JALISCO
Pablo Lemus, a fuego cruzado
De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //
Tuve a la vista una encuesta realizada por encargo de un influyente grupo de industriales. No es ocioso mencionar que algunos de ellos aportan de modo significativo al Producto Interno Bruto de la entidad.
Claro que tienen intereses muy legítimos de enterarse cómo van las tendencias electorales en nuestro Estado.
Y aunque es posible que ese amplio estudio de opinión se haga del conocimiento público durante esta semana, prometí que no daría detalles sobre los resultados que arroja la medición elaborada por una firma de prestigio nacional.
Lo que sí puedo hacer es mencionar que en el paisaje se observa lo que resulta inminente: la elección se definirá entre Pablo Lemus y el gobierno de López Obrador.
No será entre Pablo y Claudia Delgadillo; la lucha por los votos se dará entre Lemus y los mal llamados programas sociales, pues en realidad son asistenciales.
Será el candidato del MC contra la federación.
Más aún, luego del destape cervecero de Jorge Álvarez Máynez y el rudo posicionamiento del gobernador al respecto, todo apunta a que Lemus Navarro enfrentará un fuego cruzado, el del obradorismo por un lado, y el del alfarismo por el otro.
Al respecto me parece pertinente hacer una revisión.
Al margen de que la precandidatura de Claudia Delgadillo no termina de cuajar en virtud del descontento que prevalece en los liderazgos y las filas del morenismo local, lo cierto es que la marca Morena es muy poderosa.
Como se aprecia en diversos sondeos ya conocidos, un amplio sector de la población migró su simpatía hacia el partido del presidente debido –principalmente- a las “pensiones” y las “becas” que se entregan a los adultos mayores y a los jóvenes.
La estrategia electorera ha dado resultados formidables.
Hace poco un personaje del morenato me dijo, “con los puros viejitos vamos a ganar”.
Yo no lo creo, en todo caso sería con los “viejitos” y sus familiares.
Aunque en el cuartel general de los guindas me consideran uno de los columnistas más críticos de Andrés Manuel (dicen que el otro es Salvador Cosío), he admitido que su plan para obtener la incondicionalidad de un buen segmento de votantes ha triunfado; vaya, como en los mejores tiempos del priato.
Con independencia de la perversidad que se esconde bajo las dádivas que otorga el gobierno central, en el ambiente flota una posibilidad irrefutable: Movimiento Ciudadano podría perder el 2 de junio.
Y es aquí cuando aparece el otro frente, el de los alfaristas.
Fuentes cercanísimas al primer círculo de Alfaro Ramírez, me han confiado que en el epicentro del Palacio de Gobierno se promueve una intención inicua.
¿De qué se trata?
De que varios de los principales allegados al mandatario estatal, lo único que desean es garantizar un sitio de privilegio en las listas plurinominales, sin importar lo que ocurra con Pablo.
No hay, pues, la mínima pretensión de respaldar a Lemus. Al contrario.
La premisa es “sálvese quien pueda”.
Así como en su tiempo revelé -en este mismo espacio- el plan que se fraguó en las oficinas de la calle Corona para desestabilizar al ex presidente de la Coparmex, ahora puedo afirmar que un nutrido corro de amantes del dinero, el poder y el erotismo pedestre, anhelan continuar en la cancha de los negocios, y si para ello deben atentar o desentenderse de la campaña lemusista, lo harán sin pudor alguno.
Saben que si Pablo gana, perderán sus prebendas.
En breve conoceremos quiénes, de esos listados, integran la camarilla de mujeres y varones que, asustados ante el riesgo de encarar su mediocridad lejos del presupuesto y los privilegios, ruegan por la derrota de quien, al menos por hoy, es el único que puede vencer a López Obrador y Claudia Sheinbaum en las urnas de Jalisco.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista político.
