OPINIÓN
Espacios públicos para una mejor ciudad
Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
¿Qué se necesita para mejorar un espacio público? ¡Público! Aunque esta aseveración suene simplista en realidad no lo es, los espacios públicos no se denominan de esta manera solo porque sean propiedad de una entidad de gobierno o porque sean de acceso libre para la población, los lugares se vuelven públicos cuando cualquier ciudadano lo siente propio, cuando una familia se siente segura de convivir estos sitios, ya sean un parque, unidad deportiva, mercado, museo, etc.
Los lugares comunes requieren de personas para llenarse de vida, una plaza o biblioteca que no es visitada constantemente por los vecinos de la colonia o municipio donde se ubica, es un área muerta, un lugar desperdiciado y un punto rojo pues generalmente es aprovechado para delinquir.
Por mucho tiempo, la dinámica de las ciudades nos llevó a olvidarnos de la importancia de los espacios públicos y sobre todo de las zonas verdes; su constante crecimiento obligó a modificar el diseño de las mismas, a cambiar casas habitación amplias por unas más pequeñas, posteriormente muchos terrenos o lotes más o menos grandes se fueron convirtiendo en edificios, esto llevó a que la densidad poblacional aumentara de manera significativa y que las áreas verdes fueran descuidadas, olvidadas o reconvertidas, afectando significativamente la calidad de vida de las y los ciudadanos, actualmente muchos de los sitios de recreación se encuentran dentro de edificios o cotos habitacionales, por lo que evidentemente son privados.
Desde hace unos años, las ciudades de distintos países que se han enfocado en la recuperación de áreas verdes son las que hoy muestran el mejor nivel de vida de sus habitantes, pues lugares de recreación seguros y confortables, aumentan la percepción general de seguridad dentro de la ciudad, mejora la cohesión social, fomenta la convivencia familiar, reduce niveles de estrés y contribuye a formar ciudadanos más sanos, actualmente las ciudades con mayor calidad de vida según “The Economist” son Vancouver, Viena y Auckland, ciudades donde las personas disfrutan de una gran cantidad de espacios públicos de calidad.
En el caso latinoamericano, la ciudad mejor calificada es Montevideo, con 1 millón 400 mil habitantes -muy similar a la población del municipio de Guadalajara- la ciudad cuenta con alrededor de 600 mil árboles distribuidos en cientos de parques, plazas y unidades deportivas, cuenta con un programa de planta y cuidado de árboles que comenzó hace varios años y ha trascendido diferentes administraciones, tan es así que el 80% de la personas que habitan aquella ciudad se dicen satisfechas con los espacios verdes con los que cuentan, a pesar de ello y conscientes de que falta mucho para alcanzar la meta de emparejar el número de árboles y número de personas, se siembran de 5 a 10 mil árboles en la ciudad cada año.
En el caso de nuestra ciudad se han hecho esfuerzos por mejorar las áreas verdes, desde hace algunos años se han fomentado los parque lineales que aprovechan un espacio entre camellones y debajo de puentes que antes se tenían olvidados, se están recuperando lugares como el parque solidaridad y unidades deportivas en distintas colonias, sin embargo, se debe trabajar para que las personas se apropien de estos espacios, pues un ciudadano que siente como propio un parque, lo disfruta y lo cuida, provocando una inercia positiva y una menor carga económica para el gobierno encargado de mantenerlo.
Un ejemplo claro es el Parque Metropolitano de Guadalajara, que es de los pocos lugares de la ciudad donde conviven tapatíos, zapopanos, tlaquepaquenses, etc. Y en donde asisten personas de todas clases sociales que realizan distintas actividades, desde andar en bici, pasear al perro, jugar futbol o convivir en familia… necesitamos más lugares de este tipo en toda la ciudad.
Según estimaciones de la Organización Mundial De Salud (OMS), una ciudad debería tener al menos 16 metros cuadrados de áreas verdes públicas por cada habitante, el promedio en las ciudades mexicanas es de solo cinco. El reto es grande, pero vale la pena construir mejores espacios públicos y más áreas verdes para conseguir la ciudad que queremos.
