Connect with us

OPINIÓN

Fanatismo

Publicado

el

Opinión, por Miguel Ángel Anaya //

Cuenta la filosofía popular que, si quieres llevar una plática tranquila con amigos o familiares, nunca debes incluir temas religiosos, políticos ni los relacionados con el fútbol. Considero que debe ser justamente lo contrario, que reconfortante es compartir ideas con quien piensa diferente, con aquellas personas que creen en una divinidad distinta o con los que no creen, con aquellos y aquellas que simpatizan con una corriente política contraria… que entretenido es ver un Atlas contra Chivas, con pasión y sin fanatismos.

La RAE define el fanatismo como el apasionamiento y tenacidad desmedida en la defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas. Sobrellevar una plática con un fanático es una tarea titánica, diría Winston Churchill que un fanático es aquel al que le es imposible cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema.

Las consecuencias del fanatismo muchas veces llevan a la tragedia, nos podemos remitir a casos como los de John Lennon o Selena Quintanilla que fueron asesinados por sus grandes admiradores, artistas como Hilary Duff o Bjiörk fueron acosadas por fanáticos y tuvieron riesgos de ataques, finalmente las autoridades actuaron y evitaron una tragedia.

En el México desconocido, aquel que no vemos o no queremos ver, tenemos el caso de la Iglesia de la Nueva Jerusalén, que comenzó en el municipio de Turicato, Michoacán, en la década de los 70. El párroco de ese templo decidió emanciparse de la iglesia católica y se proclamó como el Papa Nabor, las creencias religiosas de ese grupo obligan a sus feligreses (alrededor de 3 mil) a evitar la tecnología, prohibiéndoles el uso de radios, televisiones y computadoras, las mujeres deben utilizar cierto tipo de vestimenta y se prohíbe la educación pública; el fanatismo los llevó a correr a los maestros de su comunidad y en el año 2012 destruyeron la escuela primaria del pueblo.

Por otro lado, podemos ver el caso de los Hooligans en Inglaterra, excusados en su afición al futbol, estos grupos llevaban años haciendo desmanes en los estadios y bares de ese país. Evidentemente, en sus filas se escondían personas que amparadas en las masas cometían cualquier tipo de barbaridades. En 1985 durante un partido entre Juventus y Liverpool se dio la tragedia de Heysel, donde después de una serie de enfrentamientos entre aficionados, se provocó una avalancha humana que dejó 39 muertos. En 1989 en un partido entre el Liverpool y el Nottingham una nueva avalancha humana arrojó un saldo de 97 fallecidos.

A partir de este último suceso el gobierno inglés tomó fuertes medidas: Se numeraron los asientos en los estadios para identificar claramente los lugares y grupos de personas de donde provenían los actos violentos y se hizo un padrón de aficionados reincidentes. Se prohibió el ingreso de por vida a los estadios a aquellos hinchas que habían protagonizado hechos de violencia, además, los bares y restaurantes tampoco podían permitir el acceso de estos aficionados violentos, pues de lo contrario serían multados.

Obviamente hubo protestas de parte de los fanáticos pues les restringían sus derechos de acudir a eventos públicos. ¿Cómo era posible que ni siquiera pudieran entrar a un bar? Las medidas eran malas para ellos, pero acertadas para la gran mayoría de los aficionados que deseaban asistir al estadio, a un restaurante o a un bar con sus familias, sin temor de ser agredidos. Hoy es posible asistir a un estadio de Inglaterra sin miedo de ser violentado por los hooligans. Esto demuestra que sí es posible combatir a grupos radicales de fanáticos cuando se vive en un estado de derecho.

Afganistán vive momentos terribles por distintos motivos, pero principalmente porque los grupos religiosos radicales han tomado el poder, afortunadamente no es el caso de nuestro país, pero no podemos ser ajenos de lo que pasa en el mundo.

El preservar la vida y la libertad de las y los ciudadanos siempre debe estar por encima de cualquier ideología, seamos tolerantes de aquellos que piensan distinto, seamos empáticos con sus creencias y aficiones, pero nunca, jamás, permitamos que grupos de fanáticos radicales vulneren los derechos fundamentales de las personas.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.