OPINIÓN
OPINIÓN /// Poncitlán, la tragedia del día a día
																								
												
												
											Por Óscar Herrera Estrada ///
Agradezco a Conciencia Pública, la oportunidad que me ofrece para expresar en su espacio, una vez por semana, diversas situaciones del entorno social y natural que, como diputado de la LXII Legislatura del Estado de Jalisco, son parte de mi responsabilidad atender y darles curso. Sin duda, cada participación me permitirá ir formulando puntos de interés que, al ser ventilados, nutrirán de forma continua mi agenda legislativa en el Congreso del Estado.
Hoy, por la urgencia que reviste, se vuelve necesario exponer por este medio, la crítica situación de salud en la que se encuentran los habitantes de Poncitlan. De cómo, sus determinantes sociales, han orillado a sus pobladores a vivir una vida lastimada por los altos contaminantes de la cuenca del rio Lerma – Santiago – Chapala, al grado de que un alto porcentaje de ellos se encuentran al borde de la muerte.
La vida cotidiana en Poncitlán, (sin excluir las distintas comunidades que coexisten a lo largo de la rivera de dicha cuenca), se encuentra colapsada. La Salud de su población y, por ende, su calidad de vida, se ve seriamente amenazada sin que autoridad alguna atienda de forma puntual y sistemática, el problema que les afecta.
| Poncitlán vive en el umbral de la enfermedad renal; en los últimos años, los decesos por este padecimiento, se cuentan por cientos. Actualmente, este problema de salud afecta a un alto porcentaje de sus ciudadanos, cuya esperanza de vida, dado lo paupérrimo de su situación, producto de la pobreza que se respira día a día y que araña los rostros de niños, jóvenes y personas adultas, es muy corta. 
 Los años y décadas de indiferencia, la falta de una política pública puntual y eficiente a favor de los rivereños y la cuenca misma, la ausencia de programas efectivos de bienestar, salud y educación para el cuidado del entorno, irritan y ofenden las esperanzas de una población que clama su derecho a una vida digna: la indolencia tiene a Poncitlan en una enfermiza y patética situación.  | 
El excesivo uso de agroquímicos, la grave contaminación del rio Santiago, debido, sobre todo, a la descarga directa de aguas residuales tanto domésticas como industriales a lo largo del río, han hecho de la rivera un foco de infección, un problema axial del sector salud que, a pesar de la apremiante situación, no cuentan con un sólo centro hospitalario de primer nivel: reitero, en Poncitlán, poco más de 4000 habitantes, particularmente niños y adolescentes de la comunidad de Agua Caliente, se encuentran en grave riesgo de salud…
Urge, sí, atender la problemática de la cuenca cuyo río nace en el estado de México y desemboca en la laguna de Chapala pero, más que urgente, se vuelve obligado implementar ya, una política que resuelva el imperioso e inaplazable estado de degradación de dicha comunidad: por humanidad, primero los pobres, sí… pero ante todo, los pobres cuya situación de vida se encuentra en grave estado de indefensión ante la oprobiosa y fatal enfermedad que les aqueja.
(*) Oscar Arturo Herrera Estrada es diputado local por el Partido del Trabajo
