MUNDO
Panorama menos pesimista para México: 2023, un año de retos económicos y oportunidades para el mundo
Economía Global, por Alberto Gómez-R. //
El inicio del 2023 ha sido helado, tanto por el clima -con fuertes tormentas de nieve en América del Norte que paralizaron las actividades económicas durante un par de semanas por una tormenta polar histórica- como por las proyecciones económicas para el año que comenzó.
Este año se registrará una desaceleración económica a nivel mundial que dará como resultado una de las tasas de crecimiento más baja de los años recientes; al tiempo que la inflación se reducirá desde los máximos de varias décadas a los que llegó en 2022, pero continuará en niveles todavía elevados, advirtió Focus Economics.
De acuerdo con su estudio Perspectiva global 2023. Impulso decreciente, la firma de análisis económico sostiene que el crecimiento mundial disminuirá a 1.8 por ciento en 2023, frente al 2.9 por ciento de 2022.
La desaceleración de la actividad en 2023 responde, en primer lugar, a la caída en los pronósticos para las economías desarrolladas. De acuerdo con Focus Economics, el G7 –integrado por Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, donde se concentra más de 45 por ciento de la riqueza mundial– tendrá un crecimiento de 0.3 por ciento este año.
Las economías de Asia (excluyendo Japón), crecerán 4.5 por ciento; América Latina (1.2 por ciento) y Medio Oriente (3.4 por ciento). África subsahariana debería expandirse a un ritmo muy similar al de 2022 (3.6 por ciento), de acuerdo con las previsiones de la firma; mientras Europa del Este avanzaría 0.2 por ciento.
Se estima que la economía de Estados Unidos crezca sólo 0.3 por ciento en 2023. Un endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal más rápido de lo esperado, la parálisis legislativa que complica el incremento del techo de la deuda y las tensiones con China son riesgos para la actividad en ese país, de acuerdo con la firma de análisis y pronósticos económicos. (jornada.com.mx)
Las predicciones no son nada alentadoras para los países de Europa Occidental, que además están viviendo una fuerte crisis socio-política generada por los propios líderes de gobierno, que siguieron los designios de Washington para generar y ahora continuar el conflicto bélico ruso-ucraniano.
El corte obligado del suministro de gas ruso a Europa, como parte de las sanciones económicas que Occidente impuso al gobierno de Vladimir Putin, ha tenido como resultado un alarmante desabasto del energético, que ha obligado a la mayoría de los países europeos a comprarle gas a Estados Unidos pero a un precio mucho mayor, lo que ha impactado fuertemente en los bolsillos de la gente, en los comercios e industrias.
La precaria situación de la energía, especialmente en Europa, seguirá causando dolores de cabeza a los gobiernos en 2023. Europa podría librarse de una crisis energética total este invierno gracias a temperaturas más suaves que las usuales. La menor demanda de calefacción permitiría mantener en un buen nivel los depósitos, gracias a lo cual probablemente se podrá tener bajo control el precio del gas la próxima primavera, contribuyendo así a reducir la inflación.
Sin embargo, la situación podría volver a complicarse con miras al próximo invierno, cuando Europa podría tener dificultades para volver a llenar sus depósitos, sobre todo porque podría tener que competir con China y otros compradores asiáticos por el gas natural licuado.
Los aumentos de precios serán más moderados en 2023, debido a un debilitamiento de la demanda, el descenso de los precios de la energía y los costos de transporte. Sin embargo, la inflación se mantendrá por encima de los objetivos de los bancos centrales, lo que provocará nuevas subidas de las tasas de interés.
En Alemania, motor de la eurozona, se espera que la inflación se reduzca debido a medidas como la de poner un tope a los precios del gas y la electricidad, pero la inflación de fondo podría mantenerse alta debido a las transferencias del gobierno para ayudar a los hogares a hacer frente al alza del costo de la vida. (dw.com)
La crisis económica en Europa específicamente, será el detonador para que las protestas sociales salgan nuevamente a las calles, como sucedió en 2019 y 2020 antes de la pandemia del Covid-19, lo que planteará fuertes desafíos para los gobiernos europeos, y ante la disyuntiva de seguir obedeciendo a Washington, o ver por su propio bienestar y marcar un alejamiento del belicismo anglosajón.
Para gran parte de la economía mundial, 2023 será un año difícil ya que los principales motores del crecimiento global -Estados Unidos, Europa y China- experimentarán un debilitamiento de la actividad, dijo la dirigente del Fondo Monetario Internacional el domingo 1 de enero.
El nuevo año va a ser «más duro que el año que dejamos atrás», dijo la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en el programa de noticias del domingo por la mañana de CBS «Face the Nation».
En octubre, el FMI recortó su perspectiva de crecimiento económico mundial en 2023, lo que refleja el continuo arrastre de la guerra en Ucrania, así como las presiones inflacionarias y las altas tasas de interés diseñadas por bancos centrales como la Reserva Federal de EE.UU.
Sin embargo, la desaceleración económica no será igual en todas las regiones del mundo, y muy probablemente se vean favorecidos los países exportadores de materias primas y de manufactura, como es el caso de América Latina.
El caso de México será distinto al resto de las naciones latinoamericanas, ya que su estabilidad económica, la gran inversión extrajera directa en el país, la autosuficiencia energética –en vías de consolidarse- así como otros factores de orden económico, seguirán abriendo el camino para el crecimiento económico, muy a pesar de los intentos de la oposición política por minimizar e invalidar los logros de la actual administración federal.
El reto para México en 2023-2024 será consolidar, además de la estabilidad económica, la política, sobre todo de cara a las elecciones a llevarse a cabo.
Es preciso comprender que los actuales logros en materia económica no son producto de un hombre –el presidente- o de un ideal, sino de la aplicación de políticas económicas, financieras y fiscales responsables, alejadas del populismo y de la autocomplacencia (de políticos y empresarios) de gobiernos anteriores que tanto daño hicieron al país y a los mexicanos.
