OPINIÓN
La salud, es un negocio: La vacuna contra el COVID-19 ¿es la excepción?
																								
												
												
											Bioética, por Omar Becerra Partida //
Ahora con la vacuna para afrontar el COVID 19 que obviamente será politizada a mas no poder, por los grupos políticos, nos damos cuenta que a los líderes estatales y federales no les interesa la salud de la población.
Se han llenado las redes sociales con dimes y diretes, unos quieren ser entrenadores de futbol otros santos de devoción del pueblo bueno, y bueno ninguno ha dado el ancho ahora con el regaño internacional de las diversas autoridades mundiales en salud, México es un “meme” de cómo tratar la pandemia y espérense a lo que se aproxima ahora con la vacuna…
No es para menos, ahora con la llegada del año electoral dará muchísimo que decir en los próximos meses, de a quién se la aplicarán o porqué, recordemos que las distintas comisiones de bioética tanto estatales como la federal no han dicho ni una sola palabra congruente y de provecho frente a la pandemia.
Bajo este orden de ideas nos dimos a la tarea de hacer una investigación para una reconocida universidad en Europa y nos encontramos con lo siguiente:
“Las empresas farmacéuticas, no van a buscar curaciones porque no les interesa”, lo dijo Richard Roberts premio nobel de medicina año de 1993 en una entrevista a un medio de comunicación español.
Eso fue hace veinte años, por su por otra parte el científico Germán Velázquez, quien trabajó durante más de quince años en la Organización Mundial de la Salud (OMS), mencionÓ en un artículo publicado en noviembre del año 2012 que productos que curan al paciente, matan el mercado cuando se trata de mantener y aumentar las ventas y por esto al paciente, sin un cura será consumidor permanente para que las ganancias de la industria.
Según los expertos, curar enfermedades no es rentable para las farmacéuticas por lo tanto vamos a ver a nuestro alrededor y nos vamos a dar cuenta que cuando la salud es un negocio, los inversores sólo buscan recuperar su dinero, con el bienestar de nosotros, si nos encontramos en la posición del paciente, no somos la prioridad para estas industrias, así con estas afirmaciones fáciles de entender y de afrontar, aunque duelan abrimos este manuscrito.
El negocio de la salud es de los más redituables a nivel mundial, ya que 3 o 4 farmacéuticas internacionales tienen el control del mismo, mediante leyes que ayudan a patentar su poderío económico en diversos países del mundo.
México no es la excepción si comparamos, en el marco legal sobre patentes, con India, nos damos cuenta que México cuenta con candados para que esas patentes sean protegidos a toda costa, para que a estas industrias internacionales no pierdan ni un centavo, en comparación con India, este país busca la protección de la salud con varias disyuntivas en su ley de patentes para que primero se privilegie a la salud de su población, de hecho ha ganado juicios en contra de estas farmacéuticas con un poderío económico muy grande.
Estas empresas farmacéuticas internacionales aun no pueden justificar el valor tan caro de sus medicamentos, como por ejemplo la guerra contra el cáncer que muchos pacientes la enfrentan, la convirtieron en un negocio del que obtienen millones de dólares en ganancias que solo van a los bolsillos de los dueños de los laboratorios a nivel internacional.
Parece que somos la mercancía frente a estas industrias, los ingresos de las principales 15 farmacéuticas del mundo superaron los 640 mil millones de dólares, de acuerdo al ranking de las 500 empresas más importantes del mundo de la revista Fortune.
Ahora con lo de la vacuna que hará frente al COVID 19, vemos que estas industrias están a marcha forzada para encontrarla, pero observamos que no dan ninguna garantía jurídica para sus pacientes, es decir que si nos caería mal la vacuna ellos como Pilato se lavan las manos, querido lector ni el gobierno federal y ni el estatal velarían por nuestra salud, pues ya lo vivimos ahora con lo de la pandemia y el botón rojo, que por cierto nos recuerda una telenovela, por capítulos como lo han mencionado los especialistas políticos.
Mas de cien mil muertos, tenemos ya, y nuestro sistema de salud sigue sin ser el de Dinamarca y también nos damos cuenta que mientras a nosotros, el ciudadano común, nos mantienen con restricciones de bioseguridad, el Gobierno del estado cierra una de las principales plazas del centro de la ciudad para darle cabida al show de un payaso y un periodista, como lo dijimos los dimes y diretes están por encima de la población en general y su salud.
¿Vacuna? Será difícil no politizarla, en un país con más de cien mil muertos, y un estado como el de nosotros que se quiere independizar para ser república, parece chiste, pero es real.
A este tipo de situaciones queridos lectores, se le conoce como desequilibrio 10 90 en bioética, pero en su momento haremos una columna con esa temática, esperemos que nuestras autoridades hagan su papel de ser servidores públicos, y no se sirvan de nosotros, como en otras ocasiones frente a la pandemia.
