OPINIÓN
Nueva cepa ómicron afectará la recuperación: Inestabilidad económica, los fallos del mercado
																								
												
												
											Economía Global, por Alberto Gómez-R. //
Se denomina ciclo económico a los periodos de expansión y contracción que experimenta el nivel general de actividad de un país, hecho que ocurre en horizontes temporales de mediano plazo. Por nivel general de actividad debemos entender las magnitudes de la producción, el empleo, los ingresos, la inversión y el crédito, principalmente, que en determinados momentos existen en el conjunto de la economía. Un ciclo económico se conforma por la unión en el tiempo de dos de dichos periodos de expansión y contracción. (herzog.economia.unam.mx)
Durante la fase de expansión o auge económico hay abundancia, es cuando se genera una mayor riqueza en los momentos del ciclo; las empresas producen y venden en mayores cantidades de manera progresiva, lo que significa más empleo, más consumo de bienes y servicios, y ello tiene como consecuencia un mayor poder adquisitivo derivado del aceleramiento de la maquinaria económica; en épocas de contracción –y/o recesión- la infrautilización de los recursos es especialmente preocupante porque el valor en la producción de bienes y servicios disminuye notablemente. Al final de la fase de recesión, sigue otra de expansión y así sucesivamente, esto, bajo los preceptos de la economía de libre mercado o también llamado sistema capitalista.
Pues bien, en este sistema económico, existen los llamados “fallos del mercado”, que son una consecuencia negativa del funcionamiento del mercado y se produce cuando éste no es eficiente en la asignación de los recursos disponibles.
Los fallos del mercado principalmente pueden ser:
- La inestabilidad de los ciclos económicos.
 - La existencia de bienes públicos.
 - Las externalidades.
 - La competencia imperfecta
 - La distribución desigual de la renta (riqueza)
 
En las economías mixtas –como la de México, y de muchos países en vías de desarrollo- la intervención del Estado (gobierno) para tratar de corregir algunos de estos fallos pueden ser determinantes para el bienestar general de su población, ya que, de no hacerlo, éstos prolongan sus efectos negativos y generan inestabilidades más prolongadas en los ciclos económicos, con graves costes sociales.
El sistema económico mixto, en el que se combina la actuación del sector privado con la del sector público, que actúa como regulador y corrector del primero, tiene la gran ventaja de que no se le deja toda la responsabilidad –y beneficios rentables- de la provisión de bienes y servicios al sector privado, ya que los servicios básicos, aunados a sus recursos naturales, son inalienablemente estratégicos para el devenir de la reconformación de los mapas geo-político-económicos.
En muchos países del mundo están ocurriendo varios de estos llamados “fallos del mercado” al mismo tiempo, como la inestabilidad de los ciclos económicos que inició de manera mucho más marcada desde el 2008 con la crisis financiera iniciada en los Estados Unidos por las hipotecas subprime y que, a partir de ese año comenzó a avanzar aceleradamente el deterioro de las condiciones de vida de más del 99% de la población mundial; los ciclos económicos se han vuelto mucho más inestables y cortos en su duración, con picos más elevados, tanto en la expansión como la contracción; la competencia imperfecta es otro notorio fallo, con China y algunas otras naciones emergentes de Asia ganándole el mercado global a Occidente, inundando el mundo con sus productos “Made in China” a precios irrisorios que dejan fuera de toda posibilidad de competencia a empresas establecidas en países desarrollados, venciéndolos con una sencilla estrategia de precios basada en su economía de escala; la dependencia de Occidente de los productos asiáticos se ha convertido en una de sus peores pesadillas en el mercado globalizado, y como muestra de ello es el grave problema de escasez de chips semiconductores, utilizados en productos para los mercados de consumo (B2C) y de negocios (B2B) que han tenido como consecuencia un gran desabasto de bienes y la millonaria pérdida de ventas, como ha ocurrido hace unos días en el Black Friday –al día siguiente del jueves de Acción de Gracias- que tradicionalmente era la fecha de las mayores ventas del año en los Estados Unidos, y que este 2021 ha tenido una disminución del volumen de ventas de alrededor del 40% con respecto al 2019, tanto por la escasez de productos como por el alza generalizada de los precios debido a la inflación, la alta demanda, y los altos costos de los energéticos.
En la actual economía globalizada de libre mercado, la afectación de algunos países impacta directa o indirectamente a los demás; la inflación de los costes industriales en China alcanzó en octubre su nivel más alto en 26 años, impulsada por nuevos brotes de covid-19 y los precios crecientes de alimentos y energía, según cifras oficiales divulgadas el miércoles 10 de noviembre por la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
El IPP, que mide el costo de bienes al salir de la fábrica, creció 13,5% en el interanual a octubre, según la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
«El aumento en el IPP se debió a la combinación de factores externos importados y el desabastecimiento local de energía y materias primas», señaló el estadígrafo principal de la ONE, Dong Lijuan.
Eso incluye un fuerte aumento en los precios locales del carbón, el alza en el costo mundial del petróleo y el gas, y las interrupciones en la cadena de suministros, explicó Rajiv Biswas, de IHS Markit.
Otro factor reciente, agregó, fue el aumento en los costos de embarques en todo el mundo «debido al fuerte repunte en los flujos comerciales» entre China, Estados Unidos y Europa. (france24.com)
Las externalidades son otro de los fallos del mercado que dañan el sistema económico mundial nada menos que con los efectos causados por el cambio climático acelerado por los desechos industriales. Todas las afectaciones negativas generadas al entorno (personas, flora, fauna) por las empresas en su actividad económica se denominan costes externos o externalidades, y son soportados por personas ajenas a la industria en más del 99% de los casos sin compensación alguna.
Ninguna empresa se hace responsable por el deterioro de los ecosistemas debido principalmente a la contaminación y a los gases de efecto invernadero, comprometiendo así a las futuras generaciones aún no nacidas. Es por todos sabido que el aumento del nivel del mar es algo ya inevitable, lo que traerá desde hoy consecuencias como la migración forzada, la sobrepoblación y el encarecimiento de bienes y servicios en las grandes urbes que se encuentren alejadas de las costas, la pérdida de tierras cultivables y con ello el aumento de la escasez de alimentos, al tiempo que la población mundial sigue creciendo, cuya cifra llegará a los 8,500 millones de personas para 2030.
El fallo de la distribución desigual de la renta (riqueza) que se ha pronunciado aún más desde el inicio de la pandemia, transfiriendo la riqueza de los más pobres a los más ricos: las ganancias combinadas de las 10 personas más ricas del mundo durante la pandemia del coronavirus alcanzaron los $540,000 millones de dólares, según un reciente estudio de la organización Oxfam.
Esta cantidad sería suficiente para evitar que los habitantes del mundo caigan en la pobreza a causa del virus y pagar una vacuna para todos, aseguró la ONG.
Su informe encontró que la riqueza total de los multimillonarios era equivalente al gasto total de todos los gobiernos del G20 para recuperarse del virus. (bbc.com)
La distribución desigual de la riqueza aunada a las externalidades, tendrán como resultado -en el mediano o corto plazo- levantamientos sociales como los que se sucedieron en muchas regiones del mundo en 2019, pero que debido al obligado confinamiento social por la pandemia en 2020 fueron acallados.
En estas fechas, 20 meses después del inicio de la pandemia del coronavirus, los levantamientos sociales recomienzan, ahora azuzados por los anuncios de nuevos cierres y confinamientos debido a una nueva cepa del Covid-19 (llamada Ómicron) que anuncian es de “muy alta peligrosidad” en una cuarta ola de contagios, que nuevamente moverá las proyecciones de recuperación económica, y que acelerará la irrupción de los efectos negativos de la fase de contracción-recesión-crisis del ciclo económico mundial
