OPINIÓN
La herencia de Trump en EEUU: Un país divido y confrontado
Opinión, por Armando Morquecho Camacho //
El día de hoy, mientras escribo esta columna, han pasado un par de días desde que iniciaron las elecciones en Estados Unidos, por el momento, quien se perfila como próximo presidente de Estados Unidos es el candidato demócrata Joe Biden y probablemente, para cuando esto se publique, su victoria será inminente, y quiero serles completamente sincero, eso es algo que me satisface, estoy convencido que su triunfo marcará un antes y un después en la agenda política del mundo, sobre todo en temas de medio ambiente y derechos humanos.
Sin embargo, Joe Biden y Kamala Harris enfrentarán un problema aún mayor, uno que va más allá de la crisis ambiental o la crisis sanitaria generada por la COVID-19, se van a enfrentar a un país por el cual pasó un populismo que ha generado grandes estragos en lo más profundo de su tejido social provocando el antagonismo racial, étnico y político más acentuado que se recuerde en la época moderna.
Estados Unidos, es hoy, un país divido y fracturado socialmente por el discurso populista de Donald Trump, quien a través del odio y las mentiras, se ha encargado de envenenar el alma de una gran parte de la sociedad norteamericana, en específico, 70 millones de estadounidenses.
Pero no solo eso, ya que no solamente ha dañado las fibras más sensibles de su sociedad, Donald Trump, quien juró solemnemente que ejercería fielmente el cargo de Presidente de Estados Unidos, y hasta el límite de su capacidad, preservaría, protegería y defendería la constitución de los Estados Unidos, le ha dado al país el golpe más fuerte que jamás había recibido, le dio un golpe con el que sus enemigos más radicales siempre soñaron dar, Trump, ha dañado el significado de la democracia en sí misma, ha puesto en duda su valor y el de las instituciones encargadas de protegerla a través de un sistema de pesos y contrapesos.
Es así, que esta serie de conflictos no se acaban con los demócratas ganando los Colegios Electorales, de hecho, ganando es cuando sus verederos problemas darán inicio, ya que Trump ha dejado claro que una cosa es ganarle en las urnas, y otra muy distinta, sacarlo de la Casa Blanca y lograr apagar las llamas de un trumpismo que impera en 70 millones de norteamericanos, quienes ven en Joe Biden y Kamala Harris, a un par espurios que se robaron las elecciones que le pertenecían a los republicanos.
Las mentiras no cesan, y dudo mucho que terminen, este proceso electoral, terminará por convertirse en el juicio legal, político y social más importante del siglo XXI y de la política moderna.
Por ello, el reto de los demócratas es enorme, y la principal tarea del próximo Presidente de los Estados Unidos será cumplir de manera cabal y congruente con su discurso, pero en especial con la parte en la que dice que él no va a gobernar para los estados azules o para los estados rojos, sino que va gobernar para y por todos y cada uno de los estadounidenses, por igual.
Biden plantea un proyecto de nación cuyos pilares son la unidad, la reconciliación y la pluralidad en todos y cada uno de los sentidos, tan solo su compañera de fórmula, Kamala Harris, proveniente de una familia de inmigrantes, con una madre originaria de India y un padre nacido en Jamaica, es la clara imagen de lo que representa la pluralidad de ideas y de culturas que deben materializarse en la política moderna, y de lograr el triunfo, ella estaría cerca de convertirse en el 2025, en la primera Presidenta de los Estados Unidos de América.
La semana pasada, pude observar en Twitter, como algunos jóvenes miembros de cierto partido político, decían que no le veían sentido a que la gente le pusiera tanta atención a las elecciones de Estados Unidos, de hecho, en más de algún comentario señalaban, que sí no le entendíamos a la de México, que mejor ni habláramos.
Hoy me queda claro, que a nuestros políticos en realidad les hace falta tener una visión global de la política, y también me queda claro, que al menos unos años más, seguiremos condenados a sufrir con políticos cuya visión está atada a las ideas del pasado.
Claro que tenemos que ponerle atención a lo que pase en Estados Unidos, claro que tenemos que hablar de las elecciones de nuestro país vecino y socio comercial, claro que nos interesa, pero no solo a nosotros como país, sino, al mundo entero, ya que podremos o no simpatizar con ellos, pero la realidad es que lo que suceda en Estados Unidos invariablemente afectará el orden mundial o en su defecto, lo beneficiará, ya que ningún país, por ahora, tiene su peso político, militar y económico.
Yo le he puesto atención a este proceso, desde antes de que iniciaran formalmente las campañas y ha sido un proceso que me ha dejado muchas lecciones y muchas reflexiones; al menos a mi me queda claro que la verdadera amenaza para los Estados Unidos de América nunca estuvo en el Medio Oriente, ni en los grupos de extremistas islámicos que hace 19 años, atentaron contra el World Trade Center y se ganaron el odio del mundo occidental, en realidad la verdadera amenaza, estuvo siempre en la Trump Tower de Nueva York.
Y probablemente la verdadera amenaza de muchos países, está en donde menos se lo imaginan.
