OPINIÓN
Impuesto a las herencias
Opinión, por Héctor Romero Fierro //
Nuevamente los legisladores de Morena Co. presentarán en el próximo periodo de sesiones del Congreso de la Unión una iniciativa tendiente a gravar con Impuesto sobre la Renta las Herencias y Legados, solo con el propósito eminentemente recaudatorio para poder cumplir en parte las promesas populistas de Manuel Andrés López Obrador, sin importarles, como lo han demostrado a lo largo de un año, las consideraciones técnicas y económicas derivadas de la implementación de un impuesto de esta naturaleza donde podemos apreciar que solo buscarán gravar el mayor número de operaciones sin considerar el efecto, no solo en el autor de la herencia o del heredero, sino también en el grado de confianza en el país y la lógica salida de capitales que provocaría un impuesto de esta naturaleza.
Solo imaginemos lo que realizarían todos esos inversionistas que actualmente tienen su dinero depositado en bancos mexicanos, los cuales pueden sacar del país en cualquier momento solo con presionar una tecla de su computadora, al llevarlo a otro país ese dinero ya no podría, al ser transmitido por herencia, tener efecto fiscal alguno en el país de origen, y con mayor razón si la cuenta se apertura con diversos co-titulares.
Actualmente la herencia o la donación está exenta de impuesto sobre la renta, a pesar de sí existir una transmisión patrimonial, lo anterior siempre y cuando se realice entre ascendientes o descendientes el línea recta sin limitación de grado. Lo anterior ya que se considera un simple ajuste de titular dentro del mismo núcleo familiar, además de que en la gran mayoría de los casos el autor de la herencia o donación ya pagó impuestos al generar los ingresos con los que adquirió los bienes que ahora donaría o heredaría, resultando esto en una doble tributación ruinosa. Reconozco que en nuestro país no está prohibida la doble tributación pero una política económica de una equivocada decisión tributaria puede generar una salida masiva de capitales de nuestro país, incluso previo a su entrada en vigor.
En otros países una decisión de esta naturaleza va acompañada de estudios que duran de uno a tres años y se evalúan de acuerdo al efecto que provocan en la economía en el largo plazo, y no, como en México se pretende, solo por aspectos recaudatorios, y que también reflejan un odio acumulado por parte de muchos de Morena en contra de los ricos de nuestro país y ven como revancha un impuesto de esta naturaleza.
Desde finales de 2018 se intentó, nuevamente, impulsar un impuesto de esta naturaleza, que afortunadamente no se logró implementar, pero que ocasionó que muchísimos empresarios ya donaran en vida, aprovechando la exención actual que insisto, permite donar sin cubrir ese alto impuesto, otros se cubrieron con fideicomisos y otros donaron a sus hijos sus acciones de sus empresas pero reservándose el voto corporativo para seguir controlando la empresa hasta su muerte, pero habiendo ya transferido las acciones a sus hijos, y otros más, muchos, sacaron sus inversiones del país simplemente.
Un impuesto de esta naturaleza puede ser tan regresivo que podría provocar que señoras de avanzada que quedaran viudas se verían obligadas a vender en muchos casos los bienes heredados para cubrir el impuesto que les generó el hecho de recibir la herencia del marido, incluso cuando ellas colaboraron para lograr el adquirir esos bienes.
Como ya lo había escrito, independientemente de que las consideraciones de sus propuestas sea o no válidas, debo señalar que dichas iniciativas parten de premisas equivocadas ya que con el Impuesto sobre la Renta (ISR) se pretende desposeer a aquellos que tienen la fortuna de heredar y quedarse, en el mismo estrato social en que se encontraba, a juicio de algunos diputados, sin haber trabajado, mientras que aquellos que no tienen las misma suerte, permanecen en el infortunio de la pobreza, situación a todas luces equivoca, ya que si consideramos a la familia como núcleo fiscal precisamente el autor de la herencia fue el que trabajó, e insisto, ya pagó su Impuesto sobre la Renta y precisamente el modelo mexicano ha considerado a la familia como un núcleo global. Inclusive el impuesto por premios, loterías y encontrar tesoros sería menor que por heredar. Pareciera que la consigna será, si heredó háganlo pobre.
La dificultad para determinar la base (el valor) sobre el que se causaría el impuesto es sumamente complicado ya que al pretender causarlo por los ingresos que se obtengan por herencias o legados, se torna sumamente difícil, solo como ejemplo, ¿cómo voy a valuar el ajuar doméstico entendiendo dentro de ese concepto desde ropa, joyas, pieles, vehículos embarcaciones y aeronaves; y a las obras de arte y antigüedades?, simplemente las acciones de empresas que cotizan en bolsa cambian de valor constantemente y pueden ser parte de la masa hereditaria o qué pasa si desde este momento ya adquiero los bienes en usufructo por el futuro autor de la herencia y en nuda propiedad por el cónyuge, pariente o heredero.
Ya en México existió un impuesto a la herencias y se derogó la misma con los siguientes argumentos: a) Que la recaudación era ridícula, ya que los causantes ocultaban todo lo ocultable. b) Que el impuesto era exageradamente alto. c) Que la derogación sería aplaudida por los causantes que se sentirían libres de una amenaza muy grave. d) Que afluirían capitales extranjeros cuya inversión en el país ocasionaría un apreciable ingreso en la recaudación del impuesto sobre la Renta. e) Que es aconsejable como política fiscal gravar el producto y no el capital. Creo que debemos aprender de la historia no muy lejana, situación que nunca toman en cuenta los legisladores de la “CuatroT” pero además les recordamos que el señor López prometió que no habrá nuevos Impuestos, cosa que ya vimos no cumple, como fue en el caso del IEPS.
