CULTURA
Influencia y penetración social: El futbol y su dimensión social
																								
												
												
											Futbol, por Esteban Trelles //
Para algunos escépticos, intelectuales y cultos, el futbol, como la farándula misma, es solo un distractor de la problemática político-social de los diversos países, principalmente como el nuestro en vías de desarrollo.
Manejándonos de manera objetiva el soccer como lo llaman en USA (recuerden que existe el futbol americano), tiene una condición positiva y coadyuva en el desarrollo integral del ser humano, como una de las disciplinas más populares en el mundo y una repercusión social en varios rubros: formativo, convivencia, económico, etc. Representando de cierta manera el reflejo de las sociedades mismas en su conjunto de cada país en el que lleva implícito la idiosincrasia, formas de vida, educación y una serie de cuestiones innegables de sus culturas mismas.
Los villamelones e ignorantes del futbol en nuestro país se involucran en discusiones estériles inventando historias que incluso inmiscuyen a ex presidentes de este país que por orden de ellos determinan quien sería el campeón para “satisfacción del pueblo”, para distraerlos de los problemas de gobernanza, principalmente de corrupción, lo cual es además de absurdo, ridículo y estúpido creando, una atmósfera de incertidumbre y legalidad deportiva.
Los perdedores en el mundo son mayoría y se muestran amargados, resentidos y negativos desahogando sus complejos y frustraciones en sus semejantes, que millones quisieron ser futbolistas profesionales no teniendo condiciones para ello que se conforman alrededor del mismo convirtiéndose en entrenadores, árbitros, preparadores físicos, kinesiólogos, terapeutas etc; donde algunos en las Ciencias de la Comunicación que se convierten en periodistas deportivos, mostrándose muy exigentes e hirientes en sus comentarios no solo a los jugadores, sino también entrenadores, atacándolos y censurándolos con severidad manifiesta con desprecio y odio.
Existen personajes con nombres y apellidos por citar unos cuantos: José Ramón Fernández, David Faitelson, André Marín, éstos influenciados por el primero que se forjaron juntos; Gerardo Velázquez de TVC Deportes (que lanza improperios); que las palmas de la negatividad se las lleva sin discusión el comentarista Álvaro Morales de la cadena internacional ESPN México con una personalidad de “gambusino”, con barba crecida y desarreglada y bigote, obeso con una voz varonil de una retórica recalcitrante y ofensiva para todos, con burlas a carcajada abierta tratando de provocar a sus compañeros lidereando el tema como moderador o conductor del programa, no teniendo eco con los profesionales de la comunicación, tratando de manipular abiertamente a los televidentes que los jóvenes de cierta manera influye, lo mismo que adultos sin criterio en torno a una opinión o punto de vista.
Ese tipo de personajes llegan a ser influyentes con cierta credibilidad por su sapiencia, caso concreto José Ramón que algunos dueños de equipo como el finado Jorge Vergara poniendo su nombre en una palco del estadio Chivas como un homenaje a su cultura deportiva, que este personaje se mediatizó gracias al odio recalcitrante contra el equipo América y la FEMEXFUT, que siempre denostó y polemizó a lo largo de su vida, principalmente en Canal 13 de gobierno por muchos años.
Las trampas, triquiñuelas, influencias y demás es la constante en el “mundillo futbolístico”, de nuestro país que nada tiene que ver el gobierno salvo el aspecto fiscal donde el futbol como negocio empresarial es manejado por particulares, con la FEMEXFUT como órgano rector en México y la FIFA a nivel internacional en selecciones nacionales.
Existieron entrenadores que en aras de la victoria exigían a sus jugadores el máximo de sus esfuerzos, de manera peligrosa puesto que los “dopaba”, como lo fue en el caso del chileno Carlos Reynoso con el equipo América, que en el entretiempo en vestidores les daba un “brebaje”, para mejor rendimiento que el ex entrenador tapatío Ignacio “gallo” Jáuregui del equipo Monterrey lo hizo público, que de inmediato los directivos americanistas y su sequito incondicional de comentaristas de su empresa Televisa se le fueron a la yugular, al técnico mexicano que lo querían demandar y meterlo a la cárcel exigiéndole disculpa pública lo cual el tapatío Jáuregui jamás se retractó y quedó en el olvido, de cierta manera esta práctica en Sud América es frecuente desde siempre que se recrudece en argentinos y uruguayos, independientemente de farmacodependientes (Maradona), con otras substancias.
La influencia americanista ante la FEMEXFUT obligó a esta última en oficializar el torneo PRODE de meses por competición de torneo de liga anual lo cual es vergonzoso y antirreglamentario, como muchas otras arbitrariedades y artimañas del poderoso equipo de Televisa.
A pesar de unas “pecatas minutas”, unas más graves que otras, actualmente el futbol mexicano tiene un posicionamiento mundial de clubes y selección nacional de credibilidad y penetración masiva social que repercute en una vida tranquila, de concordia y de convivencia.
En comparación con Italia con el jugador Paolo Rossi encarcelado en su país por apuestas arregladas y la Juventus de Turín, descendido a segunda división por las mismas circunstancias, sin olvidarnos de Alemania que el guardameta Harald Toni Schumacher escribió un libro sobre el consumo de drogas en los futbolistas de su país, México está en pañales sin mayor problema y repercusión mundial, excepto la trampa de los “cachirules”, que nos excluyó del mundial de Italia 90 por incluir en una competencia oficial jugadores mayores de 20 años de edad.
