OPINIÓN
La farsa diplomática de AMLO
Serendipity, por Benjamín Mora Gómez //
Aprendí que lo bueno, cuando es breve, es bueno dos veces; y lo malo, cuando es prolongado, es terrible. Decía Albert Camus: “Mentir cansa mucho” y Andrés Manuel López Obrador miente demasiado y a diario; quizá él aun no se ha cansado, pero ya tiene agotado al gobierno norteamericano y a sus empresarios, y también a muchos millones de mexicanos.
Joseph (Joe) Robinette Biden y Andrés Manuel López Obrador se reunieron por segunda vez en la Casa Blanca y, más allá de las palabras dichas, breves en Biden y groseramente inútiles en López Obrador, habría que develar lo que nos dijo la diplomacia norteamericana, sin palabras. Biden cobró el bloqueo que López Obrador le hizo a su Cumbre de la Américas: no salió a recibir y dar la bienvenida al presidente mexicano a la Casa Blanca, no le ofreció una comida y, tan pronto como se despidieron, tras un encuentro de escasas dos horas, tomó su avión a Medio Oriente. Tampoco hubo reuniones de trabajo con la comitiva mexicana y su par norteamericana.
AMLO también visitó los memoriales de Martin Luther King y Franklin Delano Roosevelt. Buena decisión. De éste ultimo, hay una frase que le viene bien al modelo educativo que nos pretende imponer. Roosevelt dijo: “No siempre podemos construir el futuro de nuestra juventud, pero podemos construir nuestra juventud para el futuro”.
Quedó claro que Marcelo Ebrard no cumplió con su papel de canciller o que Andrés Manuel mandó al diablo a la diplomacia como lo hizo con el Estado de derecho. Jamás de los jamases se puede llegar a un encuentro del más alto nivel entre dos naciones a través de sus mandatarios con propuestas no atendidas ni negociadas de antemano.
Ello es más que una descortesía diplomática imperdonable. Las barajas bajo la manga de la camisa, en un juego de naipes, es prueba de estar ante un tramposo, vulgar y grosero, y algo así fueron las cinco propuestas de López Obrador a Biden. López Obrador lo planteó y fue ignorado por Biden, con gentileza, que nuestro presidente no entendió y ni siquiera están en el comunicado conjunto. Así o más claro… don Jesús Reyes Heroles ya nos habló de las formas y los fondos en política, y quien no lo aprendió a tiempo no lo comprenderá en su vida.
En Washington, también los codos de López Obrador hablaron y lo hicieron sin la intervención de su cerebro. Durante su encuentro en la Oficina Oval, Biden lo tuvo que interrumpir, con excusas pueriles, para ver si entendía y abreviaba su perorata. En una desbordante impertinencia y descortesía, López Obrador habló de la historia norteamericana por más de 30 minutos; si hubiera estado con Clemente Jacques, quizá le hubiera dado su receta de hacer chiles… ¡sin chiles, claro está, porque es austero!
Para López Obrador basta con ser honesto para merecer ser presidente y estar en su gabinete, aunque él y su gente sean ignorantes en sus encomiendas; y ya que estuvo en EEUU, bien le hubiera venido conocer a fondo su historia y no hablar con la simplicidad de quien pidió le escribieran un discurso. El ex presidente Grover Cleveland dijo: “Sé que soy honesto y sincero en mi deseo de hacerlo bien; pero la pregunta es si sé lo suficiente para lograr lo que deseo”. Sincera reflexión que valdría considerar en un presidente y su gabinete que van de tropezón en tropezón, hundiendo a México.
En un mensaje por Twitter del presidente mexicano se lee: “Hablamos de cooperación económica, inversión, soberanía y progreso con justicia”, pero ello es tan ambiguo como escribir “… y nos tomamos una fotografía -todos sonriendo- en la escalinata del Instituto Cultural Mexicano”. Cuando nada se tiene que decir, hasta unos breves balbuceos incomodan.
Quienes gustan alabar a López Obrador, calificaron de éxito su encuentro con empresarios mexicanos y norteamericanos en la sede del Instituto Cultural Mexicano, pero no advierten que los norteamericanos fueron a exigir garantías a sus posibles inversiones en México ante el caos de confianza que el presidente ha creado. ¡Eso no es un éxito!
López Obrador propuso a Biden un dumping con gasolina, a costa de nuestros impuestos, ofreciendo a sus ciudadanos combustibles subsidiados. México lo compraría a precio alzado en EEUU y lo vendería más barato en la frontera. A López Obrador se le escapa entender que tal medida en nada, absolutamente en nada, impactaría favorablemente a mitigar la inflación norteamericana. De economía no entiende.
López Obrador pidió a Biden un mayor número de visas temporales de trabajo, regularizar a quienes ya trabajan en EEUU y dar certeza a quienes carecen de documentación migratoria; mientras, en México, según escribe Elena Reina, Premio Gabriel García Márquez de Periodismo por la cobertura de la crisis migratoria en la frontera sur, entre 2021 y 2022 se han recibido más de 179,000 peticiones de asilo y solo se han resuelto 8,988 casos. Tan solo en este año, el gobierno de López Obrador ha expulsado a 46,617 personas y aun así se atreve a pedir consideraciones especiales a Biden.
Si el gobierno quiere cambiar la realidad de nuestros migrantes, antes debe prepararlos para un mejor futuro, aquí o en cualquier lugar del mundo, y entender que los mejores puestos de trabajo se ganan y conservan con preparación y trabajo. Deberá reunirse con las organizaciones de la diáspora mexicana como: la Asociación de Empresarios Mexicanos, Latinos Together, Latino Community Fundation, Acceso Academy, Be Foundation derecho a la Identidad, Young Latino Leaders, Amigo Broadcasting y muchas más.
