OPINIÓN
Luchas Sociales: Mujeres en peligro
																								
												
												
											Por Mónica Ortiz //
Parece increíble el mensaje implícito de un lamentable feminicidio a las puertas de la casa de un Gobernador, la muerte de una mujer más entro a la estadística del Estado de Jalisco y del país, era un “basta” en todos sus sentidos, las imágenes y la noticia impactó a la sociedad en Jalisco, sin embargo se nos está haciendo costumbre conocer la información noticiosa y la estadística de horror, estamos creando tolerancia a los actos de violencia de género y resistencia social al análisis profundo los temas de feminicidio, sus implicaciones y sus responsables.
En este sentido, deberemos razonar que nos encontramos frente a un evidente choque cultural en un tiempo de derechos humanos e información, lo que no nos está permitiendo socializar efectivamente una realidad dolorosa pero existente e inocultable para la sociedad, la violencia de género, la cultura de educación machista y los padecimientos de trastornos psicológicos o psiquiátricos, son rubros relacionados entre sí que forman un ambiente no sólo tóxico sino mortal.
La responsabilidad de los gobiernos y autoridades en las consecuencias del acoso, abuso, violación y muerte, demanda acciones y campañas contundentes, la oportuna concientización de la sociedad mediante mecanismos de información e intervención del entorno a la protección de las víctimas, el adecuado resguardo y la garantía de los derechos humanos, corresponderá también ofrecer la atención pertinente de trastornos de conducta, podrían solo entonces permitir que las partes involucradas como lo son las víctimas, autoridades, entorno familiar, laboral o profesional, comiencen a comprender la información y el tamaño de la problemática a la que nos estamos enfrentando como sociedad.
La realidad de este fenómeno social impacta y es sensitivo, requiere acciones contundentes y no discursos consolantes, es un asunto también de seguridad, impartición de justicia y de las garantías que debe proporcionar el Estado, para lograr atender este tipo de casos, disponiendo de la correcta aplicación de protocolos de la administración gubernamental, hasta lo que debería ser la última parada de estos actos y conductas, la impartición de justicia a través de tribunales, sin embargo no poseemos ninguna estructura completa y transversal, la cual genere resultados en prevención y disminución de nuestros índices estadísticos, con campañas de atención a víctimas desde las asociaciones de lucha social mismas que deriven y presionen a los gobiernos a dar cobertura eficaz, pronta y adecuada para combatir el acoso en todos sus tipos, la violencia de género y el machismo, para así conseguir entenderlos y neutralizarlos.
Resulta increíble que la última víctima de feminicidio en el Estado de Jalisco, Vanessa contara con órdenes de protección y restricción, incluso hubiera estado parada en un lugar seguro, solicitando ayuda tratando de hacerse escuchar, ver y sentir en la puerta de Casa Jalisco y no logrará sobrevivir, en su último acto de sobrevivencia deja un mensaje importantísimo, como ella existen otras mujeres con el mismo riesgo en el mismo peligro inminente, sabiéndose incapaces de resguardarse en un lugar seguro, luchando por vivir porque es su derecho humano, suplicando todos los días en silencio o gritos que las acciones que realizan de denuncia sea efectivas para frenar el acoso y la violencia que ejercen sobre ellas sus parejas, padres, hermanos, compañeros de trabajo o jefes.
Obliga hacer un gran análisis, como sociedad que educa en el machismo, como miembros de un círculo familiar al ser omisos de conductas que indican trastornos narcisistas o sociópatas, con conductas de abusador, manipulador o violencia, también urge exigir a las autoridades cumplan con su responsabilidad de garantizar, atender oportunamente y resguardar la integridad de todas las personas, sensibilizar en el tema y hasta detectar funcionarios o servidores públicos que presenten este tipo de conductas, pues es otro de los problemas por los que las víctimas son revictimizadas, son atendidas por quienes viven o ejercen violencia, no se debe tratar de ejercer derechos y obligaciones, se tiene que reclamar de las autoridades su intervención con todo lo necesario para cumplir y hacer cumplir su función para entonces efectivamente lograr prevenir y combatir los temas de acoso, abuso, violencia y feminicidio, pues es este el orden en el que suceden las cosas alrededor de estos casos, por lo que a la intervención también le corresponde llevar un orden lógico, su inicio es el acoso en todas sus variantes, es el primer paso para que en una relación de cualquier tipo, pueda existir un feminicidio, esto no es un tema de descomposición social, es un fallo de los gobiernos.
