OPINIÓN
Al refundador le crecieron los enanos: Alfaro, tres años por delante y nada que contar
Con todo respeto, por Jorge Zul de la Cueva //
El sexenio de Enrique Alfaro se encuentra ya en la segunda mitad, han pasado tres años y parece un barco en alta mar sin puerto a dónde dirigirse. Siendo francos, la ruta hacia la presidencia es más un sueño guajiro que otra cosa. A estas alturas, incluso en nuestro México mágico donde todo es posible ¿Quién puede tomar en serio eso de Alfaro Presidente de la Nación?
Para no ir más lejos, ni Alfaro mismo parece tenerle tanta fe a su propia apuesta. Un día se lanza a la presidencia y el siguiente niega todo interés. Si algo ha hecho el Gobernador de Jalisco es pre candidatearse, des precandidatearse y re precandidatearse cada tercer día, con la esperanza de llamar la atención y logrando lo que Pedro y el Lobo; mientras otros actores, como Samuel García y Colosio, le roban las cámaras nacionales e incluso los gurus de las agencias de comunicación, a las que ha entregado tanto dinero, dedican sus redes a las mil maravillas del gobierno de Nuevo León mientras de la Refundación parecen no acordarse. La apuesta de sus propios propagandistas está en otra parte ya y faltan tres años.
Al refundador le crecieron los enanos también en casa y más que continuidad, el eje Guadalajara-Zapopan promete ser un proyecto distinto. A nadie le queda duda de las distancias que hay con el proyecto de Pablo Lemus, cuyo slogan es “bien y de buenas”, mientras Alfaro es famoso por su mal humor. ¿Podemos atribuirle este distanciamiento hasta discursivo a la casualidad o será más sensato asumir que ser cercano al gobernador es una mala apuesta hacia 2024?
Una cosa es innegable: el tiempo pasa y se va haciendo cada vez más delgado el futuro de una refundación que no ha refundado nada y parece no tener heredero. Los problemas son cada vez mayores y queda poca capacidad de maniobra para resolverlos. La palabra empeñada se ha devaluado como el Bolívar en Venezuela y como ejemplo baste un botón: El proyecto de BRT en el periférico estaba ya por terminarse en los primeros meses de este año. “La construcción de Mi Macro Periférico a la fecha tiene un avance de casi 70% y se trabaja ya en las 40 estaciones que tendrá en los más de 41 kilómetros del Periférico”, publicó un medio local el 30 de marzo.
La promesa era terminar en diciembre y la realidad es que sólo tenemos una flota de autobuses estacionada.
Se dedicaron a patear el bote pensando que sobraba tiempo y llegamos a este momento que hace seis años debió parecer muy lejano. Seguramente sintieron que tenían una eternidad para atender todo aquello que se prometió y hoy queda cada vez menos cancha para proyectar el balón del incumplimiento hacia adelante, una cosa que hicieron hasta el cansancio.
Basta recordar que cuando Alfaro era munícipe de Guadalajara lanzó una campaña llamada “te pedimos paciencia”, que básicamente era para decir que las cosas no podían cambiar de la noche a la mañana y se requería tiempo para resolver problemas como las inundaciones que nunca se resolvieron, el desabasto de agua que empeoró y la inseguridad de la que ya es mejor ni hablar, por motivos de seguridad.
En ese entonces quedaba el beneficio de la duda, hoy quedan pocas horas en el reloj. Bueno, quedan tres años que serán a la vez efímeros y eternos.
La Consulta del Pacto Fiscal, en la que apostaron todo, no podría estar más desangelada, no convenció a nadie y de nada sirvieron los millones invertidos en publicidad. Tenemos un gobierno que ha invertido todo en comunicación y se está quedando sin nada que comunicar.
Pienso que quedan conejos en la chistera y cartas en la baraja para llegar a marzo o abril, pero después de eso no veo sino el vacío, el cascarón de un gobierno de envoltorios que lo prometió todo y ha cumplido poco.
¿Dónde está la revocación de mandato, por ejemplo? ¿Dónde la transparencia en materia de gasto de deuda? ¿Dónde la apertura democrática en el mayoriteo y las negociaciones a la hora de aprobar el presupuesto 2022? ¿Ya sirve el C5?
No queda lengua para tres años de tacos.
