OPINIÓN
Las prioridades del presidente
Opinión, por Ramiro Escoto //
El Presidente Andrés Manuel López Obrador o está mal asesorado o dejó atrás las intenciones que siempre demostró abiertamente como candidato durante tantos años de campaña; hoy en el ejercicio de poder está rompiendo la regla, hace lo que él criticaba a los demás pero ahora a un paso más: el de no contemplar en la agenda a los damnificados por los recientes fenómenos meteorológicos.
El asunto se puede ver a simple vista, los noticieros, los medios impresos, la radio, y las redes sociales daban cuenta de lo que sucedía en el norte del país tras el paso de Hanna, miles de casas anegadas, caminos totalmente destrozados, municipios en estado de emergencia; mientras, el Presidente en su ejercicio de “comunicación” mañanera advertía que el tema no era el que competía en las necesidades del pueblo, sino en su discurso del avión presidencial y hasta ahora la poca venta de los cachitos con motivo del sorteo de la aeronave antes citada. Para el Presidente sus prioridades son las de él mismo y no las que están a las afueras de palacio Nacional.
No he visto, no hay en la agenda del gobierno de México una visita a las áreas afectadas, no fue sino hasta el viernes que le recordaron de los recortes hechos al FONDEN , y eso que apenas estamos comenzando con los huracanes y los fenómenos que suelen poner de cabeza a los municipios que tradicionalmente sufren los embates de la naturaleza, de ese fondo no hay datos, no hay cifras, pero seguramente López Obrador se encargará de pasar la charola donde pueda para obtener recursos bajo el lema del pueblo bueno salve al pueblo bueno.
La realidad poco a poco alcanza al Presidente cuando sale de la CDMX, antes, si bien es cierto cuando salía a sus giras solía estar cerca de la gente en su camioneta, saludando y escuchando, su discurso era que el pueblo bueno tenía a un Presidente cercano, que escucha; hoy los vidrios del auto están cerrados, el chofer nervioso y la gente aglutinada en el reclamo y la exigencia de cumplir; el Presidente argumenta que esos movimientos son de los opositores pero no contesta sobre el destino de aquél pueblo bueno que se comportaba diferente.
El Presidente no actúa bajo un protocolo realmente enfocado al bienestar que tanto predicó en sus discursos como opositor, se ha dejado de lado a los niños con cáncer, a las madres solteras y en los compromisos con sus propios allegados en las llamadas súper delegaciones, ninguno de ellos puede pronunciarse en lo estatal, tampoco sus secretarios, a menos que el Presidente los invite a la mañanera y bajo los datos previamente consultados, y cuando no sucede, López Obrador increpa y desmiente.
No hay un acercamiento real con quienes han luchado contra el COVID en el país, sólo pagos a los médicos cubanos y olvido para las batas blancas nacionales; No hay tampoco un acercamiento presencial con los familiares de este virus, sólo promesa de una beca para los niños y pensión vitalicia, en un video, despersonalizado, por cumplir. La forma se pierde y el fondo se interpreta; no hay que ser como los del pasado dice, pero tampoco se humaniza el cambio.
Me parece que lo más reciente, la fotografía y el video del adiós de Jiménez Espriú es lo más convincente de lo que trato de explicar, el silencio de quien se va con la única versión que puede saberse, porque sólo hay un portavoz en donde el pueblo sólo escucha y los que están para preguntar no son libres de hacerlo, al menos con preguntas reales, de temas reales, al pueblo de México ya no se le puede tratar de simple espectador, hay que cuestionar al poder sobre temas como:
¿Cuántos huachicoleros están en la cárcel? , ¿cuántos factureros están bajo proceso judicial y en prisión?, había “miles de órdenes de aprensión”, nos dijeron en una mañanera; ¿quiénes son de principio los que buscaban comprar el avión presidencial? Porque nos decían que había varias ofertas y quedó en una, supuestamente, pero hoy se deja de hablar de ello.
Pero qué tal viene la ceremonia del Grito de Independencia, con 500 asistentes y antorchas, para eso sí hay logística, planeación, la foto de la primera plana que ya está planeada, la prioridad es otra y no la que hay que atender, de lo urgente a lo importante y de ahí a esto: meramente oropel.
Me queda claro que si el Presidente termina con Felipe Calderón, por ejemplo, se le acaba el 80% de sus excusas, si vende el avión termina el 15% del discurso para sus financiamientos del asistencialismo, el resto es dejarle los logros de cada secretaría en el trabajo del día a día.
¿Cómo sería Andrés Manuel López Obrador criticando al Presidente López Obrador?
