OPINIÓN
Consuman extinción del programa Escuelas de Tiempo Completo
Metástasis, por Flavio Mendoza //
En este Semanario he dado seguimiento del estado que guarda el Programa Escuelas de Tiempo Completo desde hace unos años, hoy debemos ser objetivos respecto a la decisión que tomó la Cámara de Diputados para el futuro del programa y las escuelas de tiempo completo, luego de la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2021.
Ser objetivos implica hablar con claridad y transparencia, más en estos tiempos de la 4T, el Programa Escuelas de Tiempo Completo desapareció del presupuesto, no tendrá un solo centavo para su operación, con ello queda fuera de la obligación fiscal sujeta a Reglas de Operación, en pocas palabras, como Programa Federal desaparece, contradictoriamente con lo que establece el marco constitucional y la legislación secundaria en materia educativa acerca de los objetivos y resultados que el programa ya tenía desde su origen.
El Programa es el marco normativo y principalmente financiero para la operación de las Escuelas, ha sido tan exitoso que éstas pudieran operar sin el programa federal, pues se han arraigado a las comunidades y al propio sistema educativo, sin embargo, no pueden prescindir de los recursos financieros para prestar dicho servicio. Por ello resulta muy complejo entender la justificación de la diputada Adela Piña, presidenta de la Comisión de Educación, así como la del propio Esteban Moctezuma Barragán, titular de SEP, quienes aseguraron que el Programa no desaparecería y tendría su presupuesto, ambos mintieron o ambos fracasaron, pero ahora quieren vender como logro un escueto artículo transitorio décimo cuarto del PEF2021. Como programa sí desaparece del presupuesto y no tendrá marco jurídico para continuar.
Pero ese transitorio implica entonces, que las escuelas de tiempo completo pasen a formar parte del Programa Federal La Escuela es Nuestra, cuyo origen y objetivo es de rehabilitación y mantenimiento de las escuelas, que entrega recursos directamente a los padres de familia, este programa deberá ser reformado de fondo para poder establecer el marco normativo que permitiría mantener y cumplir con los objetivos pedagógicos de las Escuelas de Tiempo Completo, pues no me imagino a partir de la justificación que hizo la diputada Adela Piña, que el recurso llegue a las escuelas y que quien tiene la responsabilidad y obligación patronal para la contratación y pago de los maestros sea el Comité Escolar de Administración Participativa, encargado de recibir, administrar, ejercer y comprobar el presupuesto del Programa La Escuela es Nuestra, a partir de ello, ¿quién tendrá las obligaciones patronales-laborales con los docentes?, ¿tendrán dos patrones los maestros?, ¿se podrá contratar con total autonomía por los comités a quienes estén dando clase a los alumnos? Y otras más que seguro será un dolor de cabeza para la educación.
A los diputados que hoy subieron a tribuna para la defensa de las Escuelas de Tiempo Completo, muchas gracias, no obstante de hacerles el reclamo porque el problema no es de hoy y su silencio cómplice en la historia cronológica del comportamiento del presupuesto del programa dista mucho del interés que presentaron, éste es el último presupuesto que aprobó la actual legislatura, para educación y particularmente para el programa ha sido un fracaso, en 2018 apenas constituida la legislatura al programa no le dieron un solo peso más para el ejercicio presupuestal siguiente, cuando históricamente el presupuesto todos los años venía creciendo, en 2019 para el PEF2020 le redujeron el 53% y no vi el nivel de defensa que hoy se aparenta tener, ni de la oposición, parece que pasó desapercibido, pero este año han decidido desaparecer al programa del presupuesto, dando una estocada más que pone en verdadero riesgo a las escuelas.
Hace falta nivel en el debate del Congreso, pues además quienes defendían al programa pedían que se asignaran 5,100 millones de pesos, pero ese presupuesto que se ejerce en este año 2020 fue producto de una reducción del 53% respecto al año anterior, mismo que hoy tiene en severos problemas al programa, actualmente en todo el país las Escuelas de Tiempo Completo están en suspensión y aunque lo traten de camuflar por la pandemia, la realidad es que la mayoría de estas instituciones podrían continuar con las actividades co-curriculares a través de la educación a distancia, pero han decidido cancelar porque el presupuesto no alcanzó, el gobierno no tiene de donde pagar este servicio. El problema ya era grave cuando sí se tenía presupuesto, imaginemos ahora que no tienen una etiqueta presupuestal concreta y pretenden desde otro programa sostener la operación de estos centros educativos. Lo que en el presupuesto no está etiquetado con pesos y centavos, realmente no existe.
Nuestros representantes vuelven a poner en jaque a las escuelas de tiempo completo, cada vez con menos posibilidades para sobrevivir, haciendo más oscuro y complejo su horizonte, hoy no podemos celebrar que la batalla se ganó, se viene perdiendo desde hace muchos años, quienes hoy celebran como triunfo su efímera mención no demuestran más que su ignominia, su desprecio y hasta su vulgaridad política, menos tolerable en quienes se dicen o pretenden ser representantes del magisterio.
Twitter: @FlavioMendozaNA
