CULTURA
El periodismo patriarcal: Una bendición las mujeres en el futbol
Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza //
En un ambiente “patriarcal”, en los términos actuales de nuestra sociedad civil feminista, con la equidad de género tan de moda, quedando atrás la obsoleta llamada “liberación femenina”, mal encausada y de cierta manera con manifestaciones violentas y sensacionalistas, es muy agradable y benéfico la presencia firme y decidida de la mujer en el futbol globalizado.
La atmósfera positiva feminista en el deporte y todas sus disciplinas individuales y de conjunto llegaron a dar un Plus relevante de buena manera, particularmente en cuanto a futbol se refiere de manera positiva.
Esta situación no solo se trata de las atletas como tales, sino su entorno con entrenadoras, árbitros, directivos y lo mejor con una prensa de comentaristas “vírgenes” en el sentido contrario a la manipulación, tendencia, morbo y negatividad, en el que lamentablemente se manejan los varones.
Los comentaristas masculinos tienen el alma envenenada, con maldad y con dolo no solo en los reporteros y analistas televisivos, sino los columnistas, radio y las redes sociales entre otras (Facebook, Instagram, twiter, youtube, etc).
La aportación de la mujer en una actividad periodística es más que significativa en el futbol, no valorada en su real dimensión pero tan productiva y eficaz como ninguna.
Manejándonos teológicamente, afortunadamente en el periodismo femenino no aparece aun la “manzana de la discordia”, que desató todas las negatividades del ser humano y la terminación de los privilegios del paraíso provocando la ira del Creador.
Podemos afirmar categóricamente que el 101% de todas las comunicadoras periodistas femeninas se manejan con pulcritud, objetividad y lo mejor, con pleno conocimiento de causa que las hacen auténticas profesionales.
En alguna ocasión un periodista, reportero de esta ciudad de Guadalajara vía Facebook, le escribió una persona con mucho entusiasmo pidiendo su opinión de una futbolista y equipo en particular, a lo que este referido personaje contestó escuetamente “yo no veo el futbol femenil”.
Esta contestación nos demuestra el menosprecio y la indiferencia a las mujeres en el futbol no solo para el mencionado, sino para muchas personas que no ponen atención al surgimiento positivo de una actividad que la mujeres con virtudes y defectos, así como limitaciones, están desarrollando con mucha voluntad, ahínco y pasión que obviamente no son perfeccionistas como ningún ser humano lo es.
Obviamente las chicas periodistas llevan desventaja puesto que no las tomaban en cuenta en tiempos pasados, lo que era impensable y poco probable que existieran oportunidades para ellas, que en la actualidad se abre un extenso abanico de posibilidades un tanto más equitativas para ellas mismas, desquebrajándose el morbo de los varones envidiosos, que solo por su belleza y encanto podrían sobresalir en una actividad exclusiva para los hombres.
Esta nueva generación de féminas están verdaderamente capacitadas académicamente, que a tan temprana edad (30), muchas tienen postgrados y maestrías en Ciencias de la Comunicación, de una licenciatura que ha ganado adeptos, teniendo más preparación no solo en la locución como antiguamente llegaron muchos varones que incluso se consagraron como los mejores, lo que ahora es una gama diversa de comunicadores en toda la extensión de la palabra.
Existieron también antiguamente aquellos personajes autodidactas que fueron brillantes y sobresalientes, que iniciaron todos en la “W” radio de TELEVISA, única en el mercado, que después vino la televisión en blanco y negro, superada por el descubrimiento del mexicano Guillermo González Camarena de la televisión a color, que como siempre los genios y científicos los absorbe la Unión Americana creando sus propias patentes ante el mundo.
Lo más sobresaliente del futbol femenil es la aceptación de los aficionados que acuden en buen nuúmero a verlas en los estadios con sus familias, con la seguridad y garantías de su entorno, que los niños acuden en buen nuúmero y no solo los chiquitines juegan todo el tiempo con el balón, sino que también las chicas lo hacen en temprana edad.
El arbitraje femenino carece del aura de vanidad, prepotencia y altanería de los varones, con esa presencia de la belleza y figura con personalidad y disposición como jueces de un cotejo deportivo, que difícilmente se equivocan en sus determinaciones, que nos hacen olvidar los partidos “arreglados”, donde se escucha decir en tribuna en la multitud “árbitro vendido”, y las suspicacias que despiertan los malos arbitrajes entre los masculinos.
La aportación social de toda esta actividad en su conjunto es por demás elocuente que existe limpieza de pensamiento y acción, que las mujeres árbitros podrán estar equivocadas en sus apreciaciones, pero nunca se manejan con dolo y mucho menos premeditación y ventaja favoreciendo a algún equipo en especial.
Atrás quedó el absolutismo varonil para dar paso a las mujeres en el arbitraje y sus auxiliares de jueces de línea y cuarto árbitro coordinadas perfectamente, sin tener los problemas notorios que los varones tienen, con los alegatos y discusiones contra el cuarto árbitro (entrenador y auxiliares).
Insistiendo que el futbol es de apreciación con criterios distintos y opiniones diversas, que cuando existen coincidencias no se tienen problemas de ninguna índole entre las comentaristas deportivas y los aficionados.
Cada vez es mayor el contacto de la afición con las mujeres con el debido respeto no a su condición de mujer que es mucho decir, sino la autoridad que ejercen en cancha todas las involucradas entrenadoras, jugadoras, árbitros y prensa, que todos los mencionados les reconocen y aplauden.
Antiguamente, las mujeres reprimidas buscaron la puerta falsa cometiendo los mismos errores de los hombres en su vida de pareja, con el adulterio, infidelidad, violencia y drama, que mucho tiene que ver la mejor preparación académica que gozan ahora las chicas y paulatinamente se dan a respetar con sus capacidades propias dejando atrás la abnegación y sumisión.
Los misóginos son cada vez menos, no por convicción, sino por imposición de las autoridades gubernamentales que castigan con rigor a toda mujer maltratada con el agravante de moda del acoso sexual en el que por disposición en el código penal no tiene vigencia el delito, principalmente en violación.
Referimos esta situación ,no por el amarillismo, sino ejemplificar el respeto que tiene y debe tener la mujer como tal en todos los ámbitos, incluyendo el deporte, específicamente en el futbol y su entorno.
Por último, establecer la limpieza en todos sentidos de quienes están inmersos en el futbol femenil, que cada sector cumple con creces su cometido (jugadoras, entrenadoras, árbitros, comentaristas), que esta última actividad es el puente y el vínculo directo con las opiniones de las especialistas que mucho tienen que ver en la honestidad y decencia de su actividad periodística.
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