OPINIÓN
¿Qué será de Morena en Jalisco? Una casa dividida contra sí misma
Con todo respeto, por Jorge Zul de la Cueva //
La frase es de un discurso de Abraham Lincoln en 1816, cuando jugaba por una silla como senador de Illinois en un país dividido por ideas en torno a la libertad y la esclavitud, en norte y sur.
«Una casa dividida contra sí misma no puede sostenerse. Creo que este gobierno no puede prevalecer permanentemente siendo mitad esclavista y mitad libertario. No espero que la Unión se disuelva, no espero que la casa caiga, pero espero que deje de estar dividida. Se convertirá en una cosa o en la otra”, dijo el inigualable orador.
No es ningún secreto que Morena en Jalisco es una casa dividida contra sí misma y tampoco se necesitaba ser un agorero de la calamidad para saber que eso no iba a generar los mejores resultados.
¿Qué pasó en Morena que los llevó a perder contra Movimiento Ciudadano en Jalisco de semejante manera?
Vamos a ver: quienes fueron candidatos, en su mayoría, no tuvieron certeza sino hasta el último minuto y los procesos internos fueron una calamidad. Encuestas de dudosa credibilidad, liderazgos de comprobada ineficacia táctica y estratégica, enorme arrogancia entre divisiones internas. Una receta para el desastre.
En una nota aparte, Pedro Kumamoto en mi opinión, tendrá que aprender que un movimiento no se trata de una sola persona y que debió haber fortalecido el partido antes que a sí mismo. Igual lograron sobrevivir y tendrán tiempo de hacer ajustes. Espero en verdad que Futuro se convierta en una fuerza fresca de oposición con nuevas caras y que lleguen a la próxima elección fortalecidos. Para esto tendrán que generarse nuevos equilibrios en la toma de decisiones al interior, lo que debido a los resultados es factible.
Es fácil analizar el pasado y hacer profecías retrospectivas. La pregunta es ¿Y ahora qué?
Las derrotas pueden ser grandes consejeras, pero se requiere cierta actitud.
¿Qué será de Morena Jalisco? ¿Ya habrán aprendido que no es cierto que una lata de refresco gana una elección con el peso de la marca? ¿Habrán entendido que la soberbia es un estorbo y no una virtud? La victoria tiene siempre autores, padres, dueños, pero la derrota suele ser huérfana. En Morena más allá de quién generó el desastre, tendrían que atenerse al viejo proverbio oriental: “Resuelve el problema, no las culpas”.
Los que se autonombraron liderazgos y creyeron que podían imponerse y descender como Quetzalcóatl en el último minuto porque eran enviados de liderazgos con cero peso local lograron poco, los que quisieron imponerse porque contaban con un presupuesto ilimitado descubrieron tal vez que el dinero resuelve cosas pero ni piensa, ni reacciona estratégicamente, ni garantiza triunfos. La utilidad de los insumos depende de la planeación, la ejecución y la eficacia no es directamente proporcional a la cantidad de recursos a disposición.
La pregunta fundamental es ¿Qué aprendieron? Y ¿Cómo usarán este aprendizaje? Los liderazgos pueden, si lo eligen, picar piedra, aprender humildad y trabajar como regidores demostrando que saben adaptarse a los escenarios que ellos mismos generaron. Comerse pues el pastel que cocinaron, aunque apuesto 30 a uno a que son incapaces de trabajar en el escenario que lograron, que construyeron con sus decisiones. Pidieron el voto y tienen una posición de representación. La van a rechazar porque lo que querían no era servir sino brillar y ahí está el eje de su derrota, el quid del asunto. No pudieron ponerse de acuerdo entre ellos, se sabotearon y pelearon por un poder, por un cetro que aún no tenían y que había que construir desde la unidad. Les ganaron sueños de grandilocuencia y avaricia, porque nadie puede decir que el escenario estatal era imposible. Se derrotaron solos.
¿Qué será de Morena? Depende. Pueden elegir seguir con las mezquindades, imponer liderazgos que no son capaces de organizar o pueden planear, generar estrategias, construir, ensanchar las bases y acordar con las distintas fuerzas al interior del partido para contar con representatividad real y unidad. Veremos en las próximas semanas qué fibra real tienen los que pidieron nuestra confianza aunque en mi opinión lo que importa es la militancia, la gente que al final votó por Amlo y no por Morena.
Ellos, si quieren que el proyecto siga, tendrán que apoderarse de él y sacar de la esfera de las decisiones a grupos que poco tienen que ver con el proyecto de nación que está en juego y que ya han demostrado que el ego es sinónimo de ineficacia.

