CULTURA
El ejercicio del poder: Los entrenadores, al capricho de los jugadores y presión de medios de comunicación
Futbol, por Esteban Trelles Meza //
Nuestro país en al aspecto futbolístico tiene particularidades muy especiales que lo distinguen de los demás donde los propios jugadores determinan el éxito o fracaso de los entrenadores en turno.
Por supuesto que llevan “mano” los entrenadores extranjeros, específicamente los argentinos donde el léxico utilizado y el acento impresionan a los directivos y dueños de equipo, que en bandeja de plata ponen a sus planteles con inversión elevada y lo más delicado, el prestigio de algunos donde no siempre son exitosos.
Antiguamente se decía por comentarios que el futbol mexicano estaba en manos de los promotores que manejaban a los dueños de equipos de manera encantadora, que algunos se hicieron famosos entre los que destacan por encima de todos Guillermo Lara y Carlos Hurtado, incluso se habla de un monopolio entre ellos, que los filtros, llámese jugadores deberían pasar por el visto bueno de ambos, donde existen infinidad de leyendas e historias.
Cabe destacar también que técnicos como el finado uruguayo Carlos Miloc que llegó a México como jugador del Morelia y que en su retiro se hizo entrenador imponiendo jugadores en los equipos que lo contrataban con “carro completo”, esto es, junto a su cuerpo técnico.
Casos extraordinarios sucedieron con el primer mundialista con cinco copas Antonio “Tota” Carbajal, con equipos que dirigió como León, Unión de Curtidores y Morelia, este último por largos 11 años donde se apoyaba de un solo auxiliar.
Se dice también que los entrenadores ganan los campeonatos estableciendo el orden táctico y estratégico siendo los responsables directos del éxito o fracaso, donde se destaca también el manejo de grupo en un ambiente propicio de trabajo donde existe el aspecto motivacional para explotar al máximo las condiciones físico-atléticas, técnicas y de talentos propios con mentalidad triunfadora donde el aspecto mental del jugador es fundamental.
Es indudable que el futbol es de momentos donde el jugador se proyecta en todo su esplendor, al estar emocionalmente dedicado a su quehacer deportivo, no teniendo distractores de problemas personales extra cancha, concentrándose al cien en su actividad, teniendo el apoyo y compenetración de su técnico en cuestión.
Comúnmente el futbolista de primera división gana generosamente, máxime cuando es jugador referente o seleccionado nacional de mínimo un millón de pesos mensuales, que los canteranos o novatos perciben sueldos de más de cien mil.
Un solo ejemplo con el jugador Oribe “El Horrible” Peralta, que el angelito el América lo endosó para librarse de él a “Chivas” de Guadalajara en un contrato por dos millones de dólares anuales con la etiqueta de goleador, que resultó un fraude auténtico que jamás nunca desquitó su sueldo, incluso era “banca”, en sus dos años con este equipo, que los comentaristas capitalinos justificaban su inoperancia de falta de gol: argumentando que servía de “pivote”, “que arrastraba la marca”, “que jugaba de sacrificio” , “que su experiencia la transmitía a los jóvenes” y una serie de artimañas y negatividades, que gracias al desasesoramiento de Peláez contrataron un jugador acabado ante la complacencia e ingenuidad de Amaury Vergara que puntualmente pagaba.
Se dice también en el argot futbolístico que los jugadores “le tendieron la cama” a determinado técnico en grupitos de liderazgos que influyen no brindándose en cancha y desobedeciendo indicaciones, haciendo que los despidan.
El caso del argentino Ricardo La Volpe que trataba a los jugadores con mentadas de madres e improperios llegando a una final con Atlas que le permitió un proceso de cuatro años con selección nacional gracias a Alberto de la Torre quien fungió como presidente del Club y paralelamente en la FEMEXFUT. Caso contrario del mexicano Hugo Sánchez que no lo dejaron en su proceso para un mundial, marcando diferencias como siempre al entrenador extranjero, que influyo el finado Jorge Vergara para su despido y con la brillante idea del inglés Sven-Goran Eriksson, que solamente vino a galanear en un rotundo fracaso.
No olvidarnos tampoco del iracundo y explosivo Ricardo “Tuca” Ferreti, con un temperamento fuera de sí, que a diferencia de La Volpe el brasileño demostró su capacidad siendo campeón con UNAM, Guadalajara y “Tigres” de la UANL haciendo de este cuadro un equipo histórico en torneos de Liga, Copa, CONCACAF y Mundial de Clubes al obrtener por primera vez un equipo mexicano el sub campeonato contra el Bayer Munchen de Alemania de manera sobresaliente.
Al mencionar a los medios en la influencia del destino deportivo de los entrenadores basta decir que su “máximo promotor” lo es José Ramón Fernández que invitó de comentarista a Mario “Capelo” Carrillo que entre paréntesis nadie lo contrata, Tomás Boy, José Luis Sánchez Solá el famoso “Chelis”, que con el único equipo que destaca es con Puebla que va y viene por temporadas, con “puntadas”, extravagantes cuando es entrenador que su misma mentalidad y visión de cancha la tiene para comentario de futbol en la cadena internacional ESPN México con un peculiar estilo original y atrevido sin olvidarnos de Ricardo La Volpe, además de incomodar al propio Hugo Sánchez.
Al ser los directivos mexicanos neófitos en el tema futbolístico se dejan influir por todos, donde los medios de comunicación marcan la pauta presionando y casi obligando al despido de los entrenadores por alguna mala racha o derrotas.
Todo este panorama presentado nos demuestra la actividad del entrenador en cancha que está supeditada a los criterios más extremos y controversiales empezando por sus propios jugadores, que como siempre la afición tiene voz y su reclamo pasa desapercibido para los dueños de equipos quien son los que sostienen el espectáculo del negocio del futbol y al igual que sucede en la política el pueblo no lo toman en cuenta.
Por último, señalar las vicisitudes que enfrentan los entrenadores llamados ahora directores técnicos donde un Javier Aguirre, campeón con Pachuca y mundialista en dos ocasiones al frente del tricolor, dirigiendo naciones en mundiales salen por la puerta de atrás por sus jugadores indolentes, vedettes y faltos de profesionalismo como sucedió con el Monterrey al igual que con el “Turco” Mohamed, anteriormente después de hacerlos campeones lo despidieron sin consideración alguna.
