OPINIÓN
Confusión con reapertura: Foros regionales de reactivación económica
																								
												
												
											Educación, por Isabel Venegas //
La tragedia del coronavirus se describe como una enfermedad que daña vidas de muchas formas: es un virus de un alto nivel de contagio y de letalidad, ha provocado una afectación en el estado de ánimo por el aislamiento con tendencias depresivas graves, y para casi todos implicó un impacto en la economía que parece cada día hundir más hondo su estocada en comunidades que ya tenían esquemas muy frágiles en cuanto a su organización y patrimonio.
Durante las últimas semanas hemos visto a los gobiernos (no solo del país sino del mundo), tratar de encontrar soluciones que no parezcan irresponsables al reabrir sus comercios y servicios al público; cierto es que cada región ha registrado comportamientos diferentes, y en zonas como Latinoamérica y particularmente México, el panorama no se ve nada fácil: un país con altos índices de obesidad, de hipertensión, de diabetes entre otras enfermedades crónicas, hacen que la letalidad del virus aumente, aunado a eso debemos ser conscientes de que los sistemas públicos de salubridad ya enfrentaban serias carencias en cuanto a cantidad de personal y sus formatos de contratación, de medicamentos y/o de infraestructura, para atender de manera cotidiana a una población que en su mayoría carece de otras formas con qué cubrir su atención médica.
En México tener una póliza de gastos mayores es un privilegio con el que pocos pueden contar, ya sea por la cultura de baja previsión o por los salarios que suelen atender con mucha inmediatez la cotidianidad y el gasto diario.
Básicamente ese es uno de los puntos que han hecho cada vez más complicado implementar los mecanismos para enfrentar esta pandemia; por un lado se debe detener el flujo e interacciones entre la mayoría de los ciudadanos para que a menor cantidad de contactos el número de contagios se mantenga en el menor índice posible, sin embargo ha quedado claro que hay un sector de la población que no puede parar, que vive al día y que requiere seguir saliendo a laborar porque su economía familiar no tiene una póliza de seguro, un fondo de ahorro o un sistema de previsión para este tipo de situaciones.
Un sector que no puede parar por los servicios que presta a la ciudadanía, operaciones básicas como protección civil y bomberos, cuerpos de seguridad, salud, limpieza, etc.; a ellos se agrega la economía que vive al día, los comerciantes que venden en tianguis, mercados, puestos ambulantes, y que en su gran mayoría tienen distribución de alimentos, mismos que fueron considerados de orden prioritario desde el inicio de la contingencia. Una economía que cuenta a más del 50% de la población, y que por tanto dan una estimación muy negativa a las predicciones que desde un principio hacía la Universidad de Guadalajara en voz de su rector, el Dr. Villanueva, al decir que si no se resguardaban en sus casas por arriba de un 60% de ciudadanos como mínimo, la población del estado de Jalisco iba a tener un escenario catastrófico. El reto está entre la necesidad de atender estas dos urgencias, la de convencer a la población de permanecer en sus casas, además de implementar una serie de medidas para su vida cotidiana como el gel antibacterial, el cubrebocas, las mascarillas, etc., pero al mismo tiempo la de reactivar la economía con un vigor y un dinamismo suficiente como para recuperar el ritmo y resarcir el daño que ya se contabiliza por miles de millones de pesos tan solo en tres meses de aislamiento social.
Para muchos la confusión sigue, las dudas se mantienen porque esta paradoja suele enviar mensajes confusos: “si ya vamos a abrir los negocios es porque ya todo se acabó y en realidad no hay nada de virus”. El gobierno del estado de Jalisco ha cambiado de dirección, cosa que en mi opinión considero muy favorable: ha dejado la postura de control estatizado, para dar paso a la libertad de los individuos quienes deberán asumir los criterios de riesgo, es decir, que cada quien tome la decisión o las medidas con las que puede atender esta compleja situación. Cierto es que esa libertad debe ir acompañada de los elementos que al estado competen:
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Fortalecer las agendas de mejora regulatoria, a fin de que los trámites ante instancias tengan la menor cantidad de contactos (con lo cual se disminuyen tiempos y posibilidades de corrupción), digitalizando sus procesos, pero no solo haciendo un traslado de los papeleos a plataformas virtuales, sino estableciendo una seria reingeniería y ajustes a la normatividad, reglamentación efectiva y eficiente.
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Reorganizar los mecanismos y estrategias tributarias, a fin de promover la reducción en el número de comerciantes en el sector informal, con lo cual se dota de protección de seguridad social, incidiendo a la vez en culturas de mejor organización e higiene.
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Atender los servicios que dependen del sistema público: el transporte, los hospitales y las escuelas, son puntos de muchísimo contacto y por lo tanto de contagio. Tal parece que si bien han tenido (algunos) intervenciones para sanear sus instalaciones e incorporar protocolos de higiene, tan solo al poner un pie en la banqueta… todo se esfuma con un desorden atroz.
 
Cada región es diferente, y cada localidad tiene sus necesidades y sus apremios a pesar de que esta pandemia ha golpeado tanto a los gobiernos de mayor poderío económico como a las economías emergentes. En México muchos de los estados han establecido agendas, ideas y proyectos que hoy se vuelven una gran zona de oportunidad. Durante las últimas semanas la Federación Nacional de Economistas de México a través de su presidente el Mtro. Juan Carlos Sierra Boche, ha convocado a diferentes foros regionales en los que se ha integrado la voz de los académicos, de los representantes de gobierno y del sector empresarial; todos coinciden en que la atención de las especificidades de cada zona no solo enriquecen desde la perspectiva de la pertinencia, sino que para muchos estos foros han representado la oportunidad de escuchar ideas que bien pueden ser adoptadas por otras regiones, pero que a la vez, terminan articulando el gran diálogo nacional con el que debemos salir adelante.
Hasta la fecha se han visitado 22 estados, todos a través de la maravilla de la tecnología que nos permite estar un día en Jalisco, al día siguiente en Querétaro, Quintana Roo o en Baja California sin haber tenido que movernos ni un solo kilómetro de nuestro asiento. La vicepresidencia a cargo del Mtro. Alejandro Sierra Peón junto con el equipo técnico, se ha encargado de la grabación de los foros en la plataforma de la federación y respaldados en youtube para todas aquellas veces se quieran volver a ver.
Desde la coordinación de participación ciudadana de la vicepresidencia, los invito a visitar la página de la Federación para que puedan consultar todo el material que se ha archivado en estos días, así como esperamos que nos puedan acompañar en los foros que nos faltan para cubrir la totalidad de la república mexicana. El resultado habrá de ser un documento que recabe las principales propuestas que cada estado pone sobre la mesa. Quienes participen de esta experiencia se darán cuenta que ante un panorama tan difícil, la creatividad, la solidaridad y la generosidad al compartir las nuevas ideas llenan el corazón de esperanza y fe, en un mar de posibilidades para salir adelante.
Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar
E-mail: isa venegas@hotmail.com
