OPINIÓN
LUCHAS SOCIALES /// Abuelos empleados de sus hijos
Por Mónica Ortiz ///
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su titular de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa tuvieron la grandísima y sensacional idea de recortar el presupuesto en las Estancias Infantiles y entregar una cantidad líquida a los padres de los menores, para que a su vez estos últimos emplearan a sus propios padres (abuelitos) como cuidadores de sus nietos; quizás en una sociedad menos cruel y más empática con estos dos sectores de la población, tal vez en un mundo de fantasía donde la sociedad y la familia giraran entorno al respeto de los adultos y los niños, o la familia fuera algo más sano y menos inhumano, sin abusos a los vulnerables, violencia, machismo, feminismo, trastornos psicológicos, etc., en este supuesto ideal esta ingeniosidad sería fenomenal, sin duda un programa social sin precedentes, pero no, nuestra realidad como sociedad no da para ese esquema ligero y carente de obligación y garantía gubernamental, sin la certeza del respeto a los derechos humanos y fundamentales de los adultos mayores y los niños.
Entre los adultos mayores y los menores de edad, podríamos deducir y nombrar un sin fin de derechos humanos y fundamentales, generados al pertenecer a cualquiera de estos sectores poblacionales, de la misma manera encontraríamos otra interminable lista de obligaciones y responsabilidades que los gobiernos de todos los niveles, adquieren al representar a nuestros abuelitos y niños.
Es indiscutible que el derecho y la gobernabilidad deben tener equilibrio armónico para que funcione el estado de derecho, pero también jerarquías y todos los sectores de la sociedad son superiores a los gobiernos, ya que la función es proporcionar las condiciones, administrar y crear políticas públicas para la sociedad que los eligió y a quienes sólo representan, por lo que no es racional que los gobiernos se posicionen de manera ocurrente, por encima de las necesidades sociales, el interés gubernamental, presupuestal y político, esto no cabe por arriba del ejercicio pleno de los derechos humanos de los adultos mayores y de los infantes, ya que parecen catalogados en menor valor, sacrificables en programas que beneficien a las “sociedades productivas”, esto tiene nombre se llama discriminación, como la evidente ausencia del reconocimiento de las libertades garantizadas en nuestra Constitución Política, en los ordenamientos jurídicos que dé ella se derivan y en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
En este sentido, los gobiernos están apostando muy alto a la popularidad con la que cuentan, sin la menor preocupación por las consecuencias, se olvidan en la euforia de la aceptación social, que los anteriores gobiernos también apostaban, quizás a la indiferencia y abandono social, sin embargo tanto un extremo como el otro son límité y forman percepción que cambia constantemente dependiendo de los sectores sociales perjudicados, por lo tanto nada justificará la argumentación del gobierno de López Obrador, con respecto a la no certeza del padrón, motivo para evitar la corrupción con el recorte de estancias infantiles, o sea, si un gobierno no puede controlar y generar condiciones favorables, preferirá pagar la desaparición de lo que estorba, entonces también pagarán por cada feminicidio, homicidio y desaparecido en el país, suena absurdo e insultante, pero parece que a la sociedad le gusta, les interesan los apoyos y las ayudas, pueden lograr que olvidemos los derechos y las obligaciones que representan cualquier ciudadano.
Pagarle a los abuelos para cuidar a sus propios nietos, tendrá que analizarse con base en los derechos humanos y el constitucionalismo, surgiendo dudas razonables como las siguientes: ¿Cómo un hijo, empleará a sus padres para cuidar de los niños? ¿Por qué recibe dinero el padre del menor y no el abuelo? ¿Cómo garantizará el Estado, el derecho de los menores a espacios adecuados, desarrollo y estabilidad? ¿De qué manera, el Estado procurará garantizar las condiciones básicas de los menores? ¿Cómo podrá garantizar no caer en maltrato a los adultos mayores? ¿De qué manera el Estado, evaluará que los abuelos cuenten con la capacidad física, mental y emocional? ¿Cómo harán los padres largos traslados hasta los abuelos y con ese supuesto gasten la ayuda? ¿Quién y cómo responderá al cuidado del interés superior del menor, por encima de cualquier adulto?
Pensemos en la razón por la que los apoyos y la ayudas, serán la mejor manera de lavarse las manos frente a las garantías y responsabilidades de todos los gobiernos, así que los derechos humanos, desaparecen a cambio de apoyos económicos, mientras tanto en el país un gran número de ciudadanos inicia la cuenta de los apoyos que recibirá la familia en total, otros sufren de actos delictivos, violaciones e inseguridad, la cual no cesa ni se enfrenta, pero seguro también un apoyo se inventara para los familiares de las víctimas de desaparición forzada y trata de blanca, mientras en algún lugar ya se calcula el ingreso mensual en apoyos, pareciera que tenemos un retroceso a la conquista, seguimos acomplejado con los espejitos.
