OPINIÓN
Educación no es prioridad
Metástasis, por Flavio Mendoza //
Hoy los reflectores están principalmente enfocados en materia de salud y economía, tras el anuncio de la estrepitosa caída de la economía mexicana, a partir de la contracción del crecimiento del PIB en el segundo trimestre del año, dado a conocer por el INEGI, problema económico que ya se venía arrastrando desde 2019 sin la pandemia, pero que, a partir de ésta y los estragos globales, México hoy se coloca como el país con peores expectativas de América Latina.
Sin embargo, hay más en política pública que nos debe preocupar, es el caso en materia educativa, en donde la incertidumbre no es sólo prolongar el posible regreso presencial a clases, sino lo que implica seguir en el intento de las clases a distancia, una modalidad para la que México y sus grandes desigualdades parecen ser incompatible.
Por un lado, los padres de familia tienen dos grandes preocupaciones, el qué pasará con los alumnos y sus conocimientos, en encuestas realizadas tanto a padres como a maestros, coincidentemente refieren al incumplimiento de los aprendizajes esperados y un posible rezago académico. Además, la dinámica propia de los tiempos en casa, en esta época en donde padre y madre trabajan para poder sobrevivir, la escuela hace falta en la cotidianidad de los hogares.
Los colectivos docentes también han hecho referencia sobre las deficiencias que se tienen en las estrategias de educación a distancia, que han permitido desnudar las grandes desigualdades, no sólo en las familias de los alumnos, sino entre el propio magisterio, un gremio que ha sido durante mucho tiempo condenado al estancamiento social, al escarnio público y mediático, así como a cambios constantes en su marco normativo.
Sin embargo, todo apunta a que ésta mañana del lunes 3 de agosto el titular de la SEP anuncie en conferencia de prensa matutina con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que el regreso a clases no será posible de forma presencial y se optará por una estrategia que será flexible y se irá adaptando a la evolución de la pandemia en el país.
Eso a lo que la Secretaría ha llamado Modelo Híbrido, que podría comenzar a distancia y que combinará la asistencia escalonada de alumnos para la asesoría y acompañamiento de los docentes, así como la entrega de materiales y seguramente será hasta a finales del primer trimestre del próximo año cuando se normalice la asistencia de las comunidades escolares.
El modelo híbrido deberá permitir el contacto entre el maestro y sus alumnos de forma presencial si lo que se quiere es no perder el ciclo escolar entrante, aunque actualmente debería preocuparnos más no perder más vidas, pero para este país donde la conectividad no está al alcance de todos, quedó demostrado que la educación a distancia no es una solución hoy a nuestro problema educativo. Mientras a marchas forzadas se trabaja por terminar los protocolos para tener listas las vacunas contra el SARS-CoV-2 (Covid-19). En tanto que el SNTE ya entregó un documento con 10 exigencias que permitirían un regreso a clases seguro y pertinente en cualquiera de sus modalidades.
La crisis ha permitido una profunda reflexión sobre el trabajo de millones de docentes en el mundo y en nuestro país, se ha hecho efectiva y genérica aquella estrategia de ser maestro por un día, para valorar el trabajo en aula, pero también ha permitido reflexionar sobre el quehacer docente y su obligación a un cambio radical sistémico, de los que nunca se abordan en las Reformas Educativas.
El Rector de la Educación es quien se ha visto más rezagado en su responsabilidad, al magisterio se le prometió un mejor salario, el presidente AMLO, desde Zacatecas firmó un documento donde dijo que cancelaría la reforma educativa, y lo cumplió, sin embargo, ahí mismo dijo que los maestros, como el personal médico, los policías y los militares tendrían mejores sueldos. Además de no cumplir con lo del salario, tampoco dijo que cancelar la Reforma Educativa significaba la aprobación de otra Reforma muy similar, una que incluso hasta el momento no da certeza a los docentes al respecto de aquellos procesos que les permite aspirar a mejores condiciones. Hoy la realidad alcanza a quienes criticaron la reforma pasada, en la actual, los procesos de la USICAMM son complejos, poco transparentes y sin certeza para los participantes, por ejemplo, el de los cambios de adscripción o el de admisión cuya lista de prelación estará en duda por la discrecionalidad con la que se habrán de cuantificar los parámetros de los que aspiran a obtener una plaza en el servicio educativo.
Recientemente se informó sobre la cancelación del proceso de promoción para ascenso, pero se estableció un acuerdo para los nombramientos temporales de quienes podrían ocupar puestos directivos o de supervisión, con reglas que dejarían en desventaja a quienes se inscribieron en el proceso y favorecerían a quienes ni en su intención estaba ser autoridad escolar.
Un reglamento que seguro estará muy cuestionado, por la poca transparencia y equidad, que podría terminar favoreciendo al amiguismo, que podrían articular desde los procesos de cambio. Los maestros, hoy tienen menos claridad y más incertidumbre sobre su carrera profesional, tampoco existe certeza de cómo será la promoción horizontal, aquello que llamaron en el pasado Carrera Magisterial, que permitía aspirar a incremento salariares con base a su desempeño profesional, simplemente no existe hasta el momento y parece que la austeridad apretaría este rubro peor que en anteriores sexenios. Mientras los problemas de pagos cada vez son más a un número mayor de maestros, programas como Proni, deja sin trabajo a miles de docentes, Tiempo Completo reduce el salario a mínimos históricos al magisterio, la educación no es y parece que no será la prioridad de la 4T.
Twitter: @FlavioMendozaMx
