como reconocimiento idiosincrático
Peregrinación comunitaria con ojos vendados hacia el sacro arroyo, descubierto con muda indiferencia; ceremonial búsqueda y recolección desinteresada de peyote inútilmente negligida por estar escuchando música con audífonos; nocturna ingesta ritual del vomitivo cactus místico, cuyos primeros efectos alucinógenos ya revelan la ineludible encomienda futura.
En el primer largometraje dirigido por el excuequense Federico Cecchetti (ganador a Mejor Ópera Prima y Mejor Música Original, más ocho nominaciones en los Premios Ariel 2017), se impone la predestinación de la madurez personal como reconocimiento idiosincrático; predestinación de la madurez familiar como alcanzado sentido de pertenencia; de la madurez espiritual como asunción del propósito vital.
Costumbrista ópera prima de Cecchetti (cortometrajes dirigidos: El maléfico Dr. Machete, 2005; Raíces, 2007; La verdadera pasión, 2007; 6.36311, 2007; Los trashumantes, 2009), El Sueño del Mara’akame, 2016 cuenta la historia del joven wixárika desarraigado con peinadito de cresta Niereme (Luciano Bautista), a quien su padre conservador (Antonio Parra), devoto a la cultura de su pueblo, señala como un chamán Mara’akame y decide prepararlo para ello, cargo y carga que su hijo niega con renuencia, prefiriendo asistir a un ecléctico concierto junto con sus igualmente desapegados amigos en la Ciudad de México gracias al coincidente viaje a la capital mexicana para vender artesanías, y, sin saberlo, enfrentarse a sus propias creencias.
Se plantea ante el apodado Nieri la inflexible postura de los líderes de la comunidad hacia todo lo ajeno, delineada en esbozada amenaza ominosamente profetizada (‘‘Hemos tenido sueños en donde a nuestros dioses les sacan las tripas’’), la restrictiva visión maniquea de su padre que no distingue las actividades recreativas de las espirituales (‘‘Para llegar a ser Mar’akame hay que alejarse de la maldad. El canto es algo sagrado y no debes profanarlo’’) al descubrir a su hijo en pleno ensayo con prohibida cerveza del grupo de aborrecida banda que termina por abandonarlo, resumiéndole su carente determinación en castrante enunciado (‘‘¡te hacen falta huevos!’’). La afrontación del rechazo infligido hacia o por Niereme se convierte en necesaria y necesitada búsqueda, más bien definición, de la identidad, que en su desvanecimiento no termina de encajar ni en la tradicionalista sociedad huichol, ni en la cosmopolita colectividad capitalina.
Embellecidos paisajes de terrenos boscosos, rocosos, y desérticos son capturados en la cinematografía móvil de Iván Hernández, apoyada por los segmentos documentales de Jessica Villamil, donde se desenvuelven las naturalistas escenas de ancestrales ceremonias wixárikas, acentuadas por el onírico montaje de la también dupla que conforman Pierre Saint-Martin y Raúl Zendejas. La solemnidad de los ritos en torno al peyote, el sangriento sacrificio de un cordero herido, las enigmáticas apariciones de místico venado, desembocan en un rápido desenlace que pone a prueba las virtudes del prometido Mara’akame, quien realiza una improvisada sanación para liberar al hijo de una prostituta tan dadivosa como olvidable (Patricio Fernández y Mariana Treviño, respectivamente) de dalinianas hormigas en manos y rostro (tal como su padre lo había hecho con una viejita huichol) con lo cual final, inesperada, o atropelladamente, se le otorga al rejego Niereme el derecho comunal para ejercer como chaman.
Un fatídico encuentro de verdades, nunca absolutas, y siempre ambiguas. El prominente onirismo que supuestamente apuesta por los ideales de la trasgresión que forman híbridos culturales, solo para retornar al seno de una tradición inamovible.
CULTURA
El húngaro László Krasznahorkai es el ganador del Premio Nobel de Literatura 2025

– Por Redacción Conciencia Pública
El nuevo Premio Nobel de Literatura 2025 es László Krasznahorkai, un escritor húngaro reconocido por su obra visionaria y apocalíptica.
La Academia Sueca del Premio Nobel decidió premiarlo «por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte». Krasznahorkai, de 71 años, es conocido por sus novelas de oraciones largas y complejas, con temas de decadencia, melancolía y existencialismo.
Sus obras incluyen Sátántangó (1985), adaptada al cine por Béla Tarr, y La melancolía de la resistencia (1989).
Es el primer húngaro en ganar este premio desde Imre Kertész en 2002. El anuncio se hizo hoy, 9 de octubre de 2025, en Estocolmo, y la ceremonia de entrega será el 10 de diciembre.
Vida y contexto
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Proviene de una familia de clase media. Su padre, György Krasznahorkai, era abogado, y su madre, Júlia Pálinkás, trabajaba como administradora de seguridad social.
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En su juventud estudió derecho y luego lengua y literatura húngara.
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Trabajó como editor hasta 1984, cuando comenzó a dedicarse completamente a la escritura independiente.
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Vivió durante un tiempo en Berlín, lo que marcó una fase de apertura cultural en su obra, y luego regresó a Hungría, instalándose de forma relativamente solitaria en las colinas de Szentlászló.
Estilo y temas
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Sus novelas son conocidas por su densidad, largas frases encabalgadas y una estructura casi musical, lo que las hace exigentes para el lector.
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Los temas recurrentes en su obra incluyen la decadencia social, el colapso, la melancolía, el apocalipsis simbólico y la tensión entre destrucción y creación artística.
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Se le enmarca muchas veces en corrientes posmodernas o literaturas difíciles, con una fuerte conexión con la tradición filosófica y literaria centroeuropea
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Además, sus viajes a Asia, especialmente China y Japón, influyeron en su visión estética y filosófica.
Obras destacadas
Algunas de sus novelas, libros cortos y colaboraciones más conocidas:
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Sátántangó (1985) — su primera novela, adaptada al cine por Béla Tarr.
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The Melancholy of Resistance (1989)
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War & War
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Destruction and Sorrow Beneath the Heavens
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Seiobo There Below
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Baron Wenckheim’s Homecoming
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Herscht 07769 (más reciente)
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Entre sus obras más cortas o híbridas: Animalinside, Spadework for a Palace, Chasing Homer (con ilustraciones).
También ha colaborado con el cine, adaptando algunas de sus obras con el director Béla Tarr (por ejemplo Sátántangó, Werckmeister Harmonies).
CULTURA
Más que misionero, un intelectual: Presentan libro sobre Juan Nentwig, el jesuita que marcó la sierra de Sonora

– Por Diego Morales Heredia
“Juan Nentwig, vida y obra del jesuita que forjó la sierra alta de Sonora”, es el título del libro que presentó el periodista José Manuel Barceló, una investigación sobre uno de los misioneros jesuitas que más destacó, no solo por su labor misional, sino por hacer la descripción geográfica de la provincia de Sonora.
Para el destacado periodista, es una obra imperdible, pues está basada en un documento manuscrito que se encuentra bajo resguardo en el Archivo General de la Nación y tuvo la oportunidad de consultar para presentar este trabajo de investigación.
“Escribir es fácil, publicar es casi imposible”, expresó el autor del libro. “Esta gente hizo que Sonora tuviera una de sus grandes vocaciones, en la agricultura, ganadería y minería, que fueron las grandes obras que hicieron estos extranjeros que dejaron toda su comunidad, se vinieron a la zona más inhóspita y salvaje”, refirió Barceló sobre la aportación de Juan Nentwig en la región.
Agregó: “Su tarea fundamental y legado está en dos partes, en la administración de la visión, de una comunidad, la creación de tierras abiertas al cultivo mismo como parte fundamental de su tarea. Hice todo un esfuerzo inaudito por conseguir la información, hay que registrarse como investigador, lo logré, encuentro que el castellano que usa es más o menos correcto, teniendo en cuenta que no es su idioma original”.
Para resaltar al personaje descrito en el libro, José Manuel Barceló apuntó a Juan Nentwig como un intelectual y académico, más que un misionero jesuita, durante su paso en Sonora. “Más que misionero y evangelizador, era un intelectual, un académico que clasificó plantas, animales, hace que su trabajo sea muy reconocido, es uno de los documentos más valiosos para la historia del noroeste. La sierra alta es muy agrícola y ganadera. Producir la tierra en esa zona fue en gran parte por esta gente”, expresó agradeciendo a todos los presentes por su interés en el libro.
La presentación, que se llevó a cabo en el Museo de la Ciudad de Guadalajara, contó con la presencia de amigos y familiares de José Manuel Barceló. En su participación, José María Muriá, académico y amigo personal del autor del libro, resaltó el valor del contenido de la obra presentada a pesar de que personalmente no conoce la región de la cual se escribe,
“Tengo el gozo de la más absoluta de las ignorancias, nunca he estado en la zona, he hecho varios intentos de adentrarme a esa parte de la sierra madre, de manera que es un sacrilegio muy grande hablar de una tierra que no conozco, con muchos prejuicios peyorativos”.
Agregó: “Cuando mi querido amigo me hizo el favor de invitarme a presentar este libro de su autoría sobre un importante jesuita, esperaba que yo pudiera aportar más conocimientos en vez de hacer juicios críticos, pero no, resulta que mi ignorancia podría tacharse de enciclopedia. De tal manera, que un cierto prestigio que me he ganado como criticón será víctima de una merma”.
Adentrándose en el contenido del libro, José María Muriá resaltó el trabajo de investigación que tuvo el autor que es oriundo de esa región, pero que tiene años trabajando ya en Jalisco como un reconocido comunicador.
“Quizá tendría cierta autoridad, no son pocas horas en adentrarme en la historia de la propia historia. De lo que trata el libro es del noroeste mexicano en el siglo 18, específicamente la historia de una recóndita región en uno de los espacios de esa gigantesca cordillera. Eligió un tema de una zona apartada de México, con una gran cantidad de horas de trabajo en la preparación de este libro”.
Subrayó: “El autor merece una gran felicitación, por tener acceso a una figura tan interesante como la de este jesuita que se vino a involucrar en la sierra de Sonora, dejó una huella, que supo aprovechar José Manuel Barceló, oriundo de esas tierras norteñas, aunque ya se haya enraizado en nuestras tierras tapatías”.
Por su parte, el periodista sonorense Carlos Martínez Macías resaltó la investigación de José Manuel Barceló que se refleja en una de las obras más completas del jesuita que marcó la sierra alta en Sonora.
“Ya había escuchado sobre Juan Nentwig, hay que reconocer a José Manuel Barceló para rescatar estos documentos históricos y darle forma al libro. Hay pasajes extraordinarios, se habla con crudeza del viaje de España a estas tierras, es fascinante todo lo que se encuentra. Su labor en las tierras de Sonora y su cariño por la región”, puntualizó.
CULTURA
Una batalla tras otra: Política, acción y el regreso de Paul Thomas Anderson

– Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias
“Una batalla tras otra” marca el regreso del director Paul Thomas Anderson, conocido por películas como Petróleo Sangriento y El hilo fantasma, con un estilo que combina precisión visual y sonora con narrativas complejas y exploraciones profundas del poder y las relaciones humanas. Su nueva producción, «Una batalla tras otra», Anderson presenta a Leonardo DiCaprio, quien interpreta a Bob Ferguson, un exmilitante revolucionario obligado a enfrentar los fantasmas de su pasado mientras protege a su hija.
El reparto está conformado por Sean Penn, Benicio del Toro y Teyana Taylor. La película se perfila como uno de los estrenos más ambiciosos y esperados del año, mezclando acción, drama y sátira política bajo la mirada autoral de Anderson.
La historia trata de Bob Ferguson (Leonardo DiCaprio), un exmilitante revolucionario que queda a cargo de la hija recién nacida que tuvo de una relación con su compañera de grupo, después de un golpe fallido. Tras 16 años, reaparece el antagonista coronel Lockjaw (Sean Penn), reviviendo amenazas del pasado y obligando a Bob a enfrentar los fantasmas de su vida revolucionaria para proteger a Willa (Chase Infiniti).
Más allá de la historia familiar, «Una batalla tras otra» se sumerge en un contexto político y social complejo, en el que los ideales revolucionarios y la represión estatal se entrelazan con la vida cotidiana de los personajes. Anderson no solo narra la historia de un padre protegiendo a su hija, sino que explora cómo el pasado político y los compromisos ideológicos moldean el presente, mostrando que las decisiones tomadas décadas atrás siguen repercutiendo en la vida de las nuevas generaciones.
La película aborda la radicalización política, los enfrentamientos entre activistas y las estructuras de poder que buscan controlarlos, creando un trasfondo de tensión constante.
Anderson también utiliza la película para reflejar dinámicas sociales contemporáneas: la importancia de la responsabilidad generacional, la educación y la protección de los jóvenes frente a sistemas opresivos, y la forma en que las sociedades recuerdan y reinterpretan sus luchas pasadas. Cada acción, desde las escenas de persecución hasta los momentos de tensión familiar, sirve para subrayar cómo la política, la historia y la vida personal están inexorablemente conectadas.
DiCaprio construye un personaje complejo, equilibrando la fuerza de un activista capaz de actuar bajo presión con la vulnerabilidad de un padre preocupado por la seguridad y bienestar de su hija. Su actuación combina fuerza, culpa y determinación, mostrando los conflictos internos que Bob enfrenta al reconciliar su pasado político con su presente familiar.
La química del actor con Chase Infiniti, quien interpreta a Willa, y con Teyana Taylor, en el papel de Perfidia, refuerza la carga emocional de la historia, mientras sus confrontaciones con Sean Penn elevan la tensión dramática y subrayan la capacidad de Bob para liderar y responder ante los peligros que amenazan su familia y legado.
Además de la fuerza narrativa y actoral, la cinta se distingue por su estilo cinematográfico característico de Paul Thomas Anderson, que combina precisión visual, audacia narrativa y riqueza simbólica. «Una batalla tras otra» fue rodada en 35 mm, una elección que le otorga textura y profundidad visual, reforzando la sensación de cine clásico y dotando a las escenas de acción y drama.
La fotografía de Michael Bauman resalta la tensión y la intimidad de los personajes, mientras que el montaje de Andy Jurgensen mantiene un ritmo ágil que alterna momentos de suspenso, acción y pausa dramática, sin perder coherencia en la narrativa.
Mención aparte para la banda sonora a cargo de Jonny Greenwood, en su cuarta colaboración con Anderson, con quien ha trabajado en Petróleo Sangriento, The Master, Vicio Propio y El hilo fantasma. En esta película aporta una dimensión emocional y atmosférica, intensificando la carga política y familiar de la historia.
Anderson también se permite romper con algunas de sus reglas habituales: en escenas concretas, como la representación directa de la vulnerabilidad de ciertos personajes, se muestra lo que normalmente sugeriría, utilizando el plano como recurso simbólico y narrativo. Esta decisión audaz enfatiza la tensión psicológica y política, demostrando que Anderson sigue explorando los límites de su propio lenguaje cinematográfico.
La combinación de técnica cinematográfica, estilo visual y recursos simbólicos convierte a «Una batalla tras otra» en una obra que no solo narra una historia de acción y drama familiar, sino que también ofrece una reflexión sobre la memoria histórica, la política y la responsabilidad generacional.
También apuntan el potencial de la película para los premios internacionales, dado el historial de colaboraciones exitosas entre Anderson y DiCaprio, y el reconocimiento previo de Anderson en festivales y ceremonias por su mirada autoral. La combinación de un reparto estelar, una producción de gran presupuesto y un enfoque narrativo audaz coloca a Una batalla tras otra en el radar de las producciones cinematográficas más significativas de 2025, generando expectativas de un impacto tanto comercial como crítico.
Finalmente, se resalta que la película no solo entretiene, sino que invita a la reflexión sobre la memoria histórica, la política y la responsabilidad individual y colectiva, posicionándose como un ejemplo de cine de autor que logra resonar en el público contemporáneo sin sacrificar la accesibilidad narrativa.
CULTURA
Presentan libro sobre Juan Nentwig, el jesuita que forjó la sierra de Sonora

– Por Diego Morales Heredia
“Juan Nentwig, vida y obra del jesuita que forjó la sierra alta de Sonora”, es el título del libro que presentó el periodista José Manuel Barceló, una investigación sobre uno de los misioneros jesuitas que más destacó, no solo por su labor misional, sino por hacer la descripción geográfica de la provincia de Sonora.
Para el destacado periodista, es una obra imperdible, pues está basada en un documento manuscrito que se encuentra bajo resguardo en el Archivo General de la Nación y tuvo la oportunidad de consultar para presentar este trabajo de investigación.
“Escribir es fácil, publicar es casi imposible”, expresó el autor del libro. “Esta gente hizo que Sonora tuviera una de sus grandes vocaciones, en la agricultura, ganadería y minería, que fueron las grandes obras que hicieron estos extranjeros que dejaron toda su comunidad, se vinieron a la zona más inhóspita y salvaje”, refirió Barceló sobre la aportación de Juan Nentwig en la región.
Agregó: “Su tarea fundamental y legado está en dos partes, en la administración de la visión, de una comunidad, la creación de tierras abiertas al cultivo mismo como parte fundamental de su tarea. Hice todo un esfuerzo inaudito por conseguir la información, hay que registrarse como investigador, lo logré, encuentro que el castellano que usa es más o menos correcto, teniendo en cuenta que no es su idioma original”.
La presentación, que se llevó a cabo en el Museo de la Ciudad de Guadalajara, contó con la presencia de amigos y familiares de José Manuel Barceló, además de la participación del académico José María Muriá y el periodista Carlos Martínez Macías.