NACIONALES
El próximo domingo es la convocatoria a votar: La esperanza con la Consulta Popular
																								
												
												
											Opinión, por Cayetano Frías Frías //
El próximo domingo, todas las personas que aparecen en la Lista Nominal de Electores, tendrán la oportunidad de participar en la primera Consulta Popular oficial, un ejercicio inédito, histórico, el cual si es bien aprovechado, será un parteaguas en la vida democrática de nuestro país.
Nunca antes los ciudadanos de a pie han tenido la oportunidad a través de las vías institucionales, de pronunciarse en favor o en contra de un actor político, o de una acción u obra de gobierno, cuyas decisiones o consecuencias hayan sido consideradas lesivas para la mayoría de la población.
Con esta consulta, se vuelve realidad la voluntad popular, pues además de hacer pública la decisión de una mayoría, la Ley de Consulta Popular establece al “Sí”, como una determinación vinculatoria que obliga a las autoridades competentes, para actuar en contra de los actores políticos si se les comprueba la comisión de delitos.
La participación en la Consulta, será uno de muchos pasos hacia el empoderamiento de los ciudadanos para influir en las decisiones de gobierno a través del voto. Infortunadamente, en los procesos electorales para cargos de responsabilidad popular, ningún marco jurídico obliga a los políticos electos a cumplir las promesas de campaña, ni a conducirse con los mínimos principios éticos y de honestidad en el manejo de los recursos públicos.
Además será temporalmente oportuno para incluir en los procesos formativos de conciencia social a las nuevas generaciones, quienes podrán disponer de esta herramienta política para alzar su voz ante las decisiones administrativas y políticas que les afecten, independientemente de los oídos sordos e intereses de los “representantes populares”. Además se podrán librar de algunas mafias de “líderes de la sociedad civil”, que se han enquistado en los organismos descentralizados y en la práctica son cómplices de las corruptelas.
La Consulta puede cimbrar los acuerdos no escritos de la clase política, que se reflejan en el altísimo grado de impunidad, tanto en la persecución y castigo de los delitos penales, como en los del orden civil, del familiar, y sobre todo la tolerancia para quienes delinquen desde la administración pública.
El fondo de la Consulta no es, como pregonan los conservadores, “consultar la ley”, sino dar una herramienta jurídica a los ciudadanos para romper el pacto de impunidad entre los políticos, que sea vinculatoria y obligatoria de cumplir en las decisiones que se emitan. Solo con la presión ciudadana habrá eficacia en el combate a la corrupción, pues hasta ahora ha sido inútil y una burda broma, el trabajo de las decenas de miles de empleados que laboran en los miles de “órganos internos de control”, en dependencias de los tres niveles de gobierno y en los organismos descentralizados. Peores son los “sistemas anticorrupción”, que en su esencia son corruptos, pues crear más burocracia es fomentarla.
ANTECEDENTES Y APROBACIÓN
En la reforma política de 1977 se incorporaron en el Artículo 73 Constitucional las figuras de “referéndum” y de “iniciativa popular” para el entonces Distrito Federal, pero el Congreso de la Unión nunca aprobó la legislación complementaria y por lo tanto, jamás tuvieron utilidad. Al crear la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se asumió que los ciudadanos tuvieron voz y en 1987 desaparecieron esas figuras del Artículo 73.
Fue hasta la reforma constitucional de 2012 cuando en el Artículo 35 Constitucional se incorporaron las figuras de “iniciativa ciudadana” y de “consulta popular”, pero hasta el 14 de marzo de 2014 se aprobó la Ley Federal de Consulta Popular vigente. A partir de esa fecha, se han registrado cuatro intentos para implementar este ejercicio, todos fueron rechazados en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al no cumplir los requisitos constitucionales.
La Corte desechó las solicitudes del PRI que buscaba el consenso para reducir el número de legisladores plurinominales; el PAN intentó lograr respaldo para un incremento al salario mínimo; en tanto que PRD y Morena cada uno por su lado, solicitaron iniciar consulta para eliminar la reforma energética.
La Ley de Consulta Popular establece que cada tres años, en el año previo a la elección federal, puede presentarse una solicitud para trámite ante la Cámara de Diputados o ante la Cámara de Senadores. Como no precisa que solo en una de las dos Cámaras procede el trámite, se concluye que cada tres años pueden presentarse dos solicitudes con diferente tema.
En el terreno práctico el presidente AMLO ha recurrido en varias ocasiones a las consultas a mano alzada o a través de encuestas, pero con repercusiones sobre temas que sería más adecuado tratarlos en el rango de presupuesto participativo, como la obra de una cervecera en Mexicali o el fallido aeropuerto en la capital, aunque éste último era una promesa de campaña.
En 2020 se inició el trámite para la consulta que nos ocupa, donde participaron un grupo de ciudadanos identificados con las corrientes de izquierda, así como la entonces dirigente nacional de Morena; ambos esfuerzos fueron desechados por la Corte, aunque hay que precisar que los primeros lograron recabar más del 2% de las firmas requeridas por la Ley, para respaldar la solicitud de iniciar la consulta.
Aunque en un principio la propuesta enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador al Congreso, se centró en preguntar sobre la necesidad de llevar ante los tribunales a los expresidentes Carlos Salinas, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, en el trámite de validación constitucional del tema, la Suprema Corte de Justicia de la Nación excluyó los nombres, pero redactó una nueva pregunta a través de la cual se amplía la posibilidad ya no solo de enjuiciar a los expresidentes, sino a cualquier actor político de cualquier región o municipio de México que haya incurrido en actos considerados delictivos.
Un ejemplo de posibles personajes a investigar, podrían ser los diputados y senadores federales que recibieron sobornos durante el proceso de aprobación de la reforma energética, como acto lesivo para la inmensa mayoría de los mexicanos, sin que jamás hayan consultado a sus representados.
Una vez aprobada la viabilidad constitucional de esta consulta por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, además de considerar que la solicitud contiene fundamentos legales aplicables, el Congreso publicó la convocatoria el 28 de octubre de 2020, fijando como fecha para votación el 01 de agosto de 2021 y precisando que es responsabilidad del INE tutelar este ejercicio.
El Artículo 54 de la Ley de Consulta Popular, precisa que el resultado será vinculatorio para las autoridades correspondientes los siguientes tres años, a partir de la fecha en que se le de validez. La proyección para que adquiera validez, es que se presenten a las urnas por lo menos 37.5 millones de votantes y con 50 mil casillas instaladas, cada una deberá recibir alrededor de 750 boletas para alcanzar el 40% de la Lista Nominal de Electores que se requiere.
PREGUNTA APROBADA EN LA SCJN:
¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?
PREGUNTA PROPUESTA POR AMLO
¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen y en su caso sancionen la comisión de delitos por parte de los expresidentes Salinas, Fox, Calderón y Peña Nieto antes y después de sus gestiones?
