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OPINIÓN

¿Traición a la patria?

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Opinión, por Héctor Romero Fierro //

El pasado viernes Culiacán y el país cambiaron, pero no precisamente para bien, ya que acontecieron sucesos que acabaron con la poca credibilidad del presidente Manuel Andrés López Obrador MALO y que torpedean gravemente el estado de derecho.

Corro el riesgo, ya que estamos amenazados por la fulana esa, Yeidckol Polevnsky Alias Citlali Ibáñez, quien dice que “la jauría de críticos” no tienen derecho a opinar, y que “ellos” no nos lo van a permitir; ignoro el alcance y consecuencias de esa amenaza, pero de todas formas me permitiré externar al amparo del Derecho Humano de Libertad de Expresión mi sentir con relación a la pifia del Presidente y su Gabinete de Seguridad en ese conflicto. Aunque se trate de proteger al Presidente, finalmente él es el responsable de todos y cada uno de los actos que realizan las Fuerzas Armadas, en su calidad de Comandante Supremo, ello en virtud de la disposición constitucional contenida en la fracción VI del articulo 89 Constitucional que señala como facultad y obligación del presidente el “Preservar la seguridad nacional, en los términos de la ley respectiva, y disponer de la totalidad de la Fuerza Armada permanente o sea del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea para la seguridad interior y defensa exterior de la Federación.“

Por ello, al enterarse de los graves acontecimientos que ocurrian en Sinaloa y a pesar de ello, en lugar de asumir el control de la situacion en ese carácter y además como jefe del Gabinete, prefirió abordar un vuelo comercial con destino a Oaxaca, que normalmente dura una hora quince minutos, por lo que decidió irresponsablemente desconectarse casi dos horas, ignorando el riesgo de muchos ciudadanos en la peor crisis de gobernabilidad ocurrida en el país durante muchos años y, no obstante que desde las tres treinta horas se inició la crisis y el vuelo lo abordaba a las seis veinte horas.

Ya ve, señor Presidente, para qué sirve el avión que usted decidió en forma populista arrumbar en un hangar donde solo pierde su valor exponencialmente, ¿Qué acaso no era preferible volar en ese o en un avión de las fuerzas armadas a la ciudad de Culiacan y coordinar las tareas?, ¿o los aviones militares solo sirven para mover restos fúnebres de cantantes desde Florida? Tristemente decidió desconectarse y dirigirse en sentido contrario al del conflicto.

Qué pasó en realidad en Culiacan, no lo sabemos, descaradamente ocultan la realidad, son tantas las mentiras, que un medio de comunicación documentó al menos seis diferentes versiones sobre la detencion de Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de Joaquin El Chapo Guzman. Primero Durazo declaró que con motivo de un patrullaje en una colonia residencial los elementos habia sido agredidos desde una casa, y cuando los elementos de seguridad “controlaron” la situación descubireron que uno de los detenidos era Ovidio.

Al día siguiente en su show de standup “La Mañanera” trasmitido desde Oaxaca, el Presidente afirma que fue un operativo del ejército tendiente a cumplimentar una orden de aprehensión con fines de extradicion emitida por un Juez federal. Una hora mas tarde el titular de la SEDENA afirma que personal de la Policia Ministerial actuaron sin contar con una órden de cateo, en un “afan de obtener resultados positivos”, y en esa misma conferencia de prensa Durazo afirma que desde septiembre existía la orden de aprehensión la cual pretendían ejecutar, sin embargo todas ellas coinciden en que Ovidio fue detenido y posteriormente liberado, incluso el New York Times dio a conocer que tambien había sido detenido y liberado por sus sicarios Iván Archivaldo Guzman, alias “El Chapito” y que fue quien encabezó el operativo para liberar a su hermanastro.

El presidente MALO se justificó señalando que “tuvo que tomar una descisión que marca la diferencia entre lo que es su gobierno y lo que era la politica de guerra… habia una órden de detención de un presunto delincuente, pero hubo reaccion de esa banda y se armaron, se estaba poniendo en riesgo la vida de mucha gente, delincuentes, soldados, policías, funcionarios, civiles, iba a ser una situacion muy dificil, y se tomó la decisión de no continuar la detención.”

Si hacemos caso a las declaraciones de Durazo, desde la vivienda se atacaron a los treinta soldados, luego entonces no era necesaria la orden de cateo del domicilio ya que los militares conocen bien el concepto de flagrancia, pero además encubren que el error fue de la Guardia Nacional, ese engendro populista que trata de sustituir al Ejército y a la Marina, e iniciaron un operativo pésimamente mal ejecutado del que dudo haya existido planeación previa, situacion que provocó un gran fracaso, no de la patrulla militar, pero sí del gabinete de Seguridad, sí del Presidente y sí de todo eso que pretenden llamar la “CuatroTe”, lamentablemente el del rídículo es el país, el Estado postrado ante el narco.

Era prevesible por los civiles que ordenaron el operativo lo que podría ocurrir, que en las dos detenciones bien planeadas del Chapo en Sinaloa no ocurrió ninguna muerte. Hace apenas unos días MALO sacó de las calles al único cuerpo de seguridad capaz y perfectamente entrenado, la Marina, cuyas tropas han realizado operativos quirúrgicos a lo largo del país con un alto índice de exactitud.

Lo más grave de este asunto es que el presidente MALO y su gabinete de Seguridad confiesan descaradamente haber cometido un delito al liberar a un detenido (o dos) pactando impunemente con el narco (art. 150 CPF), más la fuga de 50 reos. La liberación no es culpa del Ejército quien merece todo nuestro respeto y admiración, solo hay un culpable, y es el que salió corriendo a Oaxaca ignorando durante horas qué pasaba en el conflicto ya que le urgía escuchar un coro de niños entrenados políticamente cantandole alabanzas.

La política de avestruz y de “abrazos no balazos”, fuchí y guacalá, no funcionó.

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