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Adiós Truss: Rishi Sunak, la nueva promesa política del Reino Unido
A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
Ahora sí que duraron más los sueños de los aficionados americanistas por la 14, que el mandato de Elizabeth Truss al frente del Reino Unido, que dicho sea de paso, atraviesa una etapa de inestabilidad política bastante preocupante, sobre todo si la medimos con el parámetro de estabilidad que reina en la mayoría de los países europeos y de primer mundo.
Tan solo 45 días en el ‘’poder’’ fueron suficientes para que Elizabeth Truss renunciara a su encomienda como Primera Ministra del Reino Unido, y escribo la palabra poder entre comillas, porque Truss realmente nunca tuvo poder alguno, tan es así, que no pudo aferrarse a su mandato ni mucho menos pudo lograr mantener el apoyo de los legisladores de su propio partido quienes optaron por sacarla del 10° de Downing Street, antes de que se pusiera cómoda, esto debido a un presupuesto repleto de recortes fiscales sin sustento financiero que provocó la agitación de la economía británica a tal grado que la libra esterlina se hundió a un mínimo histórico en 37 años frente al dólar.
No obstante, aunque su gestión al frente de la segunda economía más importante de Europa fue corta, la decepción alrededor de sus seguidores fue enorme, ya que Elizabeth Truss ascendió a dicho cago generando muchas expectativas tanto dentro, como fuera de su partido, esto debido principalmente a su ambicioso programa económico que irónicamente sería la fuente de su precipitada caída.
Tan solo el 25 de septiembre su Ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, en congruencia y en consecuencia de este paquete económico, anunció un recorte de impuestos de alrededor de 45,000 millones de libras que beneficiaba especialmente a todos aquellos que ganan aproximadamente 150,000 libras al año, pero tal y como sucede en el mundo globalizado, tomar decisiones económicas invariablemente iniciará un incendio.
Es así que, tan solo una semana después, el mismo Ministro de Finanzas echó marcha atrás al proyecto en cuestión, decisión que le costó su trabajo. Posteriormente la Ministra del Interior, Suella Braverman, seguiría el mismo destino, solo con la diferencia de que no desaprovechó la ocasión y atacó duramente en su carta de renuncia a Elizabeth Truss quien con pocos días en el cargo, ya sentía el peso del mundo encima.
Dicho lo anterior, debemos recordar que la historia se construye en base a las circunstancias que nos rodean el día de hoy, y nuestras decisiones son justamente el tono con el que nuestra historia será contada a las próximas generaciones, por ello creo que vale la pena colocar y juzgar a Elizabeth Truss en base a las circunstancias que no solo la rodearon a ella cuando aceptó el cargo, sino que también rodean al mundo entero, y es que desde antes de tomar protesta en el cargo, el Gobierno de Truss ya tenía en puerta varios problemas como lo son la guerra en Ucrania, la amenaza de una secesión en Escocia, una crisis energética y una inflación lo suficientemente fuerte como para golpear a países como Estados Unidos y Alemania.
Por esta razón, aunque su renuncia fue una enorme sorpresa para propios y extraños, la realidad es que en un mundo donde es cada vez más frecuente el surgimiento de políticos que se aferran al poder sin importar qué, paradójicamente, su renuncia también es una carga de oxígeno que legitima y fortalece el sistema de gobierno de los pioneros del estado-nación.
Ahora bien, tal y como pudieron notarlo en el título de la columna, esta edición no solamente trata de la caída del precoz gobierno de Elizabeth Truss, sino también del ascenso de Rishi Sunak (quien por cierto fue derrotado por Lizz Truss hace unos meses en las elecciones que tuvieron lugar tras la renuncia de Boris Johnson) que ha sido electo por la mayoría de legisladores, convirtiéndose así no solo en el tercer primer ministro del país en tan solo dos meses, sino también en el primer ministro más joven en siglos en ocupar el cargo con tan solo 42 años.
De Rishi Sunak, ciertamente, aún no hay mucho que decir, salvo que es joven, es multimillonario, tiene experiencia en el sector público donde se desempeñó como Ministro de Hacienda y tiene también experiencia en el sector privado trabajando en Goldamn Sachs lo que le da al nuevo primer ministro un amplio conocimiento y entendimiento de la realidad financiera que su predecesora fue incapaz de controlar.
Pero al margen de esto, así como la renuncia de Lizz Truss se pudo interpretar como una carga de oxígeno, la llegada de Rishi Sunak al poder en el Reino Unido es revitalizadora para la democracia en occidente, y esto no se debe propiamente a su edad, sino a sus ideas y a sus proyectos, especialmente los económicos, esto debido a que la visión del nuevo Primer Ministro en lo que respecta a la economía, es que la ruta del crecimiento económico radica en una regulación más inteligente de la materia.
En congruencia con ello, y a diferencia del error de su predecesora, Sunak ha mostrado su corte Tatcherista al manifestar su intención de minimizar la intervención del Estado en temas económicos, pero no sin antes recortar ayudas sociales, aumentar impuestos y crear nuevos impuestos extraordinarios sobre las empresas de energía que registran superganancias, lo que crearía las condiciones para evitar recortes políticamente insostenibles en servicios públicos fundamentales como los de salud, donde las listas de espera han alcanzado cifras históricas.
Aunque la historia de Sunak apenas comienza, y es muy difícil hacer una predicción exacta de lo que hará y de cómo le irá, lo que sí podemos señalar al respecto y en el mismo tenor que se mencionó unos párrafos atrás, es que la llegada de un político que busca minimizar tanto las ayudas sociales que saturan al Estado de Bienestar, como la intervención del Estado en temas económicos, no solo es positiva sino esperanzadora en un mundo en el que el populismo y el asistencialismo secuestran democracias y deterioran economías.
