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OPINIÓN

Los nuevos Goebbels en la política

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Opinión, por Xicoténcatl Hurtado //

Increíble, pero cierto. A 87 años del inicio de labores del llamado “padre de la propaganda política”,  Paul Joseph Goebbels, durante el régimen del Tercer Reich (1933-1945) como Ministro para la Ilustración Pública y Propaganda, seguimos viviendo y estando secuestrados, ya no por una persona con la causa, filosofía e ideología del líder, sino todo lo contrario.

El discurso y la nota se da desde los bien conocidos en el ambiente político “cuartos de guerra”, en donde se define la estrategia de comunicación del candidato, gobernante y administraciones públicas.

La Real Academia Española define como “propaganda” a la “acción y efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores”. En nuestro caso, los adeptos y compradores se refieren: cualquier persona de 18 años o más que tengan el derecho de emitir un voto electoral, o gobernado al que se le quiera dar a conocer lo conveniente para tener su agrado al gobierno. 

Asimismo, la “publicidad”, la RAE la define como la “divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores, usuarios, etc”. 

Ambas definiciones, la propaganda y la publicidad, las vivimos a diario, a todo momento, con un sin fin de mensajes y “posteos” huecos que no incentivan la participación ciudadana, cultura democrática y la información responsable sobre el quehacer profesional del gobierno y gobernantes. 

Recibimos y vemos a diario en las redes sociales una pésima estrategia de comunicación secuestrada por empresas de comunicación que son pagadas con recursos públicos, y que no son para nada baratas. Estas empresas de comunicación son contratadas no sólo para una persona, sino para colores, administraciones e ideologías de cualquier servidor público emanado de las mismas iniciales de cualquier partido político y juegan impunemente con la ira, el miedo, la necesidad y el deseo de la ciudadanía que sólo maquillan con mensajes y publicaciones que no son reflejo de esto último. 

Estas empresas se manejan con total impunidad  y empoderamiento para poder decir, hacer, bloquear a críticos (soy uno de ellos) y ejercer un presupuesto injustificable en pautaje en redes sociales totalmente incomprensible. Yo he pautado y con cincuenta pesos llego a 120 mil personas. Con doscientos he logrado el millón doscientos mil impresiones. 

Goebbels, fue un estratega inigualable. Supo traducir y difundir una ideología política. Éstos nuevos “intocables” dueños de la publicidad y propaganda de los políticos y administraciones públicas, les dicen qué hacer y qué decir a los representantes. No siguen una ideología del líder moral. Siguen intereses económicos, con la premisa de más publicidad y propaganda electrónica sin sentido, para cobrar más.

Han convertido las redes sociales en un escaparate aburrido de todo servidor público que quieren hacer ver humilde y cercano a la ciudadanía, cuando realmente lo que necesitamos de los representantes populares al utilizar las TICs, son mecanismos de participación proactiva y no reactiva. A nadie le interesa ver si un gobernante se chinga un taco de suadero, va a un partido de futbol, corre un maratón o inaugura obras. Queremos saber si se le apoya al que vende los tacos; si aplica las leyes y reglamentos alrededor de los estadios para vendedores ambulantes, revendedores o las porras; saber cuánto se gastó el gobierno en equis maratón, las gestiones que se hicieron para invitar a deportistas internacionales, el precio de las medallas y la empresa que las hizo; la consulta pública previa que se realizó para realizar remodelaciones en una colonia, si se socializó, etc.

Vivimos en la sociedad de la información y el conocimiento shingaaa!, no queremos ver representantes dándole mordida a un taco o regañando gente.

Necesitamos gobernantes que empoderen a la ciudadanía mediante información precisa concisa y maciza de lo que vayan a hacer, lo que estén haciendo y lo que ya hicieron. 

Por ello, no cabe duda que Joseph Goebbels tenía razón en ésta frase que es reflejo del actuar actual y cotidiano de las empresas de comunicación de las que somos presos, al referirse a las falsas noticias de los aliados en aquella época: «Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. ¿Hasta cuándo alzaremos la voz y demandaremos propaganda y publicidad digna de la época? Mientras tanto, los nuevos Goebbels nos seguirán dando atole con el dedo.

E.mail: xicohurtado@icloud.com

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