OPINIÓN
La seguridad privada, empleo sin garantías
																								
												
												
											Opinión, por Ramiro Escoto //
Aunque deben tener un registro federal y forman parte de un padrón que revisa y regula la Fiscalía del Estado, las empresas que sofrecen servicios de seguridad privada están aprovechando la crisis que existe en el tema para encontrarse con un mercado ansioso de uniformados que puedan al menos inhibir cualquier intento de delito; sin embargo la capacidad de respuesta de estos grupos está limitado a la ya de por sí casi nula respuesta de las policías municipales para responder o en algunos casos apoyar una acción donde los guardias privados intervienen, y los dejan en desventaja.
¿Cómo funciona la selección en estas empresas que ofrecen en realidad servicio de “renta” de personas, que fungen como administradores en una caseta de “seguridad” dando entrada y salida a vehículos, previo registro, recibiendo paquetes en condominios u oficinas?, personas de edad a las que les dan como herramienta de trabajo un tolete y a veces unas esposas y sus jornadas van de las 12 a las 24 horas, contemplando las últimas con un total cansancio.
Para que justamente no se cuestione a veces esta clase de situaciones, las mismas empresas ofrecen alternativamente o como complemento en el contrato, cámaras de video vigilancia, plumas y accesos controlados y hasta unidades como auto patrullas y respuesta inmediata, en algunos casos los dueños fueron funcionarios de seguridad o tienen relaciones con las mismas, pero aún así siguen los robos, los asaltos, las cifras rojas a la alza.
Hay otros grupos de seguridad privada que ofrecen a sus elementos armados, pero desconocemos si estas personas realmente están lo suficientemente capacitados para el uso de una pistola o un rifle de alto poder, desconocemos también si existe una especie de prueba de control y de confianza al respecto, pero preguntas y pareciera que la respuesta es de carácter reservado, pues justamente al tratarse de un asunto de seguridad se amparan a la transparencia.
Ahora la inseguridad ha hecho que estas empresas estén más solicitadas sin duda, pero en realidad ¿tienen estrategias para la protección adecuada para lo que los contratan?, si los guardias que trabajan ahí realmente tienen vocación para la seguridad… ¿Por qué no aplicaron para policías? o si aplicaron, ¿por qué no fueron aceptados o rechazados?, entonces ¿son realmente seguros o dan garantía?
La oferta y la demanda en este ramo está a la orden del dia, y la mercadotecnia que se usa para atraer clientes, contempla desde imágenes con el “parque” con el que cuentan, desde patrullas, motocicletas, equipos de radiocomunicación, elementos corpulentos y bien presentados y un logotipo intimidador, hasta perros adiestrados para generar un valor agregado a su estrategia de binomios, todo claro ajustado al presupuesto de cada cliente, para hacerles trajes a la medida.
Algunos elementos que me ha tocado entrevistar, coinciden en que reciben un sueldo muy bajo, y que carecen incluso de un seguro de vida aún y cuando la exponen a cada momento; otros que por su edad son sólo considerados para el mostrador y ser una especie de enlace entre a quienes cuidan con los “mandos superiores” para que ellos entonces actúen conforme la incidencia que se presenta.
Cuénteme su experiencia con la empresa de seguridad que usted tiene contratada y dígame si, independientemente de las letras chiquitas del contrato, ¿realmente valen lo que cuestan y realmente ofrecen eso, una seguridad garantizada?…
