JALISCO
Los viajeros de Vail, del placer a la pesadilla
Opinión, por Mario Ávila //
Una semana intensa se ha vivido en Jalisco, la más intensa de la que tendrán memoria las nuevas generaciones. Una semana en la que los sucesos relacionados con el Coronavirus COVID-19 se han precipitado de manera repentina, sobre todo cuando parecía que se trataba de un suceso grave, pero ajeno.
Todo parecía que esta pandemia sería un tema de televisión, o que veríamos solo a través de las redes sociales, a la distancia, pero qué lejos estábamos de que esa fuera una realidad y en cambio se ha convertido en una situación tan cercana y tan impactante, ya que el destino nos alcanzó y se habrá de pagar factura por las omisiones o por el menosprecio.
Justo en una sola semana se han vivido sucesos altamente trascendentes y que no se habían visto en muchos años, como es el caso del cierre de las iglesias, lo que no ocurría desde la Guerra Cristera, allá en el final de la década de los años veinte en el siglo pasado. Ayer por violencia, hoy por salud.
Justo este fin de semana, fuimos convocados a una especie de toque de queda, una invitación a aislarnos voluntariamente en los hogares durante 5 días, con el argumento de que así evitaríamos que el día de mañana se tenga que recurrir a la cuarentena obligada.
Se anticipó el periodo vacacional en las escuelas, se destinó una partida de mil millones de pesos para atender a la micro y pequeña industria, lo mismo que a los que vive del autoempleo y a los que se dedican al comercio informal.
Lo cierto es que el sector salud está ya de por sí rebasado según nos lo dejó ver desde el año pasado la crisis del dengue, tema en el que fuimos líderes a nivel nacional. De ahí la gran preocupación de que al llegarse a casos extremos, con mucha facilidad el sistema de salud quedaría rebasado, colapsado y las consecuencias serían fatales.
Hoy nos impacta el Covid-19 y Jalisco de nueva cuenta levanta la mano para posicionarse en los primeros lugares a nivel nacional, arrancamos disputando el «sitio de honor» en las estadísticas de contagios con la Ciudad de México y Nuevo León.
El peor de los focos de infección fue un par de vuelos charters en el que llegaron 400 turistas que habían viajado a Denver, Colorado, en Estados Unidos, particularmente fueron a esquiar a las montañas de Vail. Y que esa la primera actitud omisa de las autoridades, anunciaron la llegada de esos viajeros con altas posibilidades de estar contagiados, dos semanas después de que habían aterrizado de regreso en Guadalajara, cuando ya los turistas se habían dispersado y muchos de ellos se sabe, habían viajado a distintos puntos del estado, como algunos pueblos mágicos y a la costa en los límites de Jalisco y Nayarit.
Ahí hubo tibieza, ahí les pasó de noche, ahí la displicencia de las autoridades del estado y de salud, quizá porque se trataba de viajeros VIP a los que no se les puede alzar la voz ni se les puede exigir que se sometan a revisiones médicas para saber si eran o no portadores del virus. Fue evidente en este caso, que de nuevo como el año pasado la Secretaría de Salud falló de manera contundente al no poner filtros sanitarios con oportunidad en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara.
Hoy el tema del coronavirus ha sido utilizado por el gobernador Enrique Alfaro, para sacarle raja política, para que se note la diferencia de lo que él sí hace y la Federación no; para que se vea que sin necesidad de endeudar al Estado, obtendrá recursos de algunas otras partidas para apoyar a los sectores más agraviados por esta situación y también ha sido el Covid-19 la posibilidad de reconciliarse con la ciudadanía, que lo había castigado desde mitad del año pasado con notas reprobatorias en su gobierno.
Por ejemplo, ha querido mostrarse como un gobernador con mucha determinación, con iniciativa, con un alto sentido de responsabilidad para atender los efectos de la contingencia y anticiparse a los hechos con decisiones que en todo momento compara con la pasividad que ha asumido el gobierno de López Obrador.
Sin embargo, cuando ha tenido la oportunidad de tomar determinaciones realmente trascendentes, ha fallado, como falló al no haber recibido y revisado a los 400 viajeros pudientes, que son el mayor foco de infección del Covid-19 en Jalisco y que son la causa que seguramente pondrá a la entidad como líder nacional en contagios.
Falló también en el caso de Puerto Vallarta, en donde las imágenes que han transmitido los medios de comunicación, es de un aeropuerto absolutamente rebasado, instalaciones repletas, amontonadas, cientos o millares de pasajeros encimados peleando por un vuelo tratando de salir lo antes posible del destino turístico.
Pero ha fallado principalmente en el tema de la comunicación, Enrique Alfaro que con la simple publicación de un mensaje de Faceboock, es suficiente para que la ciudadanía lo tenga que tomar como una instrucción formal, dando por entendido que todos los jaliscienses tienen acceso a FB y además dando por hecho que todos los que utilizan esta red social, lo tienen a él como contacto y están obligados a ver su portal.
Ha sido incapaz de lanzar mensajes utilizando todos los recursos disponibles para el Estado, disponiendo de una empresa televisora y tres transmisoras de señal de radio por AMm y FM administradas por el Poder Ejecutivo; un canal de televisión administrado por el Poder Legislativo; pudiendo hacer uso de los tiempos oficiales del Estado a los que tiene acceso en las empresas comerciales de radio y televisión y cientos de millones de pesos presupuestados para ejercer en los medios de comunicación masiva.
Nada de eso usa, simplemente lanza un mensaje en FB y cree que ese es el medio de comunicación oficial, con eso da por sentado que todo el estado los tiene que escuchar y lo que es peor, atender.
Por eso ese llamado a aislarse voluntariamente durante estos 5 días será un fracaso, porque sus mensajes no son por un medio oficial y por distintas rutas para hacerlo llegar a todos o al menos a la mayoría de los jaliscienses.
Pero quizá eso es lo que él busca, que su llamado de los 5 días fracase, que la gente salga a la calle y con eso pueda tener el pretexto perfecto para responsabilizar a la ciudadanía del alto índice de contagiados, que seguramente aparecerán pero no a causa de no recluirse estos 5 días, sino como consecuencia de no haber identificado aun a 300 de los 400 viajeros VIP que no se atrevieron a incomodar con la rutina de un filtro sanitario.
A nivel nacional, el gabinete de Andrés Manuel López Obrador ha admitido ya que la crisis del coronavirus no es cualquier crisis, que se avecina un impacto brutal en la economía, un desastre en el turismo e incluso la posibilidad de que se llegue al extremo de una grave crisis social. En Jalisco en cambio se navega entre sembrar el temor y actuar con indolencia.
