NACIONALES
¿Qué ha pasado en 213 años?
Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
Decía Quino, en alguna historieta de Mafalda que no es lo mismo ser un país independiente que un país “in the pendiente”, ese chascarrillo publicado en la década de los 70’s en Sudamérica, sigue aplicando a la realidad actual de muchos países.
México es un país fascinante, en sus paisajes, climas, comidas y por supuesto, en su gente se encuentra una gran diversidad; es uno de los 10 países con mayor variedad lingüística, se hablan 68 lenguas indígenas y por supuesto, español. Su historia se cuenta de manera apasionada.
Se suele decir que a México lo saquearon los españoles, sin embargo, ese territorio ni era México ni los españoles se dedicaron únicamente a robar las riquezas de este lugar; esa parte de la historia hay que superarla y hay que entender el momento histórico. Lo sucedido provocó el mestizaje y mestizos es lo que somos.
La independencia nace fomentada por los criollos, los hijos de españoles que como dijera Facundo Cabral: No eran ni de aquí ni de allá. Ellos eran el equivalente a las clases medias actuales, y hay que recordar que, en cualquier movimiento social, las clases medias juegan un papel fundamental.
Durante su primer siglo de creación, México sufrió inestabilidad política, pérdida de territorios, sublevaciones, el mandato de dos presidentes a la vez durante algunos periodos, la imposición de dos emperadores, dictaduras y por supuesto, la constante pelea entre conservadores y liberales. Este último fenómeno se replica hasta hoy.
Después de esta etapa vino La Revolución, una guerra impulsada por Madero con la respectiva ayudita de los gringos, (ese país vecino que de una u otra manera acompaña a los conflictos del país desde su fundación). Después de unos años de inestabilidad nació el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Con el PRI vino la época del partido de estado. Una institución nacida desde el poder y que fungía como la Secretaría de Elecciones del gobierno, allí tenían cabida los sindicatos, obreros, empresarios, líderes sociales, etc. y durante las siete décadas que duró el “priato”, se consiguió un país estable y se fundaron diversas instituciones, por supuesto, el periodo tuvo sus episodios de corrupción y violencia.
Durante 1988, se dio un movimiento de izquierda que, por razones de todos conocidas, no se consolidó tras la elección de ese mismo año, esto llevó a la conformación del Instituto Electoral, hoy criticado por aquellos que reclamaron el fraude en aquel año.
En el año de 1994 fue uno de los más complejos de la historia contemporánea del país, el asesinato del candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio Murrieta y del secretario del partido José Francisco Ruiz Massieu, tiñeron de sangre el territorio nacional, además, estos estaban precedidos del homicidio del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
En el año 2000, se dio el cambio de la estafeta presidencial, esa campaña esperanzadora duró poco, pero la intervención de ciudadanos, activistas, empresarios y académicos lograron una cierta estabilidad social y económica para el país. Para el año 2006, se vivió un proceso electoral dificilísimo, se acusó fraude nuevamente. Durante el año 2008, el presidente electo declaró una guerra contra el narcotráfico, la misma que México sigue sufriendo 15 años después.
La actualidad se cuenta con el ascenso y descenso del “nuevo PRI” y posteriormente con el obradorismo, esta realidad se sufre o se goza según las perspectivas personales.
Es imposible resumir la historia de un país como México en tan poco espacio, pero este pequeño recuento nos sirve para hacer conciencia de lo complejo que ha sido construir el país que hoy tenemos y reconocer que las únicas épocas de estabilidad y cierta abundancia han sido cuando se han puesto de acuerdo la mayoría de sus ciudadanos.
No hay recetas mágicas para construir el país que deseamos y que creemos merecer, pero para empezar hay que aprender de la historia que nos condicionó a ser lo que somos, utilizarla como trampolín para crecer y no para revivir resentimientos vanos.
Celebremos el México independiente y construyamos desde el consenso. La división provoca caos y el caos genera violencia. Hagamos lo que nos toca para mejorar y no crear una nación “in the pendiente”.
