MUNDO
Descarrilamiento de un tren en Ohio, ovnis y algo más; el mundo en shock
																								
												
												
											A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
Los gobiernos de Estados Unidos y Canadá volvieron a encender sus alertas luego de que el domingo 12 de febrero reaparecieron objetos voladores no identificados sobrevolando la zona de grandes lagos en la frontera de estos dos países.
Ante esto, tan solo una horas después del avistamiento, el Pentágono confirmo a través de un comunicado que el objeto no identificado u ‘’ovini’’ fue derribado por aviones militares, confirmando así el cuarto avistamiento en los últimos 10 días en la región de Norteamérica.
De estos avistamientos, lo que más llamó la atención fue que, como era de esperarse, la prensa difundió los audios de las comunicaciones que tuvieron los pilotos durante el vuelo en el que se derribó uno de estos objetos no identificados.
En esta conversación, los pilotos coinciden en que el objeto no es un globo y que este no tenía ninguna semejanza con los objetos de espionaje chino que se difundieron tanto en medios como en redes sociales.
Ahora bien, aunque la Casa Blanca comunicó que en ninguno de estos objetos derribados ha encontrado actividad extraterrestre, la verdad es que un evento de esta naturaleza nunca podrá pasar desapercibido, ya que eventos de esta naturaleza inevitablemente despertarán el morbo en un importante número de ciudadanos.
Es así, que tal y como era de esperarse, este evento ha servido para que aparezcan en distintas redes sociales personas que no solo aseguran saber qué son estos objetos, sino que también aseguran que la tierra será conquistada por extraterrestres en los próximos dos meses.
Por lo tanto, las noticias relacionadas con estos avistamientos están en boca de todos y se han convertido en un tema de conversación recurrente en distintos foros. De hecho, el viernes pasado algunos amigos dedicaron casi una hora para hablar de este tema y para compartir las teorías que habían estado leyendo en distintos medios.
Ahora bien, al margen de nuestras creencias respecto a la posibilidad de que exista vida en otros planetas, ciertamente estos eventos son hasta cierto punto algo alarmantes, ya que pueden comprometer la seguridad mundial.
Por esa razón, no podemos echar en saco roto noticias de esta naturaleza, ya que como sociedad, debemos de estar alertas ante lo desconocido, sobre todo en un contexto de avances tecnológicos y de desarrollo de nuevas tecnologías tan veloz y tan abrumador.
Sin embargo, aunque muchas personas se han encargado de desarrollar un sinfín de teorías sobre la relación que existe entre estos objetos (que todos los pilotos han coincidido son inofensivos) y el fin de la humanidad, la realidad es que por lo pronto estos realmente no implican un riesgo ni a nuestra integridad ni a nuestro entorno ya que hasta el momento estos avistamientos no podrían ser catalogados como riesgos en potencia para la humanidad.
En ese orden de ideas, no puedo dejar de pensar en el libro de 21 lecciones del siglo XXI de Yuval Noah Harari en el que en uno de sus capítulos cataloga a actos como el terrorismo o a las teorías de vida en otros planetas como actos de magia masivos que logran sucumbir la visión y perspectiva de la sociedad debido a lo impactantes que son para algunas susceptibilidades.
Abundando un poco en esto, Harari, al hablar del terrorismo hace una serie de cálculos respectos de cuántas vidas se pierden mundialmente debido a los actos terroristas y equipara esta cifra con los números de persona en el mundo que mueren por cáncer y por accidentes viales, y como es de esperarse, la diferencia es abismal, pero aun así, pese a esta diferencia, señala que los gobiernos del mundo y la comunidad internacional, invierten más en armamento militar y de inteligencia para combatir el terrorismo, que en investigaciones para encontrar una cura efectiva para el cáncer o en inversión pública para disminuir el porcentaje de accidentes vehiculares que cobran la vida de 1.3 millones de personas al año.
Con esto, Harari no intenta criticar la lucha internacional contra el terrorismo, ni mucho menos intenta decir que se debe de invertir menos en seguridad nacional, sino que lo que intenta hacer es expresar con algunas cifras cómo los seres humanos y las sociedades son susceptibles al miedo colectivo cuando se atenta contra la seguridad nacional, aun cuando el atentado sea mínimo.
Ahora bien ¿por qué traigo esto a colación?
Traigo a colación esa reflexión que realiza Yuval Noah Harari debido a que la noticia referente a estos objetos no identificados así como la histeria colectiva provocada por estos que a su vez ha generado las teorías más alocadas sobre el fin de la humanidad, es un ejemplo perfecto de lo que señala el autor israelí en su libro.
Y es que mientras las redes sociales se desbordan con opiniones y teorías sobre este tema, y mientras los gobiernos despliegan su arsenal militar aéreo y realizan esfuerzos diplomáticos para abrir a los temibles globos flotantes, en Ohio, el descarrilamiento de un tren en East Palestine, ha provocado una catástrofe de magnitudes nucleares que está acabando con el entorno de la región contaminando el agua y el aire con gases tóxicos y carcinógeno.
Aunado a esto, según las autoridades, el tren también transportaba otros materiales como acrilato de etilhexilo y acrilato de butilo, productos con diferentes niveles de toxicidad y por lo pronto, ya han logrado penetrar en el suelo y las aguas subterráneas.
No obstante lo anterior, las autoridades ya han confirmado que el principal afectado por la contaminación es el río Ohio, del cual otras ciudades obtienen su agua potable.
Respecto a este Chernobyl en potencia (como lo han catalogado algunos medios de comunicación) llama la atención que aunque la población de East Palestine ha sido evacuada, existe un alto nivel de desinformación respecto a los alcances que puede tener la contaminación del aire, el suelo y el agua en toda la región, aumentando así la incertidumbre de los habitantes de dicha zona.
Por lo pronto, las personas de la comunidad ya han informado de dolores de cabeza y otros padecimientos graves causados por los productos químicos que están presentes en el entorno debido al accidente.
Aunque el tema de los ovnis es controversial, morboso y digno de un guión de Steven Spielberg, creo que valdría la pena que las autoridades de Estados Unidos comunicaran las acciones emprendidas para atender esta crisis ambiental y de salud pública que puede tener alcances más allá de sus fronteras, tan bien como está comunicando el abatimiento de globos en su espacio aéreo.
