JALISCO
El desafío de Pablo Lemus
De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
“Cerré mi ciclo en la política electoral. Lo hago orgulloso de lo que logré al lado de miles de hombres y mujeres libres de Jalisco. A partir de mañana (viernes 26 de octubre) entrego la estafeta a quienes se quedan a construir el futuro de nuestro movimiento. Sé que lo harán muy bien”. Enrique Alfaro Gobernador de Jalisco.
Muchas son las versiones que corren en torno a la decisión de Enrique Alfaro de soltar el proceso de selección de candidaturas en el Movimiento Ciudadano. Una de ellas indica que no quiere cargar con la posibilidad real de la derrota.
Otra, que detrás de ello se encontraría un pacto con López Obrador.
Una más apunta a que en realidad está fastidiado del quehacer político y de cargar con la responsabilidad de encabezar una expresión que él creó.
Circulan otras, pero lo cierto es que su renuncia ha calado muchísimo en el ánimo de quienes le siguieron, apoyaron y defendieron a lo largo de casi dos décadas.
Me dicen que incluso ha dejado de responder llamadas y mensajes que tienen que ver con lo electoral.
En las filas alfaristas van y vienen preguntas y se siente un ambiente de frustración y disgusto.
A muchos, Alfaro los ha abandonado a su suerte.
Recordemos que hubo quienes enfrentaron al alcalde con licencia de Guadalajara (virtual candidato del MC al gobierno de Estado) como parte de una estrategia fraguada en las oficinas de Palacio de Gobierno.
Hoy, esas mujeres y hombres que se la rifaron de modo leal y feroz, se voltean a ver en medio de la confusión.
En el ambiente emecista se siente la densidad que emana de la decepción, pues también se preguntan por qué Clemente Castañeda parece haberse rendido y con ello eludir el compromiso de dar continuidad a un proyecto del que fue pionero.
En este contexto es que Pablo Lemus enfrentará un reto gigantesco: convencer a los liderazgos y estructuras alfaristas de que formarán parte de su planes.
Más todavía, enfrentará el dilema de cobrar facturas o de reparar los daños emocionales provocados entre unos y otros a lo largo de los meses recientes.
La lógica nos dice que optará por lo segundo; sin embargo, Pablo es consciente de que en el bando que se autoproclamó alfarista todo este tiempo, hubo quienes jugaron tan sucio que no tendrán cabida en su programa de trabajo.
Consideremos que la condición humana es compleja, pero en política es cabrona.
Es posible que en breve sepamos la capacidad de resiliencia del otrora presidente de Zapopan y cuán dispuesto está para solventar los agravios.
Al margen de lo anterior, flota en el aire una pregunta: ¿cómo logrará convencer a las bases naranjas para que operen a su favor?
Las redes que se tejieron en veinte años llevan impresa la marca de Alfaro.
Entre las prioridades de Pablo estará la de ganarse la confianza y el respaldo de esas mujeres y hombres que han gastado suela y saliva para que la gente vote por la causa naranja.
Pero hay otra variable en la ecuación.
¿Y qué pasará si el Instituto Nacional Electoral (INE) obliga a que sea una mujer la que abandere al emecé?
Los abogados afines al movimiento naranja afirman que eso se puede combatir por la vía jurídica.
Es cierto, aunque no es improbable que el Tribunal Federal Electoral terminé por darle la razón a la autoridad electoral.
Dicho de otra forma, no hay nada escrito.
Por lo pronto, Pablo Lemus enfrentará su más grande desafío.
@DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista
político.
