OPINIÓN
El presidente que no respeta a las instituciones: Primero desapareció el Seguro Popular ahora va por el INE…
Comuna México, por Benjamín Mora //
¡Mientras en China se construirá un hospital de mil camas en menos de una quincena para quienes se enfermen de coronavirus, en México, Andrés Manuel López Obrador cancela el Seguro Popular, inventa un engendro como el Insabi y se dejan de abastecer los medicamentos que requieren niños y niñas enfermos de cáncer, hemofilia y otras enfermedades terminales y costosas!
La mendicidad y mediocridad del presidente López Obrador es de temerse. Se doblega ante el presidente Donald Trump; usa la fuerza del Estado mexicano en contra de los migrantes centroamericanos, pero la evita ante los delincuentes; provoca desconfianza económica hasta detener nuestro crecimiento y desarrollo; difiere sus compromisos electorales como el bajar el precio de la gasolina… Pregunto: ¿Acaso no es traición a la patria el postrarse, como presidente de México y jefe del Estado mexicano, ante el presidente de otra nación como lo hace López Obrador ante Trump?
López Obrador se aferra a todo aquello que no resuelve los problemas de México. En el mundo se compite desde la excelencia y se promueve desde la experiencia y la mejora continua; en México se cancelan programas como Pro México. Los grandes líderes se distinguen por sus formas de pensamiento no lineales, disruptivos, pero nuestro presidente no goza de tal virtud. Su pensamiento no solo es lineal, sino que a veces, muchas veces, lleva un lastre que no detiene; las mañaneras son claros ejemplos. Su pequeñez le lleva a temer a Javier Sicilia y a los hermanos LeBarón y por ello, se niega a recibirlos. Le aterroriza que “ellos” denigren la imagen de su investidura presidenciaL cuando en realidad, ellos podrían reposicionarlo; claro, si el presidente Andrés Manuel López Obrador les diera respuesta a sus demandas. Pareciera que López Obrador no comprende que su presidencia naufraga ante el mundo por sus propias malas decisiones y no como consecuencia de quienes no comparten su visión astigmática y miope. En Davos su ausencia fue muy comentada; vamos, fue muy criticada.
Desde niños conozco a Javier Sicilia y sé que jamás diría una palabra de más. Javier es un hombre prudente y de bien que se conduce de forma correcta, aunque firme. A Javier le teme quien se sabe débil en sus argumentos y equivocado en sus principios y valores. ¿Qué principios y valores tiene quien toma decisiones desde cifras distintas a las de la realidad?
López Obrador le teme a Javier porque su gobierno, con los abrazos hacia los delincuentes, no busca la paz desde la justicia y la dignidad. López Obrador, aunque nos diga lo contrario, sabe que los resultados de su gobierno en materia de seguridad son alarmantes y que su equipo no es el ideal, y no está dispuesto a cambiar su estrategia ni a correr a sus amigos.
Sin embargo, hay que reconocerlo, Andrés Manuel ya dio respuesta a Javier, los LeBarón y a México: “Yo tampoco ni los veo ni los escucho” como dijera Carlos Salinas de Gortari, su recontra enemigo.
Andrés Manuel López Obrador se apresta a consolidar su proyecto desde dos frentes: Acabar con el Instituto Nacional Electoral y obtener la información que de cada ciudadano tiene el INE. Entonces, a nadie nos verá ni nos escuchará; solo dictará.
Lo grave es que en México la oposición está desdibujada… vamos, desaparecida.
Alejandro Moreno, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional vive una luna de miel con Andrés Manuel López Obrador que tiene muy molesta a la base de su partido, que pierde sentido y propósito. No es ni quiere ser oposición pues su posición es de complacencia y cínico apoyo, ¿o quizá no ha tenido tiempo de armar una estrategia de alto impacto?
El PRI de Alejandro Moreno no ha merecido el interés de los medios de comunicación y eso es sintomático. Sus declaraciones, en su mayoría, carecen de rumbo y contenido. En sólo unos meses, Moreno hizo añicos la historia de presidentes del Revolucionario Institucional y sus dos tiempos anteriores con hombres y mujeres como Lázaro Cárdenas, Heriberto Jara, Rodolfo Sánchez Taboada, Carlos Alberto Madrazo Becerra, Lauro Ortega Martínez, Alfonso Martínez Domínguez, Jesús Reyes Heroles, Porfirio Muñoz Ledo, Javier García Paniagua (jalisciense), Luis Donaldo Colosio, María de los Ángeles Moreno, Dulce María Sauri Riancho, Beatriz Paredes Rangel…
México tiene en López Obrador, por mucho, al presidente más incapaz en muchas décadas. López Obrador ha reivindicado a Fox, Calderón y Peña. Va de ocurrencia en ocurrencia, de contradicción en contradicción, de pleito en pleito, de sumisión en sumisión y todo ello, no le es suficiente a Alejandro Moreno para confrontársele ni para exhibirlo.
Cuando López Obrador buscaba la presidencia de la República, lanzó un spot en contra de la mafia del poder en el que, desde alguna gasolinera en Estados Unidos, comparaba el precio del combustible allá con el precio en México, y se comprometía a igualarlos en cuanto él ganase. A más de un año de ser presidente y poder cumplir su palabra, la diferencia en el precio de los combustibles se mantiene o quizá haya crecido. Entonces, por qué Alejandro Moreno no hace un spot similar, desde Estados Unidos y nos hace ver que López Obrador no cumple, exhibiéndolo. Solo quizá, porque no está para oponerse. Hoy, ninguno de mis amigos apartidistas, miran al PRI como una opción de gobierno y creo que con Alejandro Moreno eso no cambiará, y coincido con quien dice que si Alito no cambia hay que cambiarlo. La mendicidad no cabe en política a menos que se sea un mendigo del poder.
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