OPINIÓN
Se deben crear estrategias: Generar interés de las mujeres por la ciencia
Educación, por Isabel Venegas //
La semana pasada escribía sobre la necesidad de enfocar las acciones en pro de fortalecer los mecanismos y las tareas para dotar de herramientas a las nuevas generaciones con miras a transformar las formas de concebirse a sí mismas en ambientes de ciencia y tecnología. Enfocaba la idea en una de las recomendaciones de la empresa Microsoft: Identificar y dar visibilidad a referentes femeninos en los ámbitos de ciencia y tecnología.
Esta semana habremos de abordar el segundo punto: Generar interés por la ciencia. Hablar de estrategias para trabajar en espacios de educación atendiendo las agendas de género, significa buscar nuevas formas de convivencia académica y laboral, pero también valorar las experiencias vividas en este tema para poder revisar las razones por las cuales algunas prácticas se han quedado en el camino porque no dieron los resultados esperados. A propósito comentaba con una compañera -también maestra en Educación Media Superior- sobre la importancia de promover la participación de la mujer en las áreas de ingeniería desde la preparatoria, ya que es entonces cuando se gesta el interés y el descubrimiento de las diferentes áreas de estudio, mientras que otros colegas se enfocan en motivar desde la educación básica.
Llama mucho la atención el ver las estadísticas sobre la participación de la mujer en la tecnología focalizando una problemática global: hace apenas unos días la revista Forbes presentaba los resultados de un estudio dirigido por Accenture el cual demuestra que el 50% de las mujeres abandonan las carreras de tecnología a los 35 años en promedio, por otro lado los resultados muestran que hay un abandono de los puestos de aplicación tecnológica en una tasa del 45% más alta que los hombres. Solo el 21% de las mujeres mencionan creer que esa industria es un lugar en donde pudieran llegar a prosperar.
El reto es claro: generar el interés por la ciencia implica habilitar laboratorios desde la educación básica, proporcionar experiencias de vinculación con empresas de aplicación tecnológica, pero principalmente fortalecer la apreciación de las niñas ante su propia capacidad, su nivel de inteligencia y las diferencias con las que puede explotar su talento cognitivo en igualdad de accesos que los hombres, y es que debemos hacer una precisión, los términos de igualdad y equidad suelen entenderse como sinónimos cuando en la práctica particular de la agenda de géneros se asume como un término de mayor capacidad para contener elementos el de la igualdad, entendiéndola a partir de la no discriminación y el acceso a todos los derechos humanos, considerando las diferencias sustantivas como accesorios que enriquecen a la comunidad y que dotan de mayor capacidad a los procesos creativos.
Existen organismos internacionales que promueven la participación de la mujer, como Technovation Challenge, https://technovationchallenge.org/ concurso internacional que invita a realizar propuestas de solución a problemas sociales mediante la tecnología. Se trata de que una problemática social específica de la comunidad sea atendida a través de una propuesta de solución con desarrollo tecnológico, específicamente un app para el celular, tratando de integrar la mayor cantidad de componentes, es decir, sin descuidar la forma en que repercute la aplicación de cierta herramienta con los factores alrededor. –Por ejemplo, cuando se quiere resolver el problema de la falta de electricidad de una comunidad, pero no se debe dejar de ver el impacto ecológico, el desarrollo social, así como los usos y costumbres de ese grupo social para que a la larga ellos mismos adopten las medidas como algo propio, lo cuiden y lo mejoren en su momento-
No deja de ser emocionante medir el impacto de lo que puede significar este tipo de experiencias en los estudiantes. Existen otros organismos como Girls Who Code los cuales tienen la misión de cerrar la brecha de género en la tecnología y cambiar la imagen de lo que hace un programador. Para ellos la estimación indica que la brecha de género en los programadores de computación está empeorando. Por ejemplo en 1995, el 37% de los científicos informáticos eran mujeres. Hoy es está abajo del 23%. Esta brecha seguirá en aumento si no se hace algo al respecto. Se sabe que la mayor caída de la participación de las niñas en ciencias computacionales se da entre las edades de 13 y 17 años.
Inclusive la UNESCO, -Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura- tiene diversos programas que promueven la igualdad de género los cuales -asegura -, deben considerarse un medio fundamental para promover la excelencia científica y tecnológica. Se habla de la pérdida de oportunidades que esto representa, no solo para las mujeres sino para la sociedad en su conjunto como un potencial sin explotar de las niñas y mujeres brillantes que eligen no obtener títulos o carreras en estos campos debido a los diversos obstáculos que pueden enfrentar.
Estas niñas podrían estar interesadas en las áreas denominadas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas por sus siglas en inglés) pero en tanto los investigadores sociales se siguen dando a la tarea de encontrar los factores que son preponderantes en la concepción de las familias, las escuelas, las empresas y los gobiernos para comenzar a articular estrategias más efectivas, finalmente se puede trabajar con acciones concretas en el día a día: Las casas universitarias pueden ampliar sus proyectos de viajes de intercambio en el extranjero, visitas a empresas o instituciones desarrolladoras de tecnología, patrocinio para la adquisición de equipos para laboratorios de programación y cómputo, etc. Es mágica la experiencia de los estudiantes cuando ven los prototipos de los jóvenes ingenieros, chicos y chicas que se ven tan “normales” como ellos y que pueden compartir sus experiencias de vida.
Formar a las futuras generaciones, pero principalmente a las mujeres en el ¡Sí puedo! Es un reto que debemos asumir con el compromiso de un acompañamiento solidario, es un empoderamiento positivo que a la larga irá abriendo las puertas a nuevas formas de concebir el desarrollo de tecnología con perspectivas de solución holística, mucha más integradora, puesto que la mirada de las mujeres deberá traer consigo la respuesta a problemáticas que no han sido atendidas hasta ahora.
Tarea pendiente será estimar en nuestro entorno inmediato lo que piensan nuestras jóvenes estudiantes acerca de su formación profesional y su expectativa de éxito acerca de la vida en el campo de acción. Es claro que una persona no va a invertir sus años de carrera universitaria para abandonarla justo cuando se debería ir en ascenso; revisar los instrumentos de las áreas vocacionales, de los ejercicios de tutorías en el nivel básico y medio superior, así como la evaluación de las prácticas profesionales en la formación dual, son áreas que pueden tener pistas para trabajar de cara a la apertura de nuevos horizontes sociales.
Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar
E-mail: isa_venegas@hotmail.com
