OPINIÓN
El consentido del gabiente
																								
												
												
											Tercera Instancia, por Modesto Barros González //
No cabe duda que más vale tener suerte y que lo dejen hacer su voluntad para lograr salirse con la suya, además de tener todo el apoyo del gobernador Enrique Alfaro Ramírez, como en otro tiempo también lo tuvo de Emilio González Márquez, ese es el caso del “suertudón” Diego Monraz Villaseñor, flamante secretario del Transporte.
Otro acierto que acaba de lograr es la desaparición, parece que ahora sí, de la empresa paraestatal Servicios y Transportes (SyT), que fue creada por don Enrique Álvarez del Castillo, y la cual fue destinada para siempre perder recursos pero dar servicio a la población de colonias muy populares y de la periferia de la ciudad, donde a las rutas de las otras empresas concesionarias no les gustaba entrar por el mal estado de calles y avenidas, la mayoría sin pavimentar o en pésimo estado.
A SyT desde hace varios años otros gobiernos la dejaron morir con todo y que tenía y tiene un gravamen de alrededor de 1,400 millones de pesos, además de un conflicto con varios conductores que no han sido liquidados conforme a la ley.
De los problemas de la paraestatal tiene todos los conocimientos Diego Monraz Villaseñor, quien no la pudo desaparecer entonces y dejó, supuestamente, por órdenes superiores que se mantuviera perdiendo dinero, total no es dinero de los gobernantes.
Ahora que le vuelve a brillar su “estrella de la suerte”, parece que encontró la “solución” al problema y logra conseguir «compradores» particulares para que operen las rutas que seguramente serán seleccionadas al mejor postor y eliminando las que no redituables para los integrados transportistas, aunque no se debe descartar que los eternos concesionarios incrementen su negocio.
Hasta el momento, con “bombo y platillos”, el controvertido Diego Monraz Villaseñor anunció la liquidación total de SyT, pero no ha informado públicamente quién o quiénes son los felices ganadores de la licitación, si es que se hizo correctamente, además de cuántos millones de pesos todavía le costará al Gobierno del Estado; total, la danza del dinero sigue adelante, que a eso le entienden varios y muy bien.
¿POR FIN SE LEVANTAN LAS RESTRICCIONES, O NO?
Es un hecho que el acercamiento a los directivos de la Universidad de Guadalajara por parte del gobernador Enrique Alfaro Ramírez, le ha redituado grandes logros, sobre todo en materia de salud.
Sin embargo, pareció que hace unos días Alfaro Ramírez se quiso salir del “redil” y le tuvieron que “jalar” las orejas los altos mandos y posiblemente hasta el “dueño moral” de la UdeG, para tener que corregir su presunta intención de liberar las restricciones a la población para evitar el contagio del coronavirus.
En el enredo que hizo el mandatario estatal, mucha gente y las propias autoridades de la universidad, entendieron que este lunes 18 de mayo iniciaban las actividades al arrancar la denominada Fase 0 (cero), por lo cual la casa de estudios en tono enérgico y con una atinada advertencia señaló que sería un riesgo el permitirse eso.
Por lo tanto, no tuvo otro remedio el gobernador que poner cara de “niño regañado” y declarar en un video en Casa Jalisco que se había malentendido lo que quiso advertir y que realmente lo que arrancará el día 18 de mayo serán los protocolos para negocios y empresas, para así poder reanudar labores el primer día de junio próximo.
Lo que está muy claro es que parece que ya desaparecieron esos tiempos en los que se decía que «los Padilla y la Universidad de Guadalajara estaban fuera de cualquier acción en las tierras de Tlajomulco de Zúñiga», o sea tierra libres de ellos. Ahora se puede decir que en toda la entidad ya tienen el control, lo que quiere decir que en algunos temas, sobre todo en el de salud, no se sabe si quien opera es el gobernador o la UdeG o hasta el mismo licenciado Padilla, las sorpresas continuarán seguramente.
