OPINIÓN
El prólogo de una obra final: De la crónica de la traición a una muerte anunciada
A título personal, por Armando Morquecho Preciado //
Hace unos años captaron al expresidente de Estados Unidos, Barack Obama viendo en su televisión la aclamada serie House of Cards; debido a esto, un entrevistador preguntó al entonces presidente si la política era tal y como se mostraba en la serie, a esta pregunta, Barack Obama se limitó a responder que, en la política, difícilmente las cosas no son tan exactas y precisas como lo muestra la serie.
En parte, el expresidente tiene razón, la política, a diferencia de las ingenierías, carece de fórmulas capaces de obtener resultados exactos, ya que, en el juego político, además de los intereses coyunturales, está en juego también el sentir de la ciudadanía, el cual puede sufrir cambios radicales capaces de influir enormemente en el curso de los resultados electorales, tal y como sucedió en nuestro estado en las elecciones del 2015.
Sin embargo, aunque es imposible crear fórmulas para determinar lo que va a suceder en los próximos procesos electorales, la bondad de la actividad política nos permite tomar elementos de las condiciones que enfrenta cada partido político, así como de las decisiones gubernamentales, para hacer alguna lectura de las circunstancias, y con ello poder tomar decisiones o bien, para encontrarle algún sentido a los eventos que nos bombardean constantemente en redes sociales y en medios de comunicación.
Pero en lo que respecta a México en general, este ejercicio, en mi opinión se ha vuelto más, y más difícil. Leer las circunstancias es complicado ya que las decisiones de los líderes políticos de nuestro país, han hecho de la política, una actividad más incierta que las apuestas en Caliente.
No obstante, aunque leer las circunstancias se ha vuelto complicado, lo que no resulta complicado es el por qué leerlas se ha vuelto tan difícil, y es que, en los últimos años, a diferencia de otros sexenios, los partidos políticos de oposición han dejado de ser un contrapeso real, para convertirse en simples gestores de beneficios políticos y personales que usan su representación según les convenga, exhibiendo, por un lado, que estamos en las manos de una generación dé personajes carentes de valores y principios, y por el otro lado, que lamentablemente, su comodidad y seguridad se ha convertido en una moneda de cambio, que en la mayoría de las ocasiones, está por encima de la democracia, y de los intereses de la ciudadanía.
Dicho lo anterior, resulta imposible no sacar a colación uno de los temas más polémicos de las últimas semanas. Me refiero específicamente, a las declaraciones del titular de la Secretaría de Gobernación, Adán Augusto López, quien afirmó ante diputados de Morena, PT, y Partido Verde, que, con el PRI, se había logrado construir un acuerdo político que permitirá al presidente Andrés Manuel López Obrador consolidar la gobernabilidad en la última etapa de su sexenio.
Ahora bien, respecto a la declaración del Secretario de Gobernación, la verdad es que no hay mucho que decir, señalar o criticar, ya que justamente como titular de la SEGOB, una de sus principales tareas es justamente esa: construir acuerdos para garantizar en el territorio nacional las condiciones necesarias para implementar cambios que desde la perspectiva del gobierno en turno, puedan garantizar gobernabilidad.
Lo que realmente preocupa de estas declaraciones, es que tal y como muchos militantes lo temían, resulta más que evidente que Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito o Amlito (ya no se cómo llamarle) ha comprometido en gran medida el futuro del PRI, que aunque en Jalisco aseguren que no están muertos y que están más fuertes que nunca, la realidad es que el “partidazo” está en terapia intensiva, esto gracias a un dirigente que usó la alianza a su conveniencia y que ahora, usa su espacio en el PRI para asegurar un ápice de futuro, y parece ser que la reforma electoral es la pieza faltante del rompecabezas.
Y aunque Alito o Amlito, salió a señalar que el PRI no tiene ningún pacto con Morena respecto a la reforma electoral y que no se está trabajando con ellos para sacar reformas, las letras pequeñas dentro de su discurso, así como su semblante desencajado, no solo dicen lo contrario, sino que lo gritan, y es que el diputado y dirigente del PRI aseguró que en lo que respecta a la multicitada reforma electoral, el PRI escuchará las posiciones y todas las iniciativas que se presenten en el Congreso, incluyendo la electoral, esto debido a que cada partido tiene su visión.
Esta situación, de entrada, nos obliga a preguntarnos dos cosas: ¿dónde quedó la moratoria constitucional? Pero más importante aún ¿acaso podemos confiar en una persona que claramente no respeta sus posturas? Yo en lo personal mi querido lector, creo que no.
Así que sí, en conclusión, Obama tenía razón, la política rara vez es tan exacta y/o precisa como lo muestran en las series, estas muestran solo una pequeña parte de la actividad política y detrás de ella, se mueven intereses que en algunas ocasiones están fuera de nuestro entendimiento.
Pero lo que si nos permite la política, es tomar toda la evidencia disponible a nuestro alcance, para así tratar de hacer una lectura que nos dé la posibilidad, tal vez no dé de determinar un resultado, pero sí de prever el rumbo a través del cual se moverán algunas cosas y hoy por hoy, las evidencias son muy claras: la oposición, especialmente el PRI, está secuestrado por los intereses de un personaje, en el que no solo no podemos confiar del todo, sino que claramente está entre la espada y la pared.
Todo parece indicar que la crónica de una traición anunciada, no era nada más que el prólogo de la obra final: la crónica de una muerte anunciada.
