OPINIÓN
¡No te ayudes compadre!
Columna Comuna México, por Benjamín Mora Gómez //
Se le acumulan los yerros y tal pareciera que se esfuerza en regalarnos nuevas metidas de pata como si fuese con un propósito que a nadie convence y a muchos les provoca mofa e indignación por ser de quien vienen, y a otros les tambalea su apasionada lealtad.
Un mal día, nos enteramos por voz del presidente Andrés Manuel López Obrador, que México tiene 10 mil años de historia; que la imprenta era nuestra antes de que los chinos la inventaran; que las universidades mexicanas ya existían cuando aún no teníamos ni el calmecac, ni el tepochcalli, ni los macehualtzin, ni la ichpochcalli del pueblo nahua. Otro mal día, de los varios que tiene el presidente López Obrador, nos enteramos que los grandes barcos de carga consumen más gasolina que un automóvil y que ello nos hace competitivos y buen destino para cruzar mercancías por el Istmo de Tehuantepec con todo y a pesar de la famosa Ventosa que todo lo voltea.
Claro, lo acepto y señalo, tales perlas lopezobradoristas no son exclusivas de él; las han tenido los presidentes anteriores y hasta muchos de quienes lo critican y burlan; sin embargo, hoy a él le toca atraer la atención y risa. El cargo de presidente de la República viene con todo ello.
Lo grave para México –y para todos nosotros, para ti y para mí- no están en la vacuidad de sus discursos sino en las decisiones de gobierno de López Obrador como el retener los recursos públicos destinados a la salud pública –médicos y medicamentos, mantenimientos y servicios- por decisión del secretario de Hacienda y Crédito Público, o los recortes de personal –por miles- que hacen imposible el buen funcionamiento de las secretarías y dependencias del Gobierno federal, como son los casos de la Semarnat o del Instituto Mora, entre todos los demás, o el cierre de las guarderías de Sedesol o de los refugios para mujeres violentadas, aunque se rectifiquen por presiones mediáticas y resoluciones judiciales. Solamente en México se restringirían los sueldos a médicos mientras se entregan recursos públicos a migrantes centroamericanos por el único motivo de ser migrante.
Lo grave, lo muy grave, está en la obstinación personalísima del López Obrador en romper protocolos legales para llevar a cabo sus personalísimos proyectos: Santa Lucía, Dos Bocas, Tren Maya… y hasta asignaciones de contratos a proveedores de su gobierno o compras de cuasi emergencia como fueron las pipas para Pemex o entrega de recursos públicos para las estancias infantiles del Partido del Trabajo.
Dicen que no son lo mismo el bacín que el jarro aunque los dos sean de barro, y que, aunque todos somos iguales, unos lo somos más que otros. ¡Ni modo que la igualdad sea pareja pues no es lo mismo un chairo que un fifí!
En México, hemos observado cómo las delincuencias solo se transforman y multiplican como son los casos de los carteles de la droga; igual pasa con las mafias del poder en que algunas desaparecen con el nuevo gobierno y nacen otras también con el nuevo gobierno. Todo cambia para seguir igual, dijeran los viejos letrados en la real politik mexicana.
He conocido casos de organizaciones ciudadanas que hoy cuentan con la ayuda de jóvenes beneficiados por el programa Jóvenes Construyendo el Futuro de México, pero advierto que ni los jóvenes tienen claro a qué futuro ni a qué México se refiere el programa y las organizaciones no logran imaginarse diferentes tras este apoyo. Estamos ante un simple y populista programa de pagos de sueldos por el gobierno y ahorros para las organizaciones, pero nadie imagina una posible transformación de fondo… aunque no sea la Cuarta de ellas. ¿Qué pasará cuando esos sueldos dejen de pagarse por el gobierno? ¿acaso las organizaciones estarán listas para “entrarle al quite” o qué, los jóvenes volverán a ser ninis?
Lo que debe entenderse es que los sueldos de nadie los pagan las empresas a manera de acciones buenas y solidarias, y debe aceptarse que cada trabajador, con el fruto de su esfuerzo y beneficio, de la riqueza que agrega, hace posible el pago de su sueldo. Hoy, eso no se comprende y se ataca, y por ello puede fracasar el programa de jóvenes. En gobiernos anteriores tuvieron sus propias versiones de lo mismo y todo quedó en simple grilla juvenil.
Los vacíos que no se llenan con materia se cubren solo con aire. Entendámoslo bien.
Escucho a Luis Miguel Barbosa, candidato de Yeidckol Polevnsky a la gubernatura de Puebla, llamar a sus seguidores “gansas y gansos”. Populachera manera de acabar con la dignidad de las personas e incleíblemente éstos lo agradecen con vítores y lo harán con votos. La política es rastrera y los políticos –algunos- de ínfima materia gris.
LA INSEGURIDAD EN JALISCO
Y mientras todo eso atrae la atención de las mayorías, en Jalisco nos perdemos en medio de una inseguridad que no atina a resolver el gobernador Enrique Alfaro. Comandos armados de delincuentes irrumpen en domicilios particulares a escasos metros de estaciones de policías; comandos de colombianos protegidos –se intuye- por gente en la Fiscalía General del Estado. No se cubren el rostro porque saben que el terror está sembrado y la desconfianza en el gobierno está justificada.
Ahorros de años son arrebatados impunemente, y personas que hicieron vidas honestas y ejemplares se quedan en la miseria. La miseria de esos delincuentes hace miserable nuestra vida comunitaria y la opacidad gubernamental ciega a los gobernantes. Yo soy testigo de la ineficiencia y complicidad en la Fiscalía. Denuncié, investigué, presenté pruebas, y la carpeta se extravió. No vale actuar cuando todo está decidido a favor del delincuente.
Y si todo lo anterior no fuese suficiente para preocuparnos de nuestro presente y futuro, qué decir de los últimos arrebatos twiteros del presidente Donald Trump sobre probables nuevos aranceles a los productos mexicanos, a partir del 10 de junio próximo, exportados hacia nuestro socio comercial fronterizo en razón de la “debilidad gubernamental mexicana en materia migratoria”. La respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador aunque parece firme quizá sea tardía e inoportuna en su forma y fondo. Es una carta oficial, hay que destacarlo, del Gobierno de México a un simple twit del presidente norteamericano sin contener una sola posible represalia nuestra como lo sugiere Arturo Sarukhan y como lo hizo, en su momento, el presidente Enrique Peña Nieto a productos norteamericanos provenientes de estados republicanos.
López Obrador informa, en su carta, a Trump que el canciller Marcelo Ebrard y una comitiva diplomática y comercial irán a Washington a negociar cuando ya antes y muy recientemente, Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano, lo ha dejado plantado como nunca antes, en ningún gobierno mexicano, sucedió. Y mientras todo ello acontece, nuestro peso se devalúa.
Ante ello, solo nos queda creer lo que dice el papa Francisco: “El diablo le tiene bronca a México”.
