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OPINIÓN

El rediseño del botón de emergencia

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Con todo respeto, por Jorge Zul de la Cueva //

Pareciera que el Gobierno de la Refundación de Jalisco se dedica a las mesas de reetiquetado de estrategias de comunicación disfrazadas de políticas de seguridad, económicas, a todas máquinas, o de salud. Sus políticas públicas son envases de la vacuidad, es decir comunicación a secas.

Así siento que sucede con el famoso botón de pánico cuyos indicadores cambian de manera sorpresiva y cuyas consecuencias no acabamos de conocer del todo.

El botón de pánico no es muy diferente, si lo pensamos, a La Trompeta del Juicio Final. A lo mejor se abre la tierra, a lo mejor el gobernador sale de Casa Jalisco para juzgar a contagiados y no contagiados y sentarse a la derecha de Krauze en una refundación que no tendrá fin, o tal vez sólo haya que poner una calca afuera de los negocios o un tapete. Lo importante es no hablar de lo que ya hartó y no funcionó.

Qué pena que el doctor Narro no haya salido a explicar nada salvo que el que explica todos los días lo hace soberanamente mal, me parece rarísimo que se anuncien grandes personajes y que desaparezcan porque no fueron rentables.

Ahora necesitamos refritear el botón porque ya no hay que hablar de pruebas y más pruebas. Para evitar preguntas lo mejor es aventar una novedad sobre la otra, un botón de temporada. Un botón totalmente palacio. Un botón de buen fin.

¿Para qué hacer un balance comparativo para saber si efectivamente el tema de las pruebas está funcionando? ¿Qué sabemos que no sabe la federación porque hicimos más pruebas? ¿Qué está mejor? ¿Cómo medimos eso? ¿Hay más o menos contagios en la Zona Chapultepec donde se instauró la medida epidemiológica vanguardista de clausurar camellones y permitir la apertura de cervecerías disfrazadas de restaurante?

Eso es justo lo que pasa cuando hay una estrategia de comunicación imperando en un problema de salud: “Miren estamos clausurando”.

Por eso hay muchas cosas que no me hacen sentido en este asunto de los nuevos parámetros del botón que incluyen deslinde y reparto de culpas según se lee en un documento con sellos oficiales intitulado “Rediseño del Botón de Emergencia” que circuló ayer entre dueños de negocios y que habla de la inminente aplicación de algo, pero no de lo que se dijo al principio, sino de una versión descafeinada de la amenaza original que no será un toque de queda sino cierres parciales durante ciertos horarios.

Esto además, no es cosa del gobierno, de hecho le duele más al gobierno que a los ciudadanos y estamos aquí porque en este periodo que duraría tan sólo cinco días y se prolongó un poco más de lo presupuestado, hubo irresponsables que no hicieron caso. Pero ¿No hicieron caso a qué?

Yo me pregunto si la desobediencia se dio durante la etapa de responsabilidad personal en la que el Gobernador de Jalisco señaló que al gobierno le tocaba aumentar la capacidad hospitalaria y que cada quién se hiciera bolas como pudiera o si fue durante la fase cero que nunca acabamos de entender o cuando había que salir al balcón a cantar Ay Jalisco no te rajes o si fue la semana pasada en la que sepa el cielo en qué etapa andábamos. Pero claramente eso es lo de menos. Lo que importa, muchachos, es que nos hicimos bolas de manera irresponsable y por eso tal vez van a apretar un botón de consecuencias variables que se basa en parámetros cambiantes.

En la página dos del documento se lee que “La información analizada demuestra que la transmisión sigue activa por dinámicas al interior de las casas y en las relaciones sociales de primer círculo (familiares y amistades) donde se relajan las medidas preventivas (uso de cubrebocas, distancia social e higiene de manos).

Es decir el problema ocurre en casa y no en lo público, es decir lo primero que decidieron desahogar en el documento, antes que un solo dato técnico corroborable, o una estadística mínima fue desmarcarse y señalar que el problema no es la calle sino la casa por lo que hay que limitar la actividad en la calle.

Yo sigo creyendo que si se trata de ocurrencias, sería más emocionante hacer una botómbola donde se cierren negocios, zonas y municipios de manera aleatoria, algo como un bingo en el que participen los alcaldes y ganen el derecho a seguir abiertos, algo que funcione en la televisión como un programa de concursos porque la neta sus políticas económicas de salud hasta como estrategias de comunicación están llenas de deficiencias y habría que refundarlas, lo digo con todo respeto.

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