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Advertencias de Putin deben tomarse en serio: Rusia eleva guerra a otro plano
																								
												
												
											Análisis Global, por Lorenzo Carrasco (MSI informa) //
El conflicto de Ucrania ingresó definitivamente a una escalada de extremo peligro. La convocatoria de 30 mil reservistas con experiencia militar, que permitirá el mejor empleo de las fuerzas profesionales fue la demostración de que Rusia está determinada a consolidar sus ganancias territoriales en el Este y el Sur de Ucrania en el plazo más corto posible.
La parte más grande de las fuerzas terrestres desplegadas contra Kiev está constituida por las milicias de Donestk y Lugansk, por unidades chechenas y por contratistas del Grupo Wagner, formado por exmilitares rusos.
Otra medida todavía más determinante fue la realización de referendos en Donetsk, Lugansk, Jerson Zaporoyie, cuyo resultado previsto es el respaldo mayoritario para que dichas regiones se unan a la Federación Rusa, igual que ocurrió en 2014 con Crimea.
En el mismo discurso del 21 de septiembre en el que anunció ambas, el presidente Vladímir Putin hizo también una clara advertencia al “Occidente colectivo” encabezado por Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cuya intervención en el conflicto es ahora patente.
“Washington, Londres y Bruselas están incentivando abiertamente a Kiev con la idea de que Rusia debe ser derrotada en el campo de batalla por cualquier medio y, subsecuentemente, despojarla de soberanía política, económica, cultural y cualquier otra, y saquearla.
“Llegaron ya, inclusive, a recurrir al chantaje nuclear. Me refiero no tan sólo al bombardeo de la planta nuclear de Zaporoyie, alentado por Occidente, que amenaza con convertirse en un desastre nuclear, sino también a las declaraciones hechas por algunos representantes de la más alta jerarquía de los principales países de la OTAN sobe la posibilidad y la admisibilidad de usar armas de destrucción masiva -armas nucleares- contra Rusia.
“Me gustaría recordarles a los que hacen tales declaraciones sobre Rusia, que nuestro país tiene también diferentes tipos de armas y algunas de ellas son más modernas que las armas que tienen los países de la OTAN. En el caso de una amenaza a la integridad territorial de nuestro país y, para defender a Rusia y a nuestro pueblo, ciertamente haremos uso de todos los sistemas de armas disponibles. Esto no es una fanfarronada”.
La afirmación sobre el posible uso de armas nucleares fue, como era de esperarse, la que se ganó las ocho columnas más escandalosas de toda la prensa occidental. Pero Putin se refería a la declaración de la entonces canciller y ahora premier británica, Liz Truss, de agosto, cuando afirmó que estaría dispuesta a ordenar el empleo de armas nucleares británicas, aunque esto significase la “aniquilación global,” en caso de ser electa para el cargo que llegaría a ocupar unas semanas después (Yahoo! News, 24/08/2022).
En diciembre pasado, el senador Roger Wicker, el segundo miembro mas alto del Partido Republicano de la Comisión de los Servicios Armados del Senado de Estados Unidos, afirmó que Washington no podría descartar ninguna opción, incluso un ataque nuclear, si Rusia invadía Ucrania (Fox News, 08/12/2021).
Otro líder ruso, el expresidente Dmitri Medvedev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional, reforzó el mensaje de Moscú, al afirmar que no creía que la OTAN interferiría ni en el caso de que Rusia emplease armas nucleares: “La seguridad de Washington, de Londres y de Bruselas es más importante para la alianza que el destino de la inútil y moribunda Ucrania. Enviar armas modernas a Ucrania es tan sólo un negocio con un aderezo extra de odio contra nosotros. Nada más. Los demagogos estadounidenses y europeos no morirían en un apocalipsis nuclear” (RT, 27/09/2022).
En Berlín, la excanciller Angela Merkel advirtió que se debe tomar en serio a Putin. En una rara aparición pública desde que dejó el gobierno, en la inauguración de la Fundación Helmut Kohl, observó que quien pretende usar el chantaje nuclear contra Moscú “debería saber que la rosa de los vientos puede cambiar.” Para ella, “no considerarlos una bravuconería, sino tomarlos en serio, no es de ninguna forma una señal de debilidad, es una señal de sabiduría política que ayuda a conservar el espacio de maniobras o, no menos importante, hasta crear uno nuevo” (RT, 28/09/2021).
La intervención de Merkel, que rompe una tradición de silencio de sus antecesores, es un indicio de descontento de buena parte de las élites alemanas con el rumbo de los acontecimientos y con la conducción del país por su sucesor, el soso y vacilante Olaf Scholz.
En lo que toca a los mensajes del Kremlin, estos son inequívocos, pues indican que todo paso en falso de Estados Unidos y de la OTAN podrían tener un efecto semejante al del asesinato del archiduque Francisco Ferdinando y su esposa en 1914, del que salió la carnicería de la Primera guerra mundial. Pero lo que Putin et alii están enfatizando al “Occidente colectivo” es que la Rusia de 2022 no es el Imperio Austrohúngaro o el Otomano de 1919.
