NACIONALES
El plan B de AMLO
Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
El domingo anterior, se llevó a cabo la manifestación convocada por distintas organizaciones civiles para defender la conformación actual del Instituto Electoral y rechazar la reforma propuesta por el Presidente López Obrador; el resultado parece un triunfo para aquellos que promovieron, acudieron y apoyaron este movimiento pues, aunque las cifras vienen y van, seguramente las manifestaciones en ciudades como Monterrey, Ciudad de México, Morelia y la nuestra superaron las expectativas.
La reforma electoral impulsada desde Palacio Nacional propone cambiar la forma de elección de los consejeros del INE y reducir el número de Diputados de 500 a 300 y de Senadores de 128 a 96, cambiando también la elección directa de los legisladores por el principio de mayoría relativa. Esto no es poca cosa.
La polémica iniciativa necesita de una reforma constitucional para llevarse a cabo, pero a diferencia de anteriores ejercicios, seguramente no logrará la mayoría calificada que se necesita en las cámaras legislativas para que esto suceda, por lo que desde la conferencia mañanera ya se anunció un plan B.
¿Y en qué consiste el plan B comentado por el Presidente? Bueno, primeramente, en seguir descalificando al Instituto Electoral y a aquellos que marcharon para defenderlo, acusando al movimiento de estar conformado solamente por aquellos que quieren mantener sus privilegios. Esto seguido de una manifestación convocada por Morena para mostrar el rechazo a dicha institución, la marcha en contra del INE seguramente será multitudinaria pues operará con la estructura del estado.
La segunda parte de la estrategia consta de la operación jurídica y política en el poder legislativo, ya que, al no alcanzar la mayoría calificada necesaria para cambiar la constitución, se propondrán cambios de leyes secundarias que permitan lograr las reformas que el Presidente quiere cristalizar; para esto necesita solamente de la mayoría simple en el Congreso de la Unión y ésta la cumple con facilidad al menos en la Cámara de Diputados. En el Senado es otra historia pues habrá que recordar que el lastimado grupo del senador Monreal jugará un papel importante y ahí se podrían complicar las cosas para la bancada de Morena y sus aliados.
Finalmente, se tendría que recurrir a la corte -donde Morena cuenta con cuatro ministros afines a su movimiento- para que dichas leyes secundarias tengan el mismo o incluso mayor peso que la constitución y con esto tomar el control del organismo que funciona como árbitro de los procesos electorales en nuestro país. Jugada inteligente, controversia jurídica o violación flagrante de la ley… juzgue usted.
La realidad es que el país se sigue polarizando y mientras se continúa con el juego de ver quien trae más estructura o quien junta más gente para marchar, la violencia sigue aumentando y la inflación no cesa. Los ciudadanos seguimos preocupados porque no nos asalten, por evitar tiroteos, porque el dinero no alcanza y ahora nos tenemos que preocupar por el futuro democrático de nuestro país.
Hoy se plantea una reforma electoral a menos de un año de iniciar el proceso para elegir al próximo presidente o presidenta; queda claro que el Instituto Nacional Electoral -como todas las instituciones- es un organismo perfectible pero no parece el momento adecuado para realizar los cambios, pues para lograrlos se necesita estabilidad y en este momento vivimos una realidad social, política y económica bastante agitada.
La posición del actual mandatario preocupa, pues el querer afianzar sus reformas a toda costa, sin construir concesos o saltándose la opinión y los votos de los representantes de la oposición, muestra la tendencia de gobernar únicamente con su ideología, sin entender que México es un país plural y que la democracia se construye desde la diversidad de opiniones. Hoy se debe defender no solamente al INE, también debemos observar el estado de derecho y los equilibrios de nuestro país, ese estado y ese equilibrio que han costado mucho construir y que hoy están en riesgo. Mucho ojo con esto.
