OPINIÓN
COVID-19 y reapertura de escuelas: ¿Seguimos sin estar preparados?
Eduación, por Isabel Venegas //
La idea que teníamos en mayo sobre la crisis sanitaria ha dado tantos vuelcos, como consecuencias en su impacto. Ya pasamos como sociedad por el miedo, por la tristeza, la lucha, la duda, el combate organizado y al mismo tiempo la desarticulación de otros tantos esfuerzos; comunidades que atienden la enfermedad con todos los dispositivos posibles, y poblaciones en las que pareciera que las noticias ni les llegan.
El hombre está lleno de paradojas y contradicciones, interrogantes, simulaciones, muchos arrepentimientos llenos de frustración por haber sabido lo que se debía hacer, pero haber reaccionado de manera diferente ante un momento de crisis. Ahí está la emergencia, la sorpresa, esa falta de capacidad que tenemos para predecir cómo vamos a actuar ante determinadas circunstancias. Si alguna vez te has quejado porque la predicción del clima no ha tenido buen tino advirtiendo que llovería y has tenido que cargar con el paraguas en vano, no te imaginas cómo les va a los investigadores sociales con sus estimaciones y supuestos.
Algo que hemos venido a descubrir es el enorme parecido que tenemos con la mayoría de los países extranjeros en el funcionamiento de los sistemas de educación pública. Según la oficina regional para América Latina son 156 millones de estudiantes los que han dejado de ir a las aulas físicas para tratar de seguir estudiando desde sus casas, pero como apunta la cadena alemana Deutsche Welle (DW), el internet ayuda pero ha abierto un debate sobre la doble brecha de desigualdad que está acentuando.
Con lo anterior queda claro que, si por un lado tenemos dificultad para reaccionar de manera correcta ante una crisis con todo y con que tengamos bastante información para actuar, no es seguro que lo hagamos de la mejor manera, mucho menos si esa información se mezcla con noticias falsas, con referentes confusos, con contradicciones de las mismas fuentes, etc.
La escuela mexicana debe superar la visión de un sistema mecanicista, que piensa que debe actuar como si fueran líneas de producción en la que la calidad de sus productos responde a ciertas variables controlables y que se puede medir al final con un instrumento de revisión. El sistema educativo ya no puede ni debe ser visto como la cantidad de horas clase, de días vividos en el salón y de respuestas correctas en un examen.
El resultado de un sistema educativo se ve en la capacidad de sus ciudadanos de reaccionar de manera correcta ante una emergencia, y aunque en el primer momento puede “destantear” la situación, finalmente las herramientas cognitivas que hayamos desarrollado serán la pieza clave para salir mejor parados al final de la contienda.
En el Estado de Jalisco las cosas cada vez apuntan a retomar la vida presencial en las escuelas, que si bien es cierto hace muchísima falta para la organización y comunicación entre los profesores y los estudiantes, también es cierto que deja ver algunos puntos:
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Las autoridades educativas dudan de la seriedad con la que se está trabajando a distancia, con ello se cuestiona la capacidad misma de las estructuras: la forma en la que las directivas han acompañado a sus profesores, y el apoyo que han tenido por parte de los asesores técnico-pedagógicos para habilitar los canales de apoyo didácticos.
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Los padres de familia al mismo tiempo que experimentan también una sensación de que no se está aprovechando el ciclo escolar, tampoco han encontrado formas alternativas para organizar su vida familiar en la que en pequeñas redes familiares se apoyen para atender los trabajos de aprendizaje, con lo cual, se sigue reduciendo la visión de la escuela a la de una “guardería” sin importar las experiencias de vida
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Los profesores requieren seguir siendo muy atentos a las situaciones particulares y solidarizarse con sus estudiantes para que, con sensibilidad, puedan dar seguimiento a sus necesidades sin descuidar un equilibrio personal y familiar, en el que no sea tan desquiciante la labor.
Por otro lado, la mayoría de los empresarios ha generado modelos creativos para mantener activas sus carteras, pero no pareciera ser el caso de los colegios privados, mismos que hoy representan la mayor fuerza ante el gobierno del Estado para reabrir las clases presenciales; es cierto que no son solo los planteles escolares sino los restaurantes, los alquileres, las papelerías y todo un amplio sector de comercio que se basa en la vida activa de las escuelas, sin embargo, las voces de los sindicatos de profesores, así como muchos padres de familia hacen ver que en los pequeños puntos en los que se han tenido contacto entre alumnos y personal ya se ha evidenciado contagios y complicaciones.
Las mesas de trabajo siguen buscando soluciones, y no dudo de su preocupación por atender un problema que trastoca a la mayoría de los sectores, pero creo que ya debería ser tiempo de que la agenda involucre la participación de un sector representativo mucho más amplio que algunos expertos en la toma de decisiones. Si bien es cierto que entre más personas opinan la organización y la conclusión se vuelve mucho más compleja, también es cierto que cuando esas indicaciones o directrices se aterrizan en los planteles, termina por distanciarse enormemente de su intención original.
Las estructuras deben funcionar en favor de la organización, y si durante la crisis sanitaria se ha visto (mayoritariamente) una pobre respuesta, producto de la burocracia misma del sistema, entonces no se puede esperar mucho para la segunda fase del momento de crisis: “la reapertura”; la invitación es a que retomemos el enorme valor de la vida participativa de cada centro, y del potencial que tiene otorgar la autonomía a las directivas de cada plantel, de tal forma que si en algún caso específico se observa que no se está actuando o se está haciendo uso equivocado del poder, tanto la omisión como los abusos sean sancionados y con ello se avance de forma positiva encaminando todos los esfuerzos a poder retomar nuestras vidas de la mejor manera.
Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar
E-mail: isa_venegas@hotmail.com
