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OPINIÓN

Pagan justos por pecadores

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Tercera Instancia, por Modesto Barros González //

Ahora resulta que pretenden lavarse la culpa del equivocado y desastroso operativo para detener a Ovidio Guzmán López, hijo de Archivaldo Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como “El Chapo”.

La intentona de captura de Ovidio Guzmán López, la encabezaban elementos de la Guardia Nacional, apoyados por personal del Ejército Mexicano destacamentado en Culiacán, Sinaloa, los cuales se vieron tan “inocentes” que supuestamente pretendían cumplimentar una orden de detención solicitado por autoridades estadounidenses.

Casi todo estuvo tan mal planeado que los uniformados no llevaron el documento girado por autoridad para que se ejecutara la detención, lo que fue un error garrafal.

Para colmo los elementos del gobierno o sus “jefes” no planearon la estrategia sobre posibles repercusiones que se llevarían a cabo ante el arresto de quien hoy se sabe es muy poderoso y con gran capacidad de movilización de personas armadas hasta los dientes.

El resultado se supo en pocas horas cuando personas civiles mostraron su poderío y doblegaron al Gobierno de la República, con todo y que nos se quiere reconocer.

Ante las amenazas de sujetos que portaban poderosas armas de alto calibre y hasta algunos con casco militar y chalecos antibalas, tuvieron en por lo menos nueve puntos el control de la capital de Sinaloa y en su poder dos carros cisterna conteniendo miles de litros de gasolinas para incendiar viviendas de militares y otros lugares estratégicos.

Afortunadamente, eso sí hay que reconocer el flamante gobierno decidió dejar libre a Ovidio Guzmán López, y se calmaron los ánimos, aunque se estima que nueve personas sí perdieron la vida y varias decenas resultaron con lesiones.

Con todo y lo que en su momento informaba el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Francisco Alfonso Durazo Montaño, de que todo había iniciado cuando elementos que patrullaban la ciudad, en uno de sus puntos fueron agredidos a balazos por sujetos “desconocidos” y armados, por lo que al hacerles frente se dieron cuenta de que entre cuatros individuos arrestados estaba el hoy famoso Ovidio Guzmán López, por lo que procedieron a su arresto.

Al transcurrir el tiempo se descubrió la mentira y entonces se vio obligado a decir que realmente buscaron la captura del hijo de “El Chapo Guzmán”, pero los acontecimientos violentos los llevó a dejarlo en libertad.

Lo grave del asunto es que hasta el momento ante las violaciones de leyes y reglamentos que se cometieron por civiles no se abrieron carpetas de investigación ni contra de los sujetos fuertemente armados, ni contra los jefes u operadores del desastroso operativo poli-militar.

Este fin de semana se informó que el Presidente Andrés Manuel López Obrador y el de Estados Unidos, Donald Trump, acordaron por teléfono que habrán acciones inmediatas para combatir y contener el tráfico de armas entre ambos países, como si ese tipo de ilícito se descubriera en las últimas fechas, siendo que tiene muchos años de cometerse.

Solamente el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval González, reconoció errores en el fallido operativo, mientras que el titular de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, se ha dedicado a conceder entrevistas a distintos medios electrónicos en su mayoría, para salir mejor librado.

Quien no tuvo recato absoluto es la señora presidenta del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Yeidckol Polevnsky, quien se “voló la barda” al defender al presidente AMLO, y sentenciar que “no tienen derecho a opinar, no pueden criticar el que un hombre haga las cosas bien cuando ustedes lo hicieron todo mal y nosotros no se los vamos a permitir”.

Primero, como era de esperarse, dijo que el Presidente era un “humanista” y siempre ha dado la cara y evitó que mucha gente muriera en Culiacán, Sinaloa, pero llegar a prohibir que se critique al  mandatario es un abuso de poder, con todo y que tengan los de MORENA, el control del país.

Por lo pronto más de un centenar de asustadas familias de militares de Culiacán, fueron transferidas a otras localidades y desde el pasado sábado arribaron a esa capital más de 250 soldados de élite. Aunque no se informó para qué llegaban sí parece que no hay verdadera voluntad de arrestar delincuentes, a menos que los manden a vacacionar.

Esperemos que quienes verdaderamente conocen de estrategias del combate a la delincuencia sean contratados en áreas estratégicas, ya que no se ven buenos resultados con estarse “reuniendo” cada mañana los jefes.

Creo que ya no es hora de estar dando patadas de ahogado y cumplir con lo que reglamentos, leyes y la misma Constitución ordenan. Sean del partido que sean la inseguridad se refleja en diferentes puntos del país.

Cabe señalar que los soldados siempre han estado listos y dispuestos a obedecer y combatir a los delincuentes, pero varios de ellos ya están molestos de que siempre sean los “patitos feos” y se les critique fuertemente porque si hacen algo, malo, y si no lo hacen, también, además de permitir su ridiculización por parte por grupos de civiles armados.

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