OPINIÓN
El hartazgo de las mujeres en México
Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //
Las mujeres en el país están molestas, no existe seguridad ni garantía alguna para habitar México siendo niña o mujer, no se vive se sobrevive, es por eso que el enojo ha llegado a un paro nacional propuesto por organizaciones feministas del país, la oleada de feminicidios, desapariciones y violencia extrema entre los que se encuentra el desgarrador caso de la pequeña Fátima, ha colmado a la sociedad hasta el punto de hacer un alto protestante, un basta a la violencia y a la indiferencia, el día 09 de Marzo habrá un paro nacional denominado “un día sin mujeres”.
En este contexto el 09 de marzo no debe ser politizado ni por gobiernos en ejercicio ni por partidos políticos, las luchas que se vuelven políticas terminan por ser discursos de precampañas anticipadas.
Es un asunto de corte social el realizar un paro nacional en donde las mujeres suspendan sus actividades a manera de protesta, no es un descanso ni un día libre para las mujeres, es un freno en el que se simulará desaparecer de las aulas, comercios, oficinas, actividades empresariales, gubernamentales, un día en la que actividad económica que las mujeres realizamos se detenga por 24 horas, sin transacciones, compras o consumo, una actividad de protesta nacional que implica desaparecer como miles de mujeres en el país que dejaron de realizar sus actividades por estar inmersas en un círculo de violencia, acoso y abuso constante, pero sobre todo por aquellas que no regresaron jamás a sus casas, escuelas y trabajos.
Un día sin mujeres, es un paro de protesta general en contra no solo de los gobiernos y de las deficientes instituciones encargadas de salvaguardar los derechos de las mujeres, sino de nuestro propio país y su cultura machista violenta, aquella en la que una mujer nace para servir a los hombres, trabajar con menos salario, en la mayoría de los casos todavía minimizada en aspectos sociales, culturales y profesionales; esta cultura que viene de casa que se hereda de generación en generación y que nos ha convertido en mujeres tolerantes a nuestra propia sociedad y gobiernos.
La violencia contra las mujeres en México tiene cifras abrumadoras, casos atroces e historias crueles que se viven en el día a día en todo el territorio nacional, pero está problemática de extrema violencia enmarca diversos factores sociales, económicos, políticos y culturales, cuya transversalidad del problema es de magnitudes inimaginables y ya se nos fue de las manos, por lo que esta protesta implica un interesante choque sociocultural de las generaciones de hace dos décadas y esta generación empoderada con información y tecnología como herramienta básica indispensable, exigente de sus derechos, muy consciente de los daños ocasionados, así como de la devastadora tragedia que se vive en materia de feminicidios, violencia y desapariciones, son quienes convocan a detener el país en una ausencia simulada de respaldo y protesta necesaria.
En este sentido, lo que interesa es la dimensión y los alcances de una protesta nacional como la que se cita el 09 de marzo, el hartazgo de las mujeres expresado libre y de forma pacífica, lo que no importa realmente es la opinión de los políticos y los gobiernos, ni sus miles de forma de convertir un tema social en un asunto político y mediático, no es relevante lo que diga el presidente, un diputado, el gobernador etc., es una protesta nacional de mujeres no es un asunto de hombres ni de concesiones, permisos o complot.
En conclusión, dejemos de polarizar un tema socialmente relevante de protesta y libre expresión, para conocer los alcances históricos y sociales de este tipo de manifestación nacional, dejemos de pensar políticamente, busquemos las razones por las que es necesario para nosotras las mujeres levantar la voz, apoyemos “UN DÍA SIN MUJERES” seamos parte de un histórico movimiento de protesta nacional, para observar nuestra propia sociedad sus carencias y necesidades, pero también seamos claros quienes minimizan e invalidan la protesta, son entonces parte del problema que vive nuestro país sobre la percepción de las mujeres.
