OPINIÓN
Juego de ajedrez de las potencias; Ucrania vs Rusia: «The spoils of war»
A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
Uno de los temas internacionales que ha acaparado la atención de casi todos los medios de comunicación del mundo es el referente a la crisis militar que se vive actualmente en la frontera que separa a Ucrania de Rusia, zona en la que este país, movilizó aproximadamente 100,000 soldados, y que debido al antecedente del 2014 en que Rusia se anexionó la península de Crimea al Sur de Ucrania, prendió alarmas en gobiernos de otros países, especialmente, Estados Unidos que hoy más que nunca, ve amenazados muchos intereses en este complejo dilema diplomático y militar.
Al principio las razones de esta movilización de elementos del ejército ruso en la frontera no eran muy claras, en un inicio, el mismo Vladimir Putin afirmaba que esto se trataba de simples ejercicios militares de rutina que se realizan año tras año y que no había nada de qué preocuparse, pero como todo en esta vida, especialmente en la política, nada es lo que parece y basta con comenzar a cuestionar y confrontar, para conocer las verdaderas intenciones de las personas que tienes en frente.
En este caso en concreto, solo se necesitó que Estados Unidos, jugando un papel que conoce a la perfección, comenzara a cuestionar, condenar y amenazar al gobierno ruso, para que estos sacaran a relucir sus verdaderas intenciones.
Es así, que aquello que comenzó como “ejercicios militares de rutina’’ se convirtió en un mecanismo del presidente Vladimir Putin para condenar las negociaciones que Ucrania estaba realizando para formar parte de la OTAN, esto debido a que, según Putin, en la medida en la que la OTAN aumente su presencia en territorios como Ucrania, la soberanía y la seguridad nacional de Rusia corre un enorme riesgo.
Ahora, aunque el proceso para poder formar parte de la OTAN no depende únicamente de Kiev ya que implica un proceso largo y complejo, la simple intención de Ucrania de unirse y que data desde el 2008, implica un riesgo para Rusia ya que de concretarse en algún punto, perderían influencia en un país clave.
Ahora bien, el tema se ha vuelto más tenso debido a que no solo es a Rusia a quien le interesa, por cuestiones estratégicas tener influencia en Ucrania, sino que también Estados Unidos tiene un especial interés en este país y por ende, éste se ha convertido en el centro del tablero geopolítico entre el este y el oeste debido a que es visto como un aliado tanto estratégico como militar por ambos bandos.
Mucho se ha dicho de este conflicto, algunos analistas políticos señala que detrás está también la construcción del famoso Nord Stream 2, gasoducto que conectará Rusia con Alemania y Europa Central y del Este a través de 1,200 kilómetros por el mar Báltico, obra que de hecho, ha sido suspendida por Alemania.
Sin embargo, aunque el Nord Stream 2 y la presencia amenazadora de la OTAN son factores importantes que influyen en la crisis que hoy se vive, es necesario puntualizar que alrededor de estos eventos también hay un conflicto ideológico aun más grande que atañe la identidad nacional y que tiene su origen en el siglo IX cuando se formó el Estado Ruso antiguo que fue denominado como Rusia de Kiev y que se conformaba por un importante número de tribus eslavas que dominaron el noroeste de Europa durante la edad media y cuya capital estaba justamente en Kiev.
(Para profundizar más en este conflicto de identidad recomiendo ampliamente el libro: Voces de Chernóbil escrito por Svetlana Aleksiévich)
Aunque las constantes guerras provocaron la desintegración de este estado en el siglo XII, las bases renacieron y se fortalecieron con el surgimiento de la Unión Soviética en 1922.
Posteriormente, la ruptura de este Estado Federal en 1991, marcaría un antes y un después entre estas dos importantes naciones, ya que mientras algunas naciones veían en ella un triunfo para la democracia y las libertades, otros veían una el inicio de una gran crisis social, esto debido a que millones de rusos quedaron atrapados en Ucrania, Lituania y Kazajistán.
En razón de esto, no solo se gestaran movimientos sociales prorrusos en esas naciones, sino que también permitió la consolidación de partidos políticos con la misma ideología que comenzaron a tener representación en distintos e importantes espacios públicos, como fue el caso de Viktor Yanukóvich, presidente electo de Ucrania que fue derrocado durante el Euromaidán o Revolución de la Dignidad, movimiento protagonizado por ciudadanos que se oponían a la llegada de un presidente que no solo era acusado de haberse robado las urnas, sino que también era señalado como un defensor de los intereses del Kremlin.
No obstante, y pese lo enérgico de estos importantes movimientos sociales para defender y luchar por la soberanía de Ucrania, Rusia dio un importante golpe al anexionarse la península de Crimea mediante un referéndum organizado por el ejército ruso y avalado por ciudad autónoma de Sebastopol, y aunque esto fue condenado por Estados Unidos y la Unión Europa, la posición de Rusia en torno a este evento no ha cambiado, y muy difícilmente cambiará, pero sobre esto ya tendremos la oportunidad de profundizar más la próxima semana.
Definitivamente este conflicto entre Rusia y Ucrania, o más bien, entre los intereses de Rusia en Ucrania y los intereses de Occidente en Ucrania, tiene mucha historia, pero también tiene mucho futuro, y hoy es el causante de uno de los momentos más peligrosos en Europa desde la Guerra Fría, toda vez que el despliegue de fuerzas y las opciones de invasión podrían generar una de las crisis más grandes en las cadenas de suministro y la economía global que dañarían fuertemente el peso ideológico y la influencia de Occidente en muchas regiones del mundo.
Con un solo movimiento, Rusia ha puesto a prueba a Estados Unidos y a la comunidad internacional, que ahora, no solo necesitan lidiar con los estragos de una pandemia cuyos efectos han impactado en lo social y económico, sino que también, necesitan lidiar con una crisis política e ideológica que de estallar, podría generar importantes cambios en el orden político internacional en el que al menos parece que son Rusia y China quienes marcan puntualmente la agenda.
No olvidemos que desde el inicio de la pandemia, occidente ha estado más que necesitado de dar un golpe de autoridad capaz de reafirmar los valores políticos, económicos y sociales con los que se construyó un sistema que hoy parece estar debilitado y desprestigiado, y en este sentido, Ucrania parece ser el espacio y el momento perfecto para tratar de reafirmar estos valores, pero creo que atendiendo a las lecciones de la historia, valdría la pena preguntarse: ¿a qué costo?
