Uncategorized
El debate sobre la generación de energía, una reforma no tan reformista
Opinión no pedida, por Armando Morquecho Camacho //
La historia tiene una gran importancia para el desarrollo de nuestra sociedad, con ella, tenemos la oportunidad de reconstruir el pasado, para comprender mejor nuestro presente, es así, que gracias a ella países como Alemania, Japón y Estados Unidos han logrado superar acontecimientos catastróficos, y han dado pasos agigantados en la misión de configurar una identidad nacional capaz de unir y fortalecer su sentimiento patriótico a través de relatos y narrativas que los haga identificarse como compatriotas.
Pero la historia no solo está ligada a la creación y consolidación de los estados nacionales, también está ligada a la política, ya que la idea e imagen del pasado tiene importantes repercusiones en esta ciencia social, y un claro ejemplo de ello lo podemos observar en todos esos políticos que de manera constante proyectan en sus discursos un especial interés en influir en la comprensión de los hechos históricos, esto es así no solo porque el pasado termina por convertirse en una plataforma estratégica para justificar su accionar en el presente.
No obstante, existe una segunda forma de interpretación de la historia y/o pasado: la anacrónica. Esta sin lugar a dudas es bastante riesgosa, ya que tal y como lo escribí en la primera columna que tuve la oportunidad de publicar en este medio gracias al maestro Gabriel Ibarra, a través de esta interpretación convertimos las estrategias emprendidas en el pasado, la solución para corregir el presente y construir un futuro.
Cuando iba en tercer semestre de la universidad, en la clase de Introducción a la economía, el maestro nos dejó buscar un famoso libro llamado ‘’Sofismas económicos’’ escrito por Frédéric Bastiat en 1845, como parte de esta obra, se publicó la famosa sátira sobre el proteccionismo conocida como: La petición de los fabricantes de velas.
En esta sátira, los fabricantes de velas y otros integrantes de la industria de la iluminación solicitan a los miembros del ahora Parlamento Francés, que protejan su comercio de un competidor desleal que proviene de una potencia extranjera: el sol.
Venimos a ofrecerles a ustedes una maravillosa ocasión para aplicar su… ¿Cómo diríamos? ¿Su teoría? No, nada es más engañoso que la teoría. ¿Su doctrina? ¿Su sistema? ¿Su principio? Pero ustedes no aman las doctrinas, ustedes le tienen horror a los sistemas y, en cuanto a los principios, declaran que no existen en economía social; diremos por tanto: su práctica, su práctica sin teoría y sin principios.
Para no hacerles el cuento largo, en su petición, los comerciantes solicitan a los miembros del parlamento hacer una ley que ordene el cierre de ventanas, tragaluces, contraventanas, postigos, cortinas, cuarterones, claraboyas, y todas las aberturas, huecos y fisuras por las que la luz del sol tiene la costumbre de penetrar en los hogares.
De esta manera, los fabricantes de velas esperan que las autoridades puedan velar por sus intereses y ayuden en el fortalecimiento de la industria nacional cerrandole las oportunidades a todas esas amenazas extranjeras que atentan con ofrecer a la ciudadania opciones no solo más ecológicas, sino también más baratas y asequibles.
Pero, ¿por qué traigo todo esto a colación? Bueno, traigo todo esto a colación, porque al parecer en México, no nos quedamos en la sátira y tomamos la decisión de pasar a la acción y se han tomado una serie de decisiones en materia energética cuya finalidad es fortalecer la soberanía energética de la nación.
Un claro ejemplo de lo anterior es la controversial reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, la cual plantea cambiar varios aspectos de nuestra política energética entre los que destacan: desaparecer las subastas y acabar con los permisos de autoabastecimiento.
Pero, ¿qué son las subastas y qué son los permisos de autoabastecimiento?
Por un lado, las subastas se pueden interpretar como el pilar de la esencia de lo que conocemos como libre mercado, ya que éstas señalan que en cuestiones energéticas, se debe de optar siempre por la empresa generadora de energía que oferte la opción más barata (la solar y eólica) y lo que esta reforma plantea es desaparecer este mecanismo por completo, para garantizar que primero se compre toda la energía que produce la CFE, y solo cuando falte, se comprará a los privados.
Mientras tanto, los permisos de autoabastecimiento son aquellos que, palabras más palabras menos, le permiten a una empresa (por ejemplo) en Chihuahua, que ponga en Oaxaca sus parques eólicos para producir electricidad ahí y posteriormente venderla a Jalisco, Monterrey, Ciudad de México, o simplemente a quien quiera (libre mercado), sin embargo, la ley ‘entrante’ bajo el argumento de no regalar la transmisión de energía a los privados, establece que estos permisos se cancelarán.
Por otro lado, lo que hace más preocupante esta reforma es que este año, la CFE, que se convertirá en el principal generador/productor de energía en México, va a gastar más o menos unos 400 mil millones de pesos, y de esa cantidad, solamente 500 millones de dólares están destinados para nuevos proyectos, entre los cuales se encontrarían los concernientes a la inyección de energía a la red eléctrica que será hidroeléctrica en su mayoría.
El problema de lo anterior es que México gasta cada año, alrededor de 5000 millones de dólares para atender la demanda eléctrica, es decir, 10 veces más que lo que se tiene planeado destinar por parte de la CFE para atender esta demanda ¿qué implica esto a largo plazo? Que los apagones serán más frecuentes y más prolongados, ya que probablemente la CFE no podrá con la demanda del Sistema Eléctrico Nacional.
No dudo que la manera de operar a través de estas subastas o de estos permisos de autoabastecimiento hayan presentado irregularidades, al final de cuentas son figuras recientes que siempre podemos y debemos mejorar, en este orden de ideas, siempre estaré de acuerdo con todas y cada una de las reformas que planteen una mejora a los sistemas que fueron construidos con el objetivo de preparanos para el futuro.
Pero plantear la desaparición de sistemas, sobre todo si tomamos en cuenta que en la medida en la que países como Estados Unidos, China y Canadá opten por seguir los pasos de naciones como Islandia y Finlandia para así dejar de depender de las energías fósiles, aquellos países que opten por fortalecer un esquema energético cuyo pilar sean estas energías tan contaminantes, no solo contribuirán al daño generado a la ecología del planeta sino que su economía enfrentará grandes problemas al depender ésta de energía tan cara como obsoleta que será imposible de comercializar dentro del mercado.
Hoy más que nunca debemos entender que las energías renovables y limpias no solo nos ayudarán a reducir la emisión de gases de efecto invernadero y a disminuir enfermedades relacionadas con la contaminación, también, serán una herramienta fundamental para reducir las tarifas de los servicios de luz, agua y gas, para generar empleos tanto directos como indirectos, especialmente para los trabajadores de la construcción y agricultura, y para llevar energía eléctrica a comunides remotas.
En México, un gran número de hogares se encuentran en una grave situacion de pobreza energética deribada, en gran medida, por la insuficiencia energética, por ello, hoy debemos tener claro que, tal y como lo señaló Porfirio Muñoz Ledo: lo que necesitamos son reglas de juego ciertas, constitucionales, armonizadas y equilibradas que sean capaces de resolver de fondo un problema más que evidente.
