OPINIÓN
Cuidar lo que se desea
Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
Hay teóricos de la evolución que afirman que el deseo es lo que ha llevado a la humanidad y a la naturaleza misma a adaptarse mejor a este planeta; sostienen que hace millones de años cuando existían organismos poco desarrollados en la tierra, estos se reproducían de manera asexual, sin embargo, este tipo de reproducción sugería distintos problemas, la “mejora” de la naturaleza implicó la necesidad de la unión de dos individuos de la misma especie para reproducirse, sin embargo, la reproducción sexual presentó el problema que algunos organismos preferían que seguir reproduciéndose a si mismos ya que el coito implicaba la necesidad de buscar pareja y hacer esfuerzo físico, lo que lleva al gasto de energía, la solución de la naturaleza a esta problemática fue la aparición del deseo sexual.
Estas teorías también contemplan el razonamiento lógico, se cree que existe una especie de necesidad o deseo en la satisfacción de instruirse, de cultivarse y de ser útil para la sociedad. Ha sido ese deseo de sobresalir y esa necesidad de intelectualidad lo que ha llevado al ser humano a desarrollarse, a crear, a inventar, a construir familias, sociedades, a lograr avances científicos… sin el deseo, la evolución del pensamiento sería imposible.
Si tomamos estas ideas como ciertas y le damos un vistazo al mundo, encontraremos que en la sociedad actual el deseo de intelectualidad ha disminuido o al menos no es tan profundo; casi cualquier persona desde cualquier parte del mundo puede investigar con sólo un clic una fecha histórica, la resolución de un problema matemático, o hasta explicaciones científicas que se ven resumidas en videos de uno o dos minutos. Esto podría sonar a un gran desarrollo como sociedad, sin embargo, encontrar información tan fácil, provoca que el deseo intelectual sea satisfecho inmediatamente y por lo tanto la búsqueda o motivación de crecer y de entender cualquier tema se ve muy limitado, ya que todo se aprende de manera muy superficial.
Otro problema que encontramos es en lo que se desea: hace algunos años, la idea de cualquier niño, niña o adolescente cuando se le preguntaba que quería ser de grande las respuestas por lo general se remitían a ser bombero, policía, doctora, abogado, presidente, artista, etc. Pero, en la sociedad actual los deseos de muchos infantes, especialmente los vulnerables se vuelcan a la idea de ser influencers o youtubers y en el peor de los casos en el deseo de formar parte del crimen organizado o realizar alguna actividad que los lleven a conseguir dinero de manera rápida y con el menor esfuerzo intelectual posible. Esto es uno de los temas mas preocupantes en la sociedad actual.
Involución es el término que se utiliza para referirse al estancamiento o falta de adaptación de una especie, hoy, podemos decir que la satisfacción inmediata de intelectualidad está llevando a muchos seres humanos a limitar su pensamiento lógico, a una lentitud para adaptarse a un mundo donde la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados y el grueso de la población se estanca, por otra parte las redes sociales llevan a producir un cúmulo de personas que satisfacen su entretenimiento con videos cortos y simples y también han creado críticos de internet que crean “corrientes de pensamiento” que están sostenidas en videos de YouTube o tik-tok que contradicen a ideas científicas estudiadas a profundidad, esto es una clara involución social.
Seamos “insatisfechos intelectuales” que busquen aprender continuamente, que deseen ser miembros útiles de la sociedad, busquemos el razonamiento profundo antes de la respuesta simple o inmediata, fomentemos el desarrollo intelectual de las y los niños, si caemos en la dinámica de conocer datos sin razonar, de aprender sin profundizar, el pensamiento colectivo se retraerá y llevará muchos años recuperar el terreno perdido. Revisemos las aspiraciones de las nuevas generaciones, concienticemos. Como dice la frase: “Hay que tener cuidado con lo que se desea porque se puede cumplir.”
