NACIONALES
Derecho a envejecer dignamente
Bioética, por Omar Becerra Partida //
Mexico es un país que se olvida de sus personas de la tercera edad. La ONU establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor, aunque en los países desarrollados se considera que la vejez empieza a los 65 años.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN), para el segundo trimestre de 2022 se estimó que había 17 958 707 personas de 60 años y más (adultas mayores). Esta cifra representa el 14 % de la población total del país.
En México existe la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, pero muy poco observada por las cámaras empresariales y las comisiones de derechos humanos, secretarias y autoridades laborales correspondientes.
Según el dictamen discutido en el pleno de la Cámara Alta, alrededor del 38% de la población mayor a 60 años cuenta con un trabajo, mientras que 85,000 personas están en búsqueda de una oportunidad laboral.
Pero aquí el planteamiento es que tipo de actividad laboral desarrollan y si esa actividad, los dignifica como personas a través de sus conocimientos y experticia, el estado mexicano no ha tenido la capacidad de blindar los derechos de las personas de la tercera edad, porque muchas de ellas no son aceptadas en las diferentes industrias, y lo vemos en la clara oferta de trabajo diario ponen limitantes para la edad y eso es una clara violación a derechos humanos.
Nuevamente, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), de los 5.9 millones de personas mayores de 60 años que estan trabajando, el 57% lo hace por cuenta propia.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) asi como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) comentan que, existe un muy alto porcentaje de adultos mayores que trabaja por cuenta propia.
En Jalisco existe la ley para el desarrollo integral del adulto mayor y encontramos que en el tercer capítulo de la ley están establecidas las responsabilidades de la familia en cuanto a atención y apoyo de los adultos mayores.
Pero existen muy pocos programas de apoyo desde la iniciativa privada para llevar a cabo programas laborales de reclutamiento para este grupo vulnerable.
Sencillamente es así, las oportunidades de trabajo para personas mayores de 60 años son nulas, lo vemos en las universidades tanto públicas como privadas en el país, han olvidado a sus mejores docentes destinándolos a la jubilación obligatoria, o simplemente no otorgándoles una pensión digna a través de la ley.
Maneras como la creación de fidecomisos y haciendo de las universidades públicas un ente de seguridad social violando la naturaleza jurídica de la misma institución educativa, haciendo de esto un gran negocio.
Lo que se necesita es un proyecto de ley destinado a garantizar el derecho a envejecer con dignidad y preparar a la sociedad para el envejecimiento de su población.
El propósito de este proyecto de ley es abarcar todos los desafíos de la transición demográfica y proponer una reforma sistémica de nuestro arsenal institucional, legal y social, para adaptar la sociedad al envejecimiento.
Hemos identificado tres prioridades: adaptar nuestra sociedad al envejecimiento, prevenir la pérdida de autonomía y cuidar mejor a las personas.
Se rediseñarían el urbanismo, la vivienda, el transporte, la ayuda a domicilio. Proponemos, en particular, desarrollar las políticas públicas para luchar contra el aislamiento y promover los vínculos intergeneracionales a través de nuevos espacios de convivencia, o incluso para fortalecer la garantía de las personas mayores de acceder a los servicios públicos que no sean por medios desmaterializados.
La reforma al marco legal mexicano en este tema, tiene como objetivo abordar la discriminación contra las personas mayores. La representación negativa de la vejez puede tener consecuencias nocivas en la autoimagen de las personas mayores.
Las personas mayores que vivan con dignidad antes de que se plantee la cuestión del final de la vida, ayudaría para no acceder al suicidio asistido o eutanasia, aunque en nuestro país no está permitida muchos de ellos caen en la ilegalidad para realizarla, no se puede invitar a morir a los ancianos porque no se les han dado los medios para vivir adecuadamente sus últimos años.
Los ancianos viven mal y mueren mal, y muchas veces aislados, porque no están suficientemente bien acompañados en casa y en los establecimientos.
