OPINIÓN
Agua para la zona metropolitana
Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
«No se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo», proverbio inglés.
El acceso a agua de calidad es un derecho contemplado en la constitución mexicana, el artículo cuarto señala que “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible.”
Este derecho, como muchos otros es vulnerado diariamente y en nuestro país esta problemática se ha agravado considerablemente en los últimos años.
México tiene muchas realidades y en su mayoría muy distintas, hay comunidades que, para abastecerse de agua, sus habitantes tienen que recorrer kilómetros y aún se surten con cubetas o envases improvisados; a su vez, existen lugares donde el gran desarrollo inmobiliario ha provocado que el acceso a servicios públicos de calidad se vea deteriorado; en ambos casos, no existen políticas públicas de mediano o largo plazo que entiendan, atiendan o resuelvan el desabasto diario, o si existen quedan cortas para resolverlo. Esta situación ha llevado a manifestaciones ciudadanas en estados como Chihuahua, Aguascalientes, Estado de México, Ciudad de México, Guerrero y Jalisco.
En la Zona Metropolitana de Guadalajara, consumimos diariamente, un promedio de 221 litros de agua por persona, para una ciudad con alrededor de 5 millones de habitantes esto representa un gasto enorme del líquido vital y un reto muy grande para las autoridades.
Este problema público no se ha resuelto de la mejor manera pues además de que el acceso al agua es muy desigual, hay zonas dentro de la ciudad en los que el acceso a agua de calidad ya no es una realidad, colonias como Oblatos, Providencia, Jardines Alcalde, El Country, etc., llevan tiempo sufriendo por tener un acceso a agua que no es potable, queé decir de municipios como Tlajomulco donde más de 80 mil habitantes han denunciado falta de agua en los últimos días, municipios como Tlaquepaque o Tonalá enfrentan situaciones similares.
La escasez de agua se ha intentado resolver con algunos programas como los llamados “nidos de lluvia” que se han comenzado a trabajar en la zona norte de Zapopan, si bien estos proyectos son buenos, pues permiten abastecer con agua de lluvia a alrededor de 3 mil familias y 14 mil ciudadanos, son insuficientes y no resuelven de fondo el acceso a agua potable de las colonias que hoy reciben líquido de muy mala calidad. En plena temporada de estiaje, las autoridades encargadas de la instalación y mantenimiento de la red hidráulica tiene mucho trabajo por delante.
La responsabilidad de cuidar el consumo de agua recae en cada familia y en cada ciudadano, pero, la obligación de surtir agua de calidad y promover políticas públicas para su mejor aprovechamiento depende de las autoridades federales y estatales, mismas que les han quedado a deber mucho a la ciudadanía pues si bien se han etiquetado recursos para la operación y mantenimiento de presas, se debe señalar que el año pasado el SIAPA resintió un importante recorte presupuestal. Hay temas muy importantes por atender, pero ¿qué puede ser mas urgente que invertir en agua?
Para finalizar, se debe entender que la falta de agua, como cualquier problema público se resolverá con la participación ciudadana, la interacción con autoridades competentes y el trabajo con organismos especializados. Académicos expertos en el tema proponen revisar y eficientar el gasto de agua en la agricultura, trabajar un proyecto serio a mediano plazo que permita separar aguas negras y grises con el fin de reciclar la mayor cantidad posible, invertir en infraestructura hidráulica para evitar fugas de agua y por supuesto la concientización y sobre todo la acción de todos los ciudadanos. Una ciudad sin agua será una ciudad sin vida. Cuidemos el agua, cuidemos a Guadalajara.
