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OPINIÓN

El declive de la 4T

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Metástasis, por Flavio Mendoza //

Es quizá uno de los peores momentos del sexenio para el presidente Andrés Manuel López Obrador, una crisis que le ha quitado el sueño y que sigue sin responder al respecto, evadiendo la realidad.

Ha sido la prensa y no la oposición quien capitaliza hasta el momento el bochornoso estado que atraviesa la figura presidencial o lo que queda de ella. El hecho es la inexplicable forma de vida del hijo mayor del presidente, rodeado de lujos que antes de 2018 jamás se imaginaba tener, contrastando con todo el discurso de su papá, quien precisamente se ha dedicado a criticar duramente a quienes aspirar a vivir con ciertos estándares de la modernidad y la tecnología.

Pero el verdadero fondo no es que el hijo mayor del presidente viva en Houston en residencias fifí y maneje una camioneta machuchona, que esté casado con una ejecutivo de una empresa petrolera, ni que José Ramón López Beltrán ejerce su profesión para la iniciativa privada neoliberal, el verdadero problema es la estigmatización que se ha hecho sobre estos casos y han sido ellos precisamente quienes en el pasado usaron como estrategia de golpeteo exhibir y escandalizar estos asuntos más familiares pero que trastocan lo público.

Hoy el presidente y su secta fiel no pueden sorprenderse de los señalamientos, este recurso que estigmatiza, que calumnia, que señala y presenta al linchamiento público es una práctica cotidiana que se ejerce desde el poder y se hace en público todos los días desde la mañanera, el único espacio desde el cual pretende gobernar al país.

Si bien es cierto que el trabajo periodístico evidencia lo que presumiblemente puede tratarse de un conflicto de interés y actos de corrupción, la posibilidad de aclarar y desmentir, el famoso uso del derecho de réplica, la tuvo la familia presidencial, por su parte el presidente no dice nada y cuando su hijo salió públicamente a explicar solo complicó más la situación con un montaje que terminó por destruir la credibilidad de la autodenominada Cuarta Transformación.

Pero entonces ¿por qué lástima tanto este reportaje?, la respuesta es sencilla, “con la vara que midas, serás medido”, hoy el poder de este país calumnia y lincha, divide y confronta, desprestigia y enjuicia, sin prueba alguna, niega la realidad como si fuese dueño absoluto de una verdad por decreto. Señalar como aspiracionistas, vulgares y hasta corruptos a la clase media por estudiar posgrados, en instituciones privadas, por tener más de un par de zapatos, por vestir ropa de marca, por usar joyas y comprar camionetas, algún día cobraría factura y quizá no es aún ese momento, sino solo el principio del declive que viene con insurrección de este sector.

La crisis que hasta el momento no han sabido manejar desde Palacio Nacional lastima la investidura presidencial, a la mitad de un sexenio donde se prometió mucho, un México sin crisis económica, con seguridad y paz, con educación de excelencia, sin corrupción, con estado de derecho. Pero por el contrario con tristeza y decepción vivimos la peor crueldad de la violencia e inseguridad, crisis económica que incorpora a millones en la pobreza, crisis en materia educativa con reducciones presupuestales históricas y eliminación de programas educativos, crisis sanitaria con desabasto de medicamentos que cuestan vidas y grandes estragos por la pandemia que pretenden minimiza, crisis de gobernabilidad con los poderes del estado mexicano subordinados a un solo hombre que apuesta por la militarización, la división y el chantaje, hoy de plano nadie tiene el derecho a exigir absolutamente nada que confronte a la decisión presidencial.

La mentira es una forma de administrar la esperanza de un pueblo que creía no podíamos estar peor, porque desde Palacio Nacional creen que ningún mexicano debe quejarse de la situación actual y el que se atreve hacerlo desafía el poder del estado, que de inmediato lo lincha y hasta lo hace cómplice por decreto de los problemas heredados del pasado, los periodistas y medios de comunicación que no apoyan y respaldan al presidente son perseguidos y linchados, en el sexenio que ha superado récord de periodistas asesinados.

Las obras faraónicas y la dispersión del recurso a través de programas asistenciales – electorales hasta el momento no han sido suficientes para cambiar la realidad de nuestro país. Desde Palacio Nacional se vive una decadencia, la credibilidad y honestidad valiente que presumían como principales cualidades y valores del presidente y líder de la 4T se cae a pedazos junto a un árbol que da moras.

Twitter: @FlavioMendozaMx

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