NACIONALES
Entre un trono y un tablero
Opinión, por Ramiro Escoto Ratkovich //
Hace dos semanas les comenté lo que sucedería con Marcelo Ebrard en este mismo espacio, y no era cosa de una señal que se cumplió, sino que demostraba el camino que la historia tenía ya surcada para él y su aspiración a la presidencia.
La constante pregunta que le hacía la prensa respecto a lo que sucedería en caso de no ganar la encuesta, le hacía estructurar una respuesta que contestaba cual guion de obra de teatro en el personaje de quien se creía el principal y no lo fue: -“Voy a Ganar y seré Presidente”- , – “No hay Plan B”…
Muchos de los que le acompañaban decían lo que sucedió: – “Va aganar la encuesta, pero no lo van a reconocer”, al más puro estilo de Hillary Clinton, un día antes de darse a conocer el resultado, las declaraciones de Ebrard desinflaron aún más los ánimos no de quienes advertían que no estaría a la cabeza de ese ejercicio de simulación democrática, sino que además estaban nerviosos por el rumbo que tomaría la carrera del ex Canciller ante lo que era ya evidente: el rompimiento con el Presidente y con Morena.
Marcelo Ebrard “perdió” en la encuesta, y perdió desde un principio cuando aceptó ser el segundo de a bordo del gabinete presidencial, la encuesta también lo demostró sobre el propio Adán Augusto López quien sólo obtuvo el 10% y Fernández Noroña el 12% del total de votos, por ejemplo. Ebrard fue testigo de las traiciones del Presidente, ingenuamente hizo oídos sordos a todo aquello que advertía que incluso en la campaña #EsClaudia estaba la respuesta del inquilino de Palacio Nacional.
Ahora, las especulaciones van en torno hacia donde estaría Marcelo y su futuro inmediato, buscando con Movimiento Ciudadano una candidatura y lograr un proyecto que le permita ser entonces y no a voluntad de un primer proyecto: ser el coordinador de Morena en el senado y sí serlo por MC para ser entonces la oposición de Claudia en el escenario de llegar a la presidencia mediante una elección de estado, y construir junto con el Frente Amplio por México, una oposición en las cámaras y la recuperación de estados como parte de una alianza que sacaría a Morena en otros 6 años de la operación política nacional.
El escenario puede ser así, considerando que lo que expongo arriba no es una barbaridad, sino que al menos la división que ha provocado el presidente de la sociedad, puede voltear la estrategia que tenía en el primer escenario López Obrador quien hizo crecer a Xóchitl Gálvez no sólo en las encuestas, sino en el discurso que constantemente tiene que usar en la mañanera para distraer la atención y no perder el control de esa información que se convierte ya en una especie de réplica que para nada construye en ambos, las soluciones que requiere el país, aquí y ahora.
Marcelo Ebrard no será independiente, el frente ha decidido y Movimiento Ciudadano es la única vía posible para que pueda aparecer en la boleta, sin embargo, existen riesgos que saben correrían tanto Dante Delgado, a quien se le atribuyen arreglos con López Obrador para “quedarse” con Veracruz y con Ebrard a quienes ya le tendrían escenarios incluso legales para “Bajarlo” de la contienda.
Si alguien conoce a López Obrador es Ebrard, quien sabe perfectamente también el significado de ese discurso donde se dijo: “siempre apoyé a Claudia” …” Marcelo es un buen hombre, y siempre tendrá abiertas las puertas del partido… del proyecto” … y la decisión no es fácil, porque para él es ahora o nunca, poder seguir siendo alfil en un tablero cuyo trono ya está designado, o convertirse en esa piedra en el zapato para destruir cualquier intento de lograr la 4T en el país siendo pilar de una oposición que controlara esos, los planes que conoce perfectamente bien, haciendo también al tiempo perder a López Obrador con una misma porción de traición y estrategia para seguir vigente en un primer plano político nacional.
La política no es de sorpresas, es de sorprendidos, y seguro esta columna formaría parte de ello de poder ser el escenario de una o de otra forma de un Ebrard que conoce el exilio por ejemplo, que también puede ser un camino al final de este capítulo.
